
Cuando se piensa en el líder perfecto se idealiza la imagen de una persona con un traje impecable, que le cae bien a todo mundo y da los mejores resultados, pero la realidad es que este tipo de líder a largo plazo es insostenible. Por eso, la incomodidad juega un papel importante para generar un verdadero cambio.
Esta falsa visión del liderazgo genera que la primera vez que se gestiona talento se improvise y no se sea sincero. Pero después de pasar por fracasos y aprendizajes, se genera el liderazgo de impacto.
Te puede interesar
Los líderes incómodos son resilientes, saben manejar los problemas y enfrentan el crecimiento desde la innovación. Estas personas se atreven a ser diferentes, desafían las expectativas y generan un impacto significativo”, explica Mario Elsner, en su libro De jefe a líder impactante.
Ser el líder perfecto agota
Debido a que muchos jefes se guían por la imagen del líder perfecto, comienzan a caer en ideales como no tener errores y ser admirados por los demás, pero al final termina en el agotamiento mental.
En entrevista para El Economista, Mario Elsner comenta que si los jefes llevan a cabo esta idealización, pueden sentir ansiedad por cumplir las expectativas.
Etapas del liderazgo
La primera etapa del liderazgo es sentirse popular, pero las relaciones son superficiales y la principal consecuencia es que se pierde la autenticidad.
“Hoy en día, en el ámbito corporativo y personal, quienes operan desde el ego o buscan resultados rápidos, pueden ganar notoriedad en el corto plazo, pero este tipo de liderazgo carece de estabilidad”.
La segunda etapa consiste en ser un aprendiz, en el que la confusión y la ansiedad son parte del proceso y las métricas dejan de ser prioridad dentro del liderazgo. Además, en vez de enfocarse en una imagen idealizada de un líder, los mentores entran en juego para ser guías.
Cabe mencionar que en este paso, la humildad es importante para estar abierto a nuevos caminos y aprender de los demás.
En tanto, la tercera etapa se enfoca en los resultados, en el que después de reflexionar, tomar consejos de los mentores e incluso equivocarse, se puede moldear un estilo único y funcional.
Mario Elsner relata que buscaba agilizar resultados, motivaba a todos, ayudaba y hacía lo que fuera para que todo saliera bien. Pero, esto lo volvió una persona exigente y demandante, por lo que comenzó a reflexionar si realmente estaba ejerciendo un buen liderazgo.
También hay fracturas familiares que no nos damos cuenta. Puedes perder tu matrimonio y la infancia de los hijos. Siempre he dicho que el éxito por conseguir algo o tener algo, la clave está en la felicidad y eso es tener el éxito compartido”.
El liderazgo de impacto
El libro menciona que actualmente coexisten dos tipos de liderazgo, el de estatus y el de impacto; el primero prioriza los resultados inmediatos y la atención en los logros.
En cambio, el liderazgo de impacto busca construir un equipo que inspire, conecte y transforme. No solo con números, sino con el efecto positivo en las personas.
Pero un elemento que caracteriza a un líder de impacto, es la incomodidad, ya que estar mucho tiempo en la zona de confort provoca estancamiento.
“Los mejores equipos son los más diversos. Son los que más te incomodan, no los que te acomodan y te dicen lo que no quieres escuchar, porque te hacen pensar”.
Cortesía de El Economista
Dejanos un comentario: