
Vaya semana la que está por concluir. Empezamos el día 8 de septiembre con la entrega del Paquete Económico 2026 a menos de dos horas de que se cumpliera el plazo constitucional. La entrega fue precedida por los rumores de desavenencias entre la Secretaría de Economía (Marcelo Ebrard) y la de Hacienda (Edgar Amador), aparentemente a causa de aranceles a los países con los que no tiene México tratado de comercio. Parece ser que el criterio de Hacienda (y la Presidencia) fue el que prevaleció. Por supuesto, la amenaza de aranceles a varios países ya motivó la protesta de China, que calificó la medida de “coerción”.
Al otro día, el 9, se cumplió un triste aniversario: el inicio de la guerra entre las dos facciones del Cartel de Sinaloa, mayos y chapos, que ha enlutado a Sinaloa y afectado a estados vecinos como Baja California Sur y Sonora. Más de 1,800 asesinatos, a diario cinco, más robos de vehículos desapariciones, cierre de negocios y miedo de la población. La respuesta básica de Claudia Sheinbaum siempre es o bien el: “estamos trabajando todos los días”; o “eso lo informará el gabinete de seguridad.
La presidenta es alérgica a tratar personalmente las malas noticias. Mientras, su gobierno mantiene a un gobernador, Rocha Moya, ineficiente, insensible a los reclamos ciudadanos que han organizado varias marchas para exigir paz, y, según muchos indicios, involucrado con el crimen organizado.
Antes de todo esto, lo que debió ser una acción que cimentara la idea de que el gobierno de Sheinbaum sí está combatiendo a fondo al crimen organizado, se ha convertido, poco a poco, en un desastre que amenaza a un exsecretario de Marina y al mismo expresidente López. Me refiero, por supuesto, a la captura de 14 marinos, aduaneros y empresarios involucrados con el contrabando de combustibles, el llamado huachicol fiscal.
La narrativa del secretario García Harfuch no coincidió en una primera instancia con la del Fiscal Gertz. El primero señaló el domingo pasado que las investigaciones que condujeron a la captura de estos 14 individuos comenzaron en marzo de este año, cuando se decomisó un cargamento de combustible a bordo de un barco. Por su parte, Gertz aseguró, en una mañanera, que era una investigación que había iniciado desde hace dos años, cuando se le había “acercado” el entonces secretario de Marina, Rafael Ojeda y le habló de sus sospechas de corrupción.
Las dos narrativas se han hecho compatibles para exonerar a Ojeda y, por supuesto, al propio AMLO, el presidente que juró que se había acabado con el huachicol y que “un presidente estaba enterado de todo”. En los últimos años del pasado sexenio, el órgano de control de la SEMAR llevó a cabo 37 auditorías y no detectó nada. Incluso, en su informe final, Ojeda aseguró que la secretaría que comandaba estaba limpia. Lo peor es que quienes comandaban la trama del huachicol eran sus sobrinos políticos.
El presidente López y el almirante Ojeda no vieron o no quisieron ver lo que sucedía. Se ha tratado de proteger a la Secretaría de Marina, pero la realidad es que se ha comprobado que nuestras fuerzas armadas no solo no están a la altura de todas las tareas que se les han encargado, sino que no son incorruptibles. Este es el elefante en la habitación del que trata de evitar hablar el gobierno y también los partidos de oposición. Incluso algunos de los analistas críticos lo evitan.
Pero la verdadera tragedia nacional no es esa. Esta semana que agoniza se dio a conocer una información importante, con un alcance mayor que todas las anteriores. Se trata de la educación. El panorama es desalentador: una deserción escolar enorme, un nivel educativo entre los más bajos de la OCDE y un recurso público insuficiente. Más allá de los discursos, la educación está convertida en un desastre generacional.
En el ciclo escolar 2024-2025, casi 900 mil estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato abandonaron las aulas. De este número, más de las dos terceras partes fueron en la educación media superior. Sheinbaum asegura que el presupuesto para educación ha crecido, pero hay mano negra en las cifras. La OCDE ha documentado que el gasto por alumno a todos los niveles ha decrecido. Están tomando en cuenta los recursos para las becas como si fuera una inversión directa. La realidad es otra: escuelas con nulo equipamiento y falta de capacitación docente. Por otro lado, la prueba PISA muestra que los estudiantes mexicanos enfrentan el peor nivel en 20 años.
¿Hay algo que celebrar el 15 de septiembre?
FE DE ERRATAS: En el artículo de la semana pasada hay una equivocación y la aclaro: la Gran Guerra terminó en 1918, no en 2018. Mil disculpas.
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Cortesía de El Economista
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