El cumplimiento migratorio como nuevo riesgo corporativo: Lo que enseña Hyundai

A inicios de septiembre, casi 500 trabajadores fueron detenidos durante una redada federal en la planta de baterías para vehículos eléctricos de 7,6 mil millones de dólares que Hyundai está construyendo en Georgia. A primera vista, la noticia parece ser otro capítulo en el debate en curso sobre la aplicación de las leyes migratorias en Estados Unidos. Pero el incidente revela algo mucho más trascendental para las corporaciones globales: una dimensión oculta del riesgo corporativo que durante mucho tiempo ha sido subestimada.

Durante décadas, las empresas multinacionales y sus contratistas han dependido de visas temporales, en particular los permisos de visitante B1 y B2, para trasladar especialistas, técnicos y trabajadores a través de fronteras de manera rápida. Era una solución pragmática. Los proyectos avanzaban con mayor rapidez, los costos se mantenían bajo control y las verificaciones de cumplimiento a menudo se trataban como algo secundario. Sin embargo, el cambio repentino en la estrategia de aplicación de la ley en EE. UU. ha transformado lo que antes era un área gris manejable en un riesgo estratégico con implicaciones directas para la marca, las operaciones y la confianza de los inversionistas.

El caso Hyundai no debe interpretarse como una controversia aislada, sino como una llamada de atención. El cumplimiento migratorio ha dejado de pertenecer al ámbito administrativo de “back-office” para convertirse en un asunto de gobernanza corporativa y de gestión de riesgos empresariales.

Cuando las Visas se Convierten en una Vulnerabilidad

Para entender por qué, conviene observar de cerca la dinámica de la redada en Georgia. Agentes federales, respaldados por Homeland Security Investigations y por Immigration and Customs Enforcement (ICE), detuvieron a cientos de trabajadores. La mayoría eran ciudadanos surcoreanos, aunque también había personas provenientes de México y otros países. Muchos, según se informó, portaban visas de visitante —válidas para reuniones de negocios o viajes, pero no para actividades de empleo.

Hyundai se apresuró a subrayar que los detenidos eran subcontratistas, no empleados directos. Sin embargo, en el tribunal de la opinión pública —y cada vez más en los ojos de los reguladores— esa distinción tiene poco peso. El nombre que aparece en la fábrica es Hyundai. Las consecuencias reputacionales recaen en Hyundai. Y los inversionistas no diferencian entre un error de un contratista y un error de la propia corporación.

Ésta es la esencia del riesgo oculto. El incumplimiento de un tercero puede metastatizarse en una crisis reputacional para la empresa principal. Lo que antes parecía un asunto administrativo marginal puede escalar hacia una disrupción operativa, una exposición legal y un daño duradero a la marca.

La Expansión de la Definición de Riesgo Corporativo

La redada en Hyundai ilustra una transformación más amplia en el entorno de riesgos que enfrentan las multinacionales. Los líderes corporativos ya lidian con la ciberseguridad, la fragilidad de las cadenas de suministro y las tensiones geopolíticas. Ahora, el cumplimiento migratorio se suma a esta lista de riesgos estratégicos.

1. Riesgo Operativo. La construcción de la planta en Georgia fue temporalmente interrumpida. Un proyecto que debía simbolizar la expansión de Hyundai en Estados Unidos y su liderazgo tecnológico quedó paralizado, con cronogramas y presupuestos en entredicho.

2. Riesgo Regulatorio. Las autoridades estadounidenses presentaron la redada como la mayor acción de control migratorio en un solo sitio en la historia. Esa magnitud señala una nueva postura de aplicación de la ley, que las empresas ya no pueden desestimar como simple teatro político. Multas, sanciones y un escrutinio más estricto en proyectos futuros están ahora sobre la mesa.

3. Riesgo Reputacional. La reputación global de Hyundai —cuidadosamente construida durante décadas de manufactura de calidad y confianza en la marca— quedó de pronto asociada con imágenes de trabajadores esposados y titulares sobre “trabajo ilegal.” En el ecosistema mediático actual, el daño reputacional puede propagarse más rápido de lo que cualquier estrategia de comunicación corporativa puede contener.

4. Riesgo para Inversionistas. Los mercados tienden a castigar la incertidumbre. Si una empresa parece incapaz de controlar a sus contratistas, o peor aún, es percibida como cómplice de evadir la ley, la confianza de los inversionistas puede tambalear. Para un fabricante de automóviles que invierte fuertemente en la transición hacia los vehículos eléctricos, cualquier distracción puede repercutir en las valoraciones de mercado.

5. Riesgo Diplomático. El gobierno de Corea del Sur se vio obligado a fletar un avión para repatriar a cientos de sus ciudadanos. Lo que comenzó como un asunto de cumplimiento se transformó en un desafío diplomático bilateral. Para las corporaciones multinacionales que operan en múltiples jurisdicciones, la dimensión geopolítica de estos incidentes no puede ser ignorada.

Por Qué los Consejos de Administración Deben Prestar Atención

El cumplimiento migratorio suele considerarse responsabilidad del área de recursos humanos o del departamento legal. Sin embargo, el caso Hyundai demuestra que, en realidad, es un asunto que compete directamente al consejo de administración, así como a los equipos de gestión de riesgo y gestión de crisis.

Los consejos tienen el deber de salvaguardar el valor a largo plazo, la reputación y la resiliencia de la empresa. Supervisan los marcos de gestión de riesgos y deben garantizar que las vulnerabilidades —por muy técnicas o burocráticas que parezcan— no pasen desapercibidas. El cumplimiento migratorio debe formar parte de este marco por tres razones:

• Se cruza directamente con la estrategia corporativa. Las expansiones, las asociaciones estratégicas y los proyectos de construcción a gran escala suelen depender de talento global especializado. Si las reglas de visado se endurecen inesperadamente, los proyectos se paralizan.

• Expone a las empresas al contagio reputacional. Los subcontratistas son extensiones de la marca. Sus fallos de cumplimiento son también los fallos de la empresa.

• Puede desencadenar consecuencias en cascada. Una sola redada puede detonar demandas, investigaciones regulatorias, activismo de accionistas y escrutinio político.

En pocas palabras, el deber fiduciario de los consejos ahora se extiende —junto con la responsabilidad de los equipos de gestión de riesgo y crisis— a garantizar que el riesgo migratorio sea identificado, evaluado y gestionado con el mismo rigor que los riesgos cibernéticos, financieros u operativos.

Construyendo un Marco de Cumplimiento Resiliente

¿Qué pueden hacer los líderes corporativos para mitigar esta vulnerabilidad emergente? Varias medidas estratégicas ya son evidentes:

1. Realizar Auditorías de Visas y Laborales. Las empresas deben auditar proactivamente no solo a sus propios empleados, sino también a los de sus subcontratistas y proveedores. Cada persona en sitio debe contar con el estatus legal correspondiente. Esto puede ralentizar la movilización de proyectos, pero evitará crisis posteriores.

2. Elevar la Supervisión de los Contratistas. Externalizar no significa externalizar la responsabilidad. Los consejos deben exigir estructuras claras de rendición de cuentas, que obliguen a los subcontratistas a certificar su cumplimiento y someterse a revisiones independientes.

3. Integrar el Riesgo Migratorio en la Gestión Integral de Riesgos. El cumplimiento migratorio debe mapearse junto con la ciberseguridad, la cadena de suministro y el riesgo geopolítico. La planeación de escenarios ante acciones de cumplimiento —incluyendo redadas— debe formar parte de los manuales de gestión de crisis.

4. Fortalecer la Comunicación en Crisis. Una vez que ocurre un incidente, la velocidad y claridad de la comunicación corporativa pueden determinar la gravedad del daño reputacional. Mensajes preparados y voceros designados son esenciales.

5. Relacionarse Proactivamente con los Gobiernos. Las empresas que operan a través de fronteras deben mantener canales abiertos con las autoridades migratorias y laborales relevantes. La transparencia, la consulta y las relaciones de cooperación pueden mitigar sorpresas en la aplicación de la ley.

El Contexto Estratégico Más Amplio

La redada en Hyundai no puede separarse del contexto político y económico más amplio. El gobierno de Estados Unidos, bajo presión para crear empleos para los trabajadores nacionales, está enviando un mensaje claro: las empresas extranjeras deben capacitar y contratar estadounidenses, y no evadir el sistema mediante vacíos legales en materia de visas.

Al mismo tiempo, las corporaciones multinacionales enfrentan una competencia global y cronogramas de proyectos urgentes. La tentación de utilizar visas de visitante para labores no desaparecerá de la noche a la mañana. Pero el cálculo ha cambiado. Lo que antes era una práctica tolerada ahora conlleva un riesgo reputacional existencial.

Para las industrias en transformación —desde la automotriz hasta los semiconductores y las energías renovables— los riesgos son aún mayores. Los gobiernos están invirtiendo miles de millones en subsidios, créditos fiscales e incentivos. Las empresas que sean sorprendidas saltándose las reglas de cumplimiento podrían ver comprometido su acceso a esos incentivos.

El Cumplimiento Migratorio como Riesgo Crítico y Prioridad Estratégica para las Empresas Globales

El caso Hyundai es más que un titular sobre inmigración. Es un estudio de caso sobre riesgo corporativo oculto. Demuestra cómo detalles de cumplimiento pasados por alto pueden detonar disrupciones operativas, crisis reputacionales y repercusiones diplomáticas.

Para los consejos y los ejecutivos, la lección es clara: el cumplimiento migratorio ya no es un detalle administrativo, es un imperativo estratégico.

En una era en la que la resiliencia corporativa depende de anticipar riesgos ocultos, el mal uso de visas y de vacíos legales laborales debe reconocerse por lo que realmente es: una amenaza directa a la marca, a las operaciones y a la creación de valor a largo plazo. Las empresas que tomen medidas proactivas hoy no solo evitarán crisis; se posicionarán como actores globales responsables, capaces de navegar en un mundo cada vez más complejo.

Acerca de los Autores

*Israel Reyes es profesor invitado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde participa en el programa de Gestión de Crisis y Resiliencia Empresarial. Se especializa en la aplicación de matemáticas actuariales y modelado cuantitativo al riesgo operacional y la contingencia corporativa, ayudando a las organizaciones a anticipar y gestionar disrupciones complejas.

*Daniel Serna es abogado especializado en Derecho Migratorio y Derecho Corporativo. Asesora a corporaciones multinacionales en cumplimiento regulatorio, movilidad laboral transfronteriza y los marcos legales que rigen el trabajo y la inversión. Su labor se centra en ayudar a las organizaciones a navegar la intersección entre política migratoria, gobernanza corporativa y estrategia operacional.

Cortesía de El Economista



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