Apenas se estrenó el primer episodio de House of the Dragon (La casa del Dragón), miles de fans se lanzaron a Telegram, X y TikTok para discutir cada giro, diálogo y destino de los personajes. Antes de que terminara la emisión, ya circulaban teorías, spoilers y memes que daban vuelta por toda la red. Este fenómeno, que alguna vez pudo parecer marginal, se ha convertido en un motor invisible que impulsa, moldea y hasta condiciona las producciones audiovisuales. En la era del fandom hiperactivo, el público participa, opina, crea y, en ocasiones, redefine la narrativa que los propios creadores habían planeado.
El concepto no es nuevo, pero su impacto actual es mucho más profundo que el de las comunidades de fanáticos que intercambiaban cartas y fanzines hace algunas décadas. Hoy, gracias a la expansión de redes sociales y plataformas online, los fans forman “tribus digitales” donde la pasión compartida genera identidad, sentido de pertenencia y un poderoso efecto de comunidad.
Los foros de Reddit, grupos de Telegram, cuentas de TikTok y hasta podcasts dedicados a comentar cada detalle de series y películas se han convertido en usinas de opinión que no se limitan a debatir argumentos y puestas escénicas, sino que pueden influir directamente en cómo se desarrolla, promociona e, incluso, termina una producción audiovisual. Fandom reporta más de 350 millones de visitantes únicos mensuales a través de sus más de 250.000 comunidades, aunque parte de esas cifras se corresponden a marcas no necesariamente vinculadas al streaming.
Un estudio de National Public Radio (NPR) de los Estados Unidos reveló que el 68% de los seguidores de series y artistas comenta o comparte contenido relacionado con sus fandoms al menos una vez por semana. La misma investigación revela que apenas un 32% consume de manera pasiva, es decir que muchos espectadores priorizan la interacción y el debate sobre la experiencia lineal de ver la serie.
La revista literaria TwoTwoOne NYC, en su estudio sobre la evolución tecnológica del fandom, sostuvo que “la construcción del contenido a través de teorías, memes y fan art, en el 44% de los casos se produce antes de terminar de ver los episodios”.
El impacto es especialmente visible en la era del streaming. Plataformas como Netflix, Disney+ y Prime Video han decidido monitorear la interacción de los usuarios: la anticipan y la integran a su estrategia de lanzamiento. Adeptos crean contenido propio, videos de reacción y teorías sobre la trama, multiplicando la exposición de una serie sin costo adicional para la plataforma.
Como explica un reciente estudio de Wondery, empresa internacional especialista en podcast, los fans se convierten en promotores activos: su entusiasmo y su capacidad de generar conversación aumentan la visibilidad de los estrenos y crean un efecto viral difícil de igualar por cualquier campaña publicitaria tradicional. La misma compañía en otro relevamiento detectó que el 59% de los fans declara seguir series o artistas principalmente para participar en conversaciones online, mostrando que “el consumo mediático muchas veces se da como excusa para la interacción social, no necesariamente por adhesión artística”.
De nicho a movimiento global
Global Fan Study realizado por Amazon Advertising y Wondery, reveló que el 82% de los usuarios de plataformas de streaming participa activamente en comunidades online relacionadas con sus contenidos favoritos. Además, el informe destaca que 1 de cada 3 crea contenido propio -memes, fanart o teorías- sobre las series que sigue.
El Informe Digital 2025 (DataReportal / We Are Social) señala que más del 70% del tráfico en TikTok y X vinculado a entretenimiento proviene de interacciones entre fans, y que los hashtags de fandom -#HouseOfTheDragon, #Swifties, #KdramaFans- acumulan más de 2.000 millones de visualizaciones mensuales combinadas.
Ejemplos internacionales de fandom abundan. En el caso de Taylor Swift, su equipo de management –Taylor Nation– fomenta la participación activa mediante “streaming parties” y desafíos en redes sociales que consolidan la comunidad y aumentan el alcance global de su música.
Los fans de K-pop llevan esta dinámica al extremo: coordinan campañas de visualizaciones, hashtags y merchandising, generando un efecto colectivo que incluso impacta en rankings y ventas.
En la Argentina, la cultura del fandom tiene su propia historia. Series como Casi Ángeles, Rebelde Way, Floricienta y Violetta han generado comunidades activas que no se limitaron a difundir comentarios, sino que organizan encuentros presenciales y virtuales, producen contenido propio y mantienen viva la memoria cultural de estas producciones. Eventos como la “Fiesta Fandom Argentina” reúnen a miles de seguidores que celebran su pasión y refuerzan la identidad de cada comunidad.
Hace 11 años, Tini Stoessel cantaba ante 250 mil personas en Palermo, show gratuito para sus fans, que con el tiempo construyeron fandom masivos en varios países. El fandom hiperactivo no se limita a comentar; puede moldear decisiones creativas. Según una reciente investigación de Variety, semanario estadounidense dedicado al cine y a la cultura popular, el 54% de los productores estadounidenses admite ajustar tramas o campañas de marketing en tiempo real debido a la retroalimentación de fans en redes sociales. Las mentes detrás de Stranger Things, por ejemplo, reconocieron haber adaptado algunos detalles del final de la serie para sincronizarlos con las expectativas de los fans, conscientes de la presión que ejercen en redes.
“La urgencia por opinar compartir teorías o sumarse al debate no es casual -advierte Deborah Grayson Riegel, especialista en audiencias de la Universidad de Duke y la Escuela de Negocios Wharton-: detrás está la necesidad de sentirse parte. El fandom opera como una comunidad simbólica donde los seguidores encuentran identidad, reconocimiento y un refugio emocional frente a la rutina”.
Así, por ejemplo, la producción de The Witcher monitorea hashtags, cuentas de fans y comentarios en TikTok para priorizar ciertas escenas de los episodios y anticipar lanzamientos de spin-off, según reportó Marketing Brew. La interacción de los seguidores también ha definido contenido adicional de los DVD/Blu-ray y campañas de merchandising. Arcane, la serie basada en League of Legends, adaptó algunas secuencias y materiales de marketing considerando los memes, fan arts y teorías que circulaban entre la comunidad gamer y de animación, según información de Advertising Amazon.
Cuando el público influye en la narrativa
La “fluidez fandom”, un concepto reciente, describe a quienes participan en múltiples comunidades simultáneamente, reflejando la aceptación de identidades múltiples y de intereses culturales diversos, lo que potencia aún más la actividad en redes y la visibilidad de los contenidos. Un estudio publicado por Redalyc, plataforma que reúne investigaciones científicas, encontró que el 71% de los fans de Latinoamérica afirma que pertenecer a uno de estos grupos les proporciona identidad y comunidad, y un 65% considera que las interacciones con otros fans enriquecen su experiencia con la serie o artista.
Kantar IBOPE Media reveló en una investigación sobre cultura de streaming en Latinoamérica mostró que el 64% de los jóvenes entre 16 y 34 años sigue activamente fandoms o comunidades vinculadas a series o artistas, y que el 48% comparte o comenta contenido sin haber visto el episodio completo.
Según datos de Comscore y Flow Argentina, existen más de 200 grupos de Telegram y Discord dedicados a series nacionales o producciones dobladas en el país, con comunidades que superan los 10.000 miembros cada una. Series como El encargado, Cielos y demonios y Maradona: sueño bendito registraron picos de conversación superiores al 400% durante las semanas de estreno.
En su momento, en la Argentina, Casi Ángeles fue la primera producción de Cris Morena que utilizó los foros y sitios de fans para medir la recepción de personajes y tramas, ajustando la cantidad de escenas de ciertos personajes secundarios según la popularidad en redes y fan clubs. Incluso se promovieron concursos y contenidos interactivos para mantener alerta a la comunidad y anticipar el interés en los episodios.
Cromo, la serie basada en un thriller policial, con idea de Santiago Loza y dirigida por Lucía Puenzo, Nicolás Puenzo y Pablo Fendrik, implementó encuestas online y monitoreo de grupos de fans en redes para medir qué giros argumentales generaban más expectación. Esta retroalimentación ayudó a decidir qué personajes secundarios recibirían más desarrollo en la temporada siguiente.
Durante el estreno de El encargado, la serie protagonizada por Guillermo Francella bajo la dirección y producción de Mariano Cohn y Gastón Duprat, el equipo de trabajo siguió activamente los comentarios en TikTok e Instagram para identificar teorías populares y ajustar campañas promocionales. Los productores reconocieron en Vox.com que algunas escenas se enfatizaron en trailers y reels según la reacción de la audiencia online.
Por su parte, Maradona: sueño Bendito, aunque es una biopic, el fandom en redes tuvo un impacto directo en cómo se comunicaban ciertos episodios. Los productores locales siguieron los debates en Twitter (actual X) y grupos de fanáticos de fútbol para decidir qué escenas lanzar primero en clips promocionales y cómo narrar los episodios más controvertidos.
Casi feliz, dirigida por Hernán Guerschuny y creada por él, Sebastián Wainraich y Alejandro De Grazia, incorporó feedback de redes sociales para definir la duración de ciertas tramas y decidir qué subhistorias tenían más relevancia en la nueva temporada.
El equipo de guionistas y producción de El marginal en sus temporadas más recientes admitió haber considerado comentarios de fans sobre personajes y giros de la trama en redes sociales y foros de discusión para ajustar escenas clave en la última temporada.
Así, entonces, el espectador es un co-creador. Comenta, teoriza, crea y, en ocasiones, decide el rumbo de las historias. Plataformas, productores y creadores que entienden esta dinámica encuentran en los fans aliados estratégicos que amplifican el impacto cultural de sus producciones y prolongan la vida de las series mucho más allá de la emisión original. El fenómeno del fandom hiperactivo es, en definitiva, la expresión más evidente de cómo la cultura digital ha reconfigurado la manera en que consumimos entretenimiento
Cortesía de Clarín
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