El dramático momento en el que la policía de Francia interviene un “bote-taxi” con migrantes que cruzan el Canal de la Mancha para llegar a Reino Unido

    • Autor, Andrew Harding
    • Título del autor, Corresponsal de la BBC

Es un momento de gran dramatismo y pocas veces visto.

Un pequeño bote inflable, cargado de hombres, mujeres y niños, se mece peligrosamente entre las olas en las aguas de la costa de Boulogne, en el noroeste de Francia.

Entonces, la policía francesa interviene y agujerea con cuchillos la embarcación.

Todos los que estaban a bordo lograron evacuar a medida que el bote se desinflaba en medio de escenas caóticas.

La intervención de las autoridades francesas fue altamente inusual pese a que la crisis de migrantes que cruzan el Canal de la Mancha de Francia a Reino Unido es constante.

La policía francesa suele seguir reglas estrictas que les prohíbe entrar en el mar en caso de que sus vidas puedan estar en riesgo.

“Vamos, entremos”, dijo uno de los gendarmes, quitándose su chaleco antibalas y desenvainando un pequeño cuchillo. Sus colegas también se deshicieron de sus chalecos protectores, colocando los equipos en la parte trasera de un vehículo de la policía antes de correr hacia el agua.

Es posible interpretar este inusual incidente como evidencia de que la policía francesa -que está bajo creciente presión para frenar el aumento de los cruces de migrantes de pequeñas embarcaciones a Reino Unido- está cambiando de táctica.

Sin embargo, fuentes en Francia le dijeron a la BBC que los cambios de procedimiento que se están considerando ahora casi seguramente se enfocarán en el uso de barcos de patrulla en el mar para interceptar los “botes-taxi” antes de que estén completamente llenos, en lugar de aprobar intervenciones más agresivas de la policía en la playa.

El portavoz oficial del primer ministro británico, Keir Starmer, afirmó que las imágenes de la policía francesa destruyendo el bote eran “un momento significativo y una acción que recibimos con satisfacción”.

“Queremos ver que se tomen acciones más enérgicas. Ese es precisamente el enfoque de nuestra labor, es el resultado de este trabajo”, expresó el portavoz.

Un agente de la policía francesa agujerea varias veces el bote inflable con migrantes en el canal de la Mancha

A unos metros de la costa, el bote mismo estaba claramente en dificultades. Las personas estaban abarrotadas en torno al motor externo, que se había varado brevemente pero lo estaban tratando de encender otra vez.

La olas se estrellaban bajo el bote, sacudiéndolo fuera de control, y se escuchaban fuertes gritos de varios niños que estaban en peligro de ser aplastados a bordo.

Con anterioridad, dos numerosos grupos de personas con chalecos salvavidas anaranjados habían salido de entre las dunas cercanas y adentrado rápidamente en el mar.

En total había probablemente entre 80 o 100 personas. Cuando el primer “bote-taxi” -usado por los traficantes para recoger pasajeros en diferente puntos de la costa francesa- pasó de largo a unos 100 metros de la orilla, estaba claramente lleno y no se detuvo para recoger más gente.

Unos minutos después, una segundo bote, casi sin pasajeros, se acercó a la orilla, observado por un barco de la guarda costera de Francia que estaba más adentrado en el Canal de la Mancha.

Inicialmente, la gente se movilizó hacia adelante en grupos organizados, tomados de la mano, y dirigidos por un hombre que parecía estar liderando las acciones.

Pero cuando el bote inflable dio la vuelta y se acercó en reversa, se formó un tumulto a medida que decenas se apresuraban a abordar desde el agua, que les llegaba hasta la cintura.

Al principio, los gendarmes rehusaron intervenir y se quedaron quietos observando desde la costa.

Un agente me repitió una explicación que ya me es familiar: que ellos no pueden entrar en el agua, con la excepción de rescatar personas.

Una joven niña llora dentro del bote, apretujada por una cantidad de migrantes

Pero a medida que la situación se volvía cada vez más caótica, los uniformados en el escena claramente sintieron que una fina línea se había cruzado, que aquellos a bordo ahora estaban en peligro, y que había una pequeña oportunidad de inhabilitar el bote con relativa seguridad mientras los traficantes estaban distraídos en el intento de reiniciar el motor.

Un policía tajó repetidamente la embarcación de goma: hubo llantos y gritos de furia y frustración de algunos de los que estaban a bordo.

Una joven mujer, que se encontraba en el centro del tumulto, apretujada en la popa de la embarcación cerca del motor, fue alzada y sacada mientras otras personas nadaban apresuradamente hacia la arena.

Momentos después, el bote fue arrastrado hasta la orilla por la policía mientras los migrantes empezaban a recoger los artículos que habían abandonado en la playa y se dirigieron tierra adentro, entre los senderos arenosos, por las dunas hasta la aldea más cercana para tomar un autobús de vuelta a los campamentos de migrantes más al norte.

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Cortesía de BBC Noticias



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