La formación del fenómeno climático conocido como “La Niña” se puede desarrollar antes de que termine el año y de mantenerse con diversos efectos en el planeta al menos durante el primer trimestre del próximo año.
Este es el reporte más reciente del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que señala que actualmente se mantiene vigilancia sobre este fenómeno. Según el informe, podría presentarse entre noviembre y diciembre de 2024, con un 57% de probabilidad, y se espera que persista hasta el periodo de enero a marzo de 2025.
De acuerdo con el SMN, los distintos modelos climáticos sugieren que “La Niña”, también conocida como “El Niño/Oscilación del Sur (ENSO)”, tendrá una duración breve y una intensidad débil.
El Centro de Predicciones Climáticas del National Centers for Environmental Prediction de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) coincide con esta evaluación. Además, señala que estas características determinarán algunos de los efectos asociados a “La Niña”, como un impacto invernal menos pronunciado que el habitual.
Aunque se anticipa que no será un fenómeno intenso, una publicación en el blog de la NOAA destaca que, incluso con baja intensidad, puede influir en los patrones globales de temperatura, lluvia y nieve.
Cómo se determina “La Niña”
La categoría de vigilancia para “El Niño” o “La Niña” se establece cuando existen condiciones favorables para su desarrollo en los siguientes seis meses.
En el caso de “La Niña”, estas condiciones incluyen, según la NOAA, la presencia de una anomalía negativa en la temperatura de la superficie del mar de -0.5 °C o menos durante un mes en la región 3.4, una de las cuatro áreas del Océano Pacífico donde se monitorean estos fenómenos.
Esta fase fría del ENSO se caracteriza por temperaturas superficiales más bajas que el promedio en el Pacífico tropical, lo que puede generar aire ascendente y, por ende, tormentas que alteran la circulación atmosférica tropical.
Un fenómeno retrasado
El blog de la NOAA anticipa que “La Niña” de este año será breve, ya que su desarrollo es “bastante tardío” en el calendario. Históricamente, solo se han registrado dos fenómenos similares en los últimos 75 años durante el periodo de octubre a diciembre.
Dado que estos fenómenos alcanzan su máxima intensidad en invierno, el tiempo disponible para que “La Niña” de 2024 se fortalezca es limitado. Por lo tanto, se prevé que sus efectos sean débiles, aunque podrían alterar la circulación atmosférica global y provocar un invierno más seco en algunas regiones del mundo.
Cortesía de Xataka
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