El Gobierno Federal de Estados Unidos continuará cerrado al menos hasta el lunes 6 de octubre, luego de que dos propuestas presupuestarias fallaran este viernes en el Senado, que entrará en receso durante el fin de semana. La próxima votación en la Cámara Alta está programada para la tarde del lunes, cuando demócratas y republicanos presentarán sus proyectos para financiar las operaciones de la Administración Central, paralizada desde el miércoles por falta de acuerdo entre las dos bancadas.
Al menos 900 mil trabajadores federales fueros suspendidos de sus labores mientras que otros 700 mil seguirán trabajando sin percibir un salario. Servicios esenciales como los controladores aéreos y el personal de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), la Seguridad Social, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) continuarán funcionando.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, responsabilizó a los demócratas del cierre del gobierno federal estadounidense y advirtió sobre el impacto en 1,3 millones de miembros de las fuerzas armadas que no están recibiendo pago. “Estas conversaciones y reuniones no estarían ocurriendo si los demócratas hubieran votado para mantener abierto el gobierno”, declaró Leavitt.
Un nuevo bloqueo de fondos el lunes en el Senado haría peligrar la difusión de la balanza comercial de EE.UU. el próximo martes, emitida por el Buró de Análisis Económico (BEA). De prolongarse la paralización federal, también está en entredicho la publicación a tiempo de los índices de inflación el próximo 15 octubre, lo que también complicaría el monitoreo de la economía para analistas y la Reserva Federal (Fed), a menos de un mes de su próxima reunión para decidir sobre una nueva rebaja de tipos.
Republicanos y demócratas se culpan unos a otros de la paralización federal, la primera en siete años. La mayoría republicana acusa a la oposición de buscar intencionalmente el cierre y se niega a ceder ante las exigencias de mayor financiación de servicios sanitarios porque estos beneficiarían a “inmigrantes ilegales”, algo que los demócratas niegan.
Cortesía de Página 12
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