El primer ministro escocés, John Swinney, trasladó este martes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la necesidad de eximir al whisky escocés del arancel del 10 por ciento que se aplica a las exportaciones del Reino Unido y le pidió que actúe para facilitar un alto el fuego en Gaza. La reunión entre ambos líderes, que se celebró en el lujoso complejo Trump International Golf Links en la localidad de Balmedie, al norte de Aberdeen, y duró unos 20 minutos, fue “cordial y constructiva”, según fuentes del gobierno escocés. La visita de Trump a Escocia combinó negocios, política y golf y concluyó este martes tras varios días de reuniones con líderes británicos y europeos y un amplio dispositivo de seguridad que movilizó a unos 5 mil agentes y generó millones de libras en costos para la región.
“No sabía que el whisky fuera un problema”
Swinney explicó a la prensa que planteó a Trump la “identidad única” del whisky escocés (‘Scotch’), que “no puede producirse en ninguna otra parte del mundo”. Según dijo, quedó abierta “una ventana de oportunidad” con el presidente republicano para seguir negociando el tema, y lo invitó a hacer un seguimiento con el embajador estadounidense en Londres, Warren A. Stephens.
El whisky escocés representa una cuarta parte de las exportaciones alimentarias del Reino Unido y los aranceles actuales suponen un costo estimado de 4 millones de libras (unos 5,2 millones de dólares) semanales para la industria, según la organización comercial que representa a la industria del whisky escocés, Scotch Whisky Association. El lunes, periodistas en su resort de Turnberry, en Ayrshire, le preguntaron a Trump sobre los aranceles al whisky, y pareció no percatarse del problema.
“Hablaremos de eso, no sabía que el whisky fuera un problema”, dijo el magnate, quien agregó fiel a su estilo: “No soy un gran bebedor de whisky, pero quizá debería serlo”. Estados Unidos y el Reino Unido firmaron un acuerdo comercial en junio, pero éste no protegió a todos los sectores de los aranceles. Trump y Swinney ya habían mantenido una larga conversación la noche anterior durante una cena con el primer ministro británico, Keir Starmer.
Trump agradeció públicamente la presencia de Swinney y lo describió como “un tipo estupendo que ama el golf y a su país”. Swinney por su parte declaró: “Creo que el presidente Trump está dispuesto a analizar los temas que le he planteado. No creo que esa fuera la postura hace unos días, porque creo que el presidente Trump opinaba que el acuerdo comercial estaba cerrado y que el asunto estaba zanjado”.
La cuestión de Gaza
A pesar de respaldar a la rival de Trump, Kamala Harris, en las elecciones estadounidenses del año pasado, Swinney disfrutó de un acceso significativo al presidente durante su visita de cinco días a Escocia, de acuerdo al diario The Guardian. El líder independentista escocés también abordó con el mandatario estadounidense la situación humanitaria en Gaza, un asunto que dijo “preocupa profundamente a la población escocesa”. Al respecto, aseguró que Trump reconoció la gravedad del conflicto y escuchó con atención los argumentos presentados.
Casi en paralelo a su partida, Keir Starmer anunció en una declaración que su país reconocerá el Estado de Palestina en septiembre si Israel no cumple una serie de condiciones, entre ellas un alto el fuego y la facilitación de ayuda humanitaria a Gaza. Tras reunirse con Starmer el lunes en su otro resort de Turnberry, en el oeste de Escocia, Trump reconoció que “no le importa” si el Reino Unido toma esa decisión.
El tercer campo de golf en tierra escocesa
El Air Force One, el avión que trasporta a Trump, despegó el martes de la base aérea de RAF Lossiemouth, en el nordeste de Escocia, poniendo así fin a la visita privada del mandatario, en la que mantuvo una intensa agenda oficial. A las 17:27 hora local despegó el avión con Trump a bordo, después de abandonar una hora antes su complejo turístico de Trump International, donde inauguró un nuevo campo de golf.
Trump, apasionado del golf, inauguró personalmente el nuevo campo de su complejo de Balmedie, y cortó la cinta inaugural en presencia de sus hijos Donald Jr. y Eric, los actuales responsables del holding familiar propietario de las instalaciones. Luego realizó su característico baile al ritmo de ‘YMCA’ de Village People. “Va a ser genial. Estoy deseando jugar. Haremos una partida rápida y luego volveré a Washington para apagar los incendios en todo el mundo“, declaró el magnate ante un grupo de invitados que incluía al primer ministro escocés.
Según un folleto distribuido a la prensa, el campo cuenta con “el búnker natural más grande del mundo”, además de dunas y greens con vistas al mar, y ha sido diseñado con “una atención especial al respeto del medio ambiente”. Sin embargo, la aprobación en 2019 del campo por parte de las autoridades locales generó oposición entre vecinos y líderes ecologistas. Con este nuevo campo, diseñado por un equipo liderado por Eric Trump, ya son tres los campos que la compañía Trump Golf tiene repartidos por tierras escocesas y 19 en el mundo.
Poco antes de dejar Escocia, el presidente colgó un mensaje en su red Truth Social mostrando sus condolencias por la masacre perpetrada por un joven en un edificio de oficinas en Nueva York, en la que murieron cuatro personas. Además, en su visita a Escocia, tierra natal de su madre, el estadounidense alcanzó el domingo un acuerdo arancelario con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que frenará la guerra comercial.
Cortesía de Página 12
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