El grito y el “primer caballero”


El esposo de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, poco participa en eventos públicos o protocolarios. Jesús María Tabirra es un doctor en Ciencias Físicas, profesionalmente alejado del mundo de la política, que acompaña a la mandataria ocasionalmente a eventos protocolarios, siempre manteniendo bajo perfil, casi desapercibido… hasta la noche del Grito de Independencia.

El pasado 16 de septiembre fue histórico para el país porque, por primera vez desde 1810, una mujer ondeó la bandera de México, replicando el evento que marcó el inicio de nuestra Independencia. Y ahí estuvo Tabirra, junto a la mandataria y ante la mirada de millones de personas, que los veían por televisión o desde el Zócalo capitalino.

De traje oscuro, Tabirra caminó junto a Sheinbaum por los pasillos de Palacio Nacional hasta el salón donde la esperaba una escolta militar de mujeres, que le entregó la bandera. Mientras ella nombraba a las heroínas y héroes de la Patria y agitaba la bandera en el balcón principal, su marido estaba de pie detrás de ella, orgulloso, sonriendo ampliamente, sin despegarle la vista.

“¡Viva México!” gritó Sheinbaum, y su marido parecía contener el aire de la emoción. “¡Viva México!” y él repetía la frase abriendo ampliamente sus ojos, sin dejar de sonreír. “¡Viva México!” y Tabirra la veía orgulloso: su esposa frente a miles de mexicanos, la primera Presidenta de México.

El marido de la Presidenta tuvo los reflectores y los ojos puestos en su vestimenta y la manera en que se manejó durante el evento. Al igual que le sucede a cada “Primera Dama”, el “Primer Caballero” de México no se salvó de los comentarios y críticas.

Así como las parejas de muchas otras figuras públicas, a Tabirra le ha tocado enfrentarse a un mundo totalmente ajeno a lo que se venía dedicando. Académico y asesor financiero, en 1994 obtuvo el premio Weizmann, que otorga la Academia Mexicana de Ciencias a las mejores tesis doctorales. Es alguien que se ha dedicado al mundo financiero; claro que iba a estar nervioso o poco cómodo con millones de personas observándolo en Palacio Nacional, en un evento de esa magnitud.

Aunque a veces acompaña a su esposa en giras por el país y está en primera fila en actos públicos como el primer informe de Gobierno de la mandataria, el especialista en riesgos financieros apenas aparece en público. Al igual que él, los “Primeros Caballeros” de otros países han sido personajes apenas visibles y con poca o nula presencia pública. En Alemania, por ejemplo, el esposo de Angela Merkel se mantuvo alejado de las cámaras durante los 17 años de mandato de la ex canciller; solo se dejaba ver durante un festival de ópera. Los maridos de Margaret Thatcher y Theresa May, ex primeras ministras de Inglaterra, también se mantuvieron de bajo perfil, aunque les atribuyen cierta influencia en sus parejas.

Sheinbaum y Tabirra fueron novios cuando ambos estudiaban la licenciatura en Física en la UNAM, pero terminaron y siguieron distintos caminos; tres décadas después, en 2016, se reencontraron y retomaron su relación. En noviembre de 2023 finalmente se casaron.

Al esposo de la Presidenta le ha tocado ir viviendo, experimentando y desarrollando un papel que durante toda nuestra historia había sido asignado y ocupado por mujeres en México, como parejas de mandatarios. Más allá del morbo que pueda generar, seguirá atrayendo de manera natural -aunque no lo busque- los reflectores de la opinión pública. Lo que haga puede ser un importante precedente ante arcaicos roles y estereotipos de género.

Cortesía de El Informador



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