En 2016, un equipo de científicos mexicanos desenterró algo inesperado en San Luis Potosí. Lo que parecía un yacimiento más en Rancho Carabanchel, cerca del municipio de Cedral, resultó ser el sitio de descanso final de Lily, una cría de mamut Colombino que vivió hace más de 13,800 años. Hoy, casi una década después, ese hallazgo comienza a cambiar lo que se sabía sobre la vida y la muerte de estos colosos prehistóricos.
Según un reporte de El Universal San Luis Potosí, Lily es el primer mamut bebé hallado en la región con un grado de preservación tan detallado que permitió a los científicos reconstruir aspectos íntimos de su corta vida, desde su dieta hasta la posible causa de su muerte.
Una dieta mixta y una etapa de transición alimentaria: la vida de Lily en sus últimos meses
De acuerdo con un comunicado del INAH, la pequeña Lily tenía alrededor de cinco meses al morir, lo cual se determinó gracias al análisis de sus dientes deciduos, el equivalente prehistórico a los “dientes de leche“. Para entender su dieta, los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la UNAM y la UASLP realizaron pruebas con isótopos estables de carbono y oxígeno en el esmalte de un molar y en la dentina de su defensa.
El resultado fue que Lily tenía una dieta mixta. Según un comunicado de la Secretaría de Cultura, aunque seguía siendo amamantada, ya comenzaba a consumir vegetación como pastos, raíces y corteza de árboles. Esta etapa de transición es comparable a la de los humanos entre los cinco y seis meses de edad. El estudio, publicado en la revista Pal Z, es el primero en México que logra describir con esta precisión los hábitos alimentarios de un mamut bebé.
Entre cazadores-recolectores y pantanos: cómo murió Lily y por qué sobrevivió al tiempo
La historia de Lily es también la historia de su entorno. Según el medio, su cuerpo quedó atrapado en un terreno que alguna vez fue un manantial o zona pantanosa. Esto, junto con la intervención humana, fue clave para su conservación.
Marcas en sus huesos revelan que su cadáver fue manipulado por grupos de cazadores-recolectores antes de que animales carroñeros pudieran devorarlo por completo. Es posible que estos grupos aprovecharan su carne o sus defensas. En todo caso, el cuerpo de Lily terminó sepultado entre residuos orgánicos y sedimentos que ayudaron a su conservación durante milenios.
El Cedral, un sitio clave para entender la prehistoria en México
Aunque en México se han encontrado numerosos restos de mamuts, la mayoría corresponden a ejemplares adultos. De hecho, según un comunicado del INAH, hay apenas dos reportes de juveniles, uno en Tlaxcala y otro en el Estado de México y ninguno de ellos ha sido tan completo ni se ha estudiado con el mismo nivel de detalle que Lily.
Los fósiles hallados en Rancho Carabanchel son los primeros en permitir determinar con precisión el estadio ontogénico (es decir, la etapa de desarrollo) de un mamut bebé, desde su gestación hasta su muerte. Además, ofrecen evidencia directa sobre las condiciones ambientales de hace más de 13,000 años en el altiplano potosino, un dato crucial para estudios paleoclimáticos.

Lily podría abrir nuevas líneas de investigación paleontológica
Lily es mucho más que una pieza de museo. Según el comunicado de la Secretaría de Cultura, los restos permanecen actualmente bajo resguardo en la UASLP, donde se les siguen practicando análisis de ADN y estudios sedimentológicos. Uno de los objetivos es determinar si Lily nació en Cedral o si fue trasladada desde otra región por su manada, lo cual podría revelar patrones de comportamiento social en los mamuts.
Para Gilberto Pérez Roldán, investigador de la UASLP y uno de los líderes del estudio, este hallazgo “abre una ventana única al pasado“. Y es que mientras el mundo paleontológico suele concentrarse en los gigantes adultos, la historia de Lily demuestra que incluso los fósiles más pequeños pueden ofrecer los datos más grandes.
Cortesía de Xataka
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