El iceberg más grande del mundo se está moviendo; lo peor: se acerca peligrosamente a una isla remota

Un bloque de hielo más grande que algunas ciudades está en camino a Georgia del Sur. Podría afectar a millones de pingüinos y focas en la región. El iceberg más grande del mundo, conocido como A23a , ha comenzado a moverse tras estar atascado en el fondo marino durante casi 40 años. Su destino parece ser la remota isla de Georgia del Sur , un paraíso natural en el Atlántico Sur que alberga una biodiversidad extraordinaria.

Según National Geographic, la A23a tiene una superficie de aproximadamente 3,600 km² y pesa un billón de toneladas, lo que lo convierte en un coloso flotante. Aunque avanza lentamente, a menos de 3 km/h, los científicos temen que pueda encallar en la plataforma continental de la isla, con consecuencias devastadoras para la fauna local.

Cómo se formó y por qué se ha mantenido inactivo tanto tiempo

El iceberg A23a se desprendió de la plataforma de hielo Filchner en 1986, pero, debido a su tamaño y peso, quedó atrapado en aguas poco profundas. Durante casi cuatro décadas estuvo varado y se derretía lentamente mientras los vientos y las corrientes intentaban empujarlo de su prisión de hielo.

De acuerdo con BBC, el iceberg finalmente comenzó a moverse en 2020 y en diciembre de 2024 se liberó completamente. Desde entonces, ha estado desplazándose con la corriente circumpolar antártica, una de las corrientes oceánicas más fuertes del planeta. Ahora, su trayectoria lo está llevando directamente hacia Georgia del Sur , donde podría quedarse varado o desintegrarse en múltiples fragmentos, lo que complicaría aún más la situación en la región.

¿Qué pasará si el iceberg se detiene en Georgia del Sur?

Si la A23a se encalla cerca de Georgia del Sur, podría ser un gran problema para las poblaciones de pingüinos, focas y otras especies marinas que habitan la isla. Según Yahoo News, los icebergs de este tamaño pueden bloquear las rutas de alimentación de los pingüinos y las focas y los obligaría a nadar distancias mucho mayores en busca de comida. Esto aumenta el gasto de energía de los adultos y reduce la cantidad de alimento que pueden llevar a sus crías, lo que podría provocar una disminución en las poblaciones de estas especies.

Los icebergs son inherentemente peligrosos. Yo estaría sumamente feliz si éste iceberg nos esquivara por completo“, declaró Simon Wallace, capitán del buque gubernamental Pharos de Georgia del Sur, en entrevista con BBC. Un caso similar ocurrió en 2004, cuando el iceberg A38-B quedó varado frente a Georgia del Sur y bloqueó el acceso de millas de pingüinos y focas a sus zonas de alimentación. Como resultado, muchas crías murieron de hambre en las playas de la isla.

A pesar de las preocupaciones, algunos científicos creen que la llegada de la A23a podría tener efectos positivos en el ecosistema marino. Según National Geographic, los icebergs liberan nutrientes a medida que se derriten, lo que puede fomentar el crecimiento del fitoplancton, la base de la cadena alimentaria en el océano. En 2020, por ejemplo, el iceberg A68 se desintegró en el Atlántico Sur, lo que llevó a un aumento en la proliferación de plancton en la región.

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Laura Taylor, investigadora del British Antártida Survey (BAS), explicó a la BBC que el agua de deshielo de estos icebergs contiene hierro y otros nutrientes esenciales para el ecosistema marino:

“No se trata simplemente de agua como la que bebemos. Está llena de nutrientes y sustancias químicas, así como de pequeños animales como el fitoplancton congelados en su interior”

El impacto del cambio climático: más icebergs gigantes en el futuro

El desprendimiento de A23a no está necesariamente relacionado con el cambio climático, ya que ocurrió en 1986. Sin embargo, los científicos advierten que el calentamiento global está acelerando la descomposición de las capas de hielo en la Antártida, lo que significa que veremos más icebergs gigantes en los próximos años.

La Antártida está perdiendo hielo seis veces más rápido que hace 30 años  lo que podría contribuir a la subida del nivel del mar y cambios en las corrientes oceánicas. Andrew Meijers, del British Antártida Survey explicó a National Geographic que los grandes desprendimientos son importantes, pero gran parte del derretimiento ocurre en trozos mucho más pequeños. Mientras tanto,  A23a está ahora a unos 280 kilómetros de Georgia del Sur  y su futuro es incierto. Si sigue la trayectoria de otros icebergs gigantes, podría:

  1. Encallar en la plataforma continental de la isla, afectando a la fauna local.
  2. Seguir a la deriva y desintegrarse gradualmente en el océano, liberando nutrientes.
  3. Romperse en múltiples fragmentos , lo que complicaría la navegación en la región.
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Georgia del Sur se encuentra en el callejón de los icebergs, por lo que se esperan impactos tanto para la pesca como para la vida silvestre, explicó el ecologista Mark Belchier a la BBC:

“Georgia del Sur se encuentra en un callejón de icebergs, por lo que se esperan impactos tanto para la pesca como para la vida silvestre, y ambos tienen una gran capacidad de adaptación”

Cortesía de Xataka



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