A pie de bomba, la cifra manda. Veinticuatro pesos por litro se volvió la barrera psicológica para la gasolina regular en México. Por eso la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Secretaría de Energía reiteran que la estrategia para sostener ese tope sigue firme, con precio máximo como referencia pública.
El centro del plan es la Estrategia Nacional para Estabilizar el Precio de la Gasolina, vigente desde el 1 de marzo de este año. Funciona como pacto voluntario con empresarios gasolineros. La lógica se entiende mejor con el acuerdo que puso sobre la mesa el límite de 24 pesos por litro.
La duda natural llegó con el calendario fiscal. Cada 1 de enero, el IEPS se ajusta por inflación. Hacienda y Energía sostienen que ese cambio no toca la estrategia ni cambia sus piezas clave. La discusión se cruza con la cuota y el temor a que la variación termine frente al consumidor.
Detrás del anuncio también hay varias instituciones, pero el mensaje apunta a control y seguimiento. La coordinación incluye a Energía, Hacienda, Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Comisión Nacional de Energía y el SAT. En esa mesa aparece Profeco, con foco en prácticas y servicios en gasolineras.
Ese contexto importa porque el precio no es lo único que define el gasto semanal. La forma de cargar gasolina también pesa en la rutina. La tensión sube cuando se habla de estímulo fiscal y de cómo esos ajustes se notan en la manguera. Aquí te damos algunos consejos para bajar la ansiedad.
La gasolina regular en México no debería de costar más de 24 pesos el litro.
¿Llenar por litro o por monto? La clave está en la hora a la que cargas gasolina.
Cargar por litro suele tener más sentido en autos con tanque grande, porque deja claro qué cantidad entra y facilita comparar consumos. Para depósitos más pequeños, pagar por monto se siente más práctico. Aun así, conviene recordar lo que pasa cuando la manguera “bota” y alguien insiste en forzar más combustible.
La volatilidad también cambia la decisión. Si el precio sube, pagar por litro antes de ajuste ayuda a aprovechar cada peso. Si el precio se ve estable o baja, pagar por monto da más control del gasto. Ese vaivén se entiende mejor cuando notas que cada gasolinería juega con márgenes y contexto local.
La gasolina regular también es conocida como Magna en estacones de carga de Pemex.
Algo no cambia: el método de pago no mejora ni empeora el rendimiento del auto. Lo que sí mueve la aguja es el manejo. El gasto real se dispara con hábitos y con factores como el aire acondicionado, que suele pasar desapercibido en trayectos diarios.
Y queda un detalle que casi nadie cuida, pero vale en cada carga. Conviene ir muy temprano o muy tarde. Con el sol, los tanques de almacenamiento elevan temperatura y eso produce más vapores. Por seguridad, el punto clave es evitar el motor encendido durante la carga, justo cuando el ambiente queda más sensible.
Foto de portada | Wikipedia
Cortesía de Xataka
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