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- Autor, Redacción
- Título del autor, BBC News Mundo
“Esto va a ser excelente para la televisión”.
Con esas palabras concluyó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la reunión que sostuvo este viernes en la Casa Blanca con su contraparte ucraniana, Volodymyr Zelensky.
Era un encuentro que tenía como objetivo oficial la firma de un acuerdo para que Estados Unidos participe en la explotación de los minerales valiosos que tiene Ucrania, como contraprestación por el apoyo que Washington le ha prestado a Kyiv desde la invasión rusa de 2022.
Acompañados por altos funcionarios y asesores, ambos mandatarios se sentaron en el Despacho Oval a responder preguntas de la prensa y lo que comenzó como un encuentro entre dos aliados terminó en un acalorado choque sin precedentes entre Trump y su vicepresidente, JD Vance, por un lado; y Zelensky por otro.
Allí, en directo, ante cámaras de televisión que transmitían a todos los rincones del mundo, Trump y Vance le recriminaron al mandatario ucraniano que no diera las gracias por el apoyo que le ha brindado EE.UU. durante la guerra.
Además, le dijeron que sin las armas estadounidenses la guerra con Rusia no habría durado más de dos semanas [terminando con una derrota de Ucrania] y le advirtieron que Kyiv no está en una buena posición negociadora.
“Su pueblo es muy valiente, pero o hace un trato o nos salimos. Y si nos salimos, luchará por su cuenta”, le dijo Trump a Zelensky.
El mandatario estadounidense alegó que el ejército ucraniano sufre de “escasez de soldados” y “no está ganando” la guerra, aunque tiene una oportunidad de “salir bien” de ella “gracias a nosotros”.
“Su país está en graves problemas”, indicó a Zelensky, quien respondió: “Lo sé, lo sé”.
Tom Bateman, corresponsal de la BBC en el Departamento de Estado, califica lo ocurrido en el Despacho Oval como “un momento de tensión extraordinario y sin precedentes”.
“Básicamente, se trata de una reprimenda pública al líder ucraniano por parte de Donald Trump y el vicepresidente JD Vance”, dice.
Pero este choque ocurre en un momento clave para Kyiv.
“Para Zelensky este fue el momento diplomático y político más determinante para él y su país desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia hace tres años”, apunta Tom Bateman.
Lo que se juega Ucrania
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Durante la campaña electoral, Trump prometió poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania en poco tiempo.
Y, efectivamente, tras llegar a la Casa Blanca puso en marcha la maquinaria diplomática para lograr el fin del conflicto.
Pero, a diferencia de su antecesor, el demócrata Joe Biden, que actuaba como un crítico de Vladimir Putin y un aliado de Zelensky, Trump afirma que no quiere tomar partido y que simplemente quiere poner fin a la guerra.
Complicando las cosas aún más, el mandatario estadounidense ha dejado claro que no quiere seguir destinando recursos para ayudar a Kyiv y que, más bien, quiere recuperar los fondos que Washington ha dedicado a apoyar a Ucrania.
De ahí la propuesta del acuerdo para que Estados Unidos explote las reservas de tierras raras y metales valiosos que tiene Ucrania.
Zelensky se ha mostrado favorable a ese acuerdo a condición de que contenga también ciertas garantías de seguridad para Ucrania de parte de Estados Unidos, para evitar la posibilidad de que Putin decida volver a atacar a Ucrania después de terminada la guerra.
Pero Trump no ha querido ofrecer esas garantías.
Durante su visita de este viernes a la Casa Blanca, el mandatario ucraniano insistió nuevamente en lo importante que es contar con ese respaldo y fue un punto que buscó argumentar al intentar explicarle al vicepresidente, JD Vance, por qué Kyiv no cree que la diplomacia sola sirva para resolver el conflicto con Rusia.
Fue justo en ese momento cuando el tono de la reunión cambió. Vance comenzó a reclamarle por no haber sido lo suficientemente agradecido con EE.UU. y lo acusó de actuar de forma “irrespetuosa”.
A partir de allí, la cosas fueron cuesta abajo.
El mandatario ucraniano dijo que no deberían hacerse concesiones a Moscú, Trump le respondió que tendrá que hacerlas para lograr la paz y le acusó de “jugar con la Tercera Guerra Mundial”.
Este choque no pudo producirse en un momento más difícil para Zelensky.
“El desbordamiento que vimos en el Despacho Oval reflejó lo que está en juego para Zelensky y su país. No se trata sólo de minerales o dinero; se trata de asegurarse de que tres años de lucha sangrienta no hayan sido en vano. Se trata de la existencia futura de Ucrania frente a una guerra existencial”, señala James Waterhouse, corresponsal de la BBC en Kyiv.
“Los ucranianos sienten que cualquier alto el fuego -sin una garantía de Estados Unidos de que intervendrá si se reaviva la guerra- no valdría ni el papel en el que está escrito”, agrega.
Pero, además, esa paz tendría un costo muy distinto para Kyiv que para Moscú.
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Para empezar, porque Rusia ha descartado devolver lo que ha conquistado por la fuerza (en torno a 20% del territorio de Ucrania) y porque no es evidente que para Washington esto sea un elemento fundamental de las negociaciones.
Trump dijo esta semana que intentará que Kyiv recupere la mayor cantidad de territorio ocupado, pero el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha dicho que es “poco realista” pensar que Ucrania pueda recuperar el territorio perdido desde 2014 y que buscar este “objetivo ilusorio” solo prolongará la guerra y causará más sufrimiento.
“Trump ha ejercido una fuerte presión sobre Ucrania y ha ofrecido grandes concesiones a Rusia”, señala Jeremy Bowen, editor internacional de la BBC.
“Esto parece ser una prueba de que su prioridad es mejorar las relaciones con Rusia, y las concesiones de Ucrania son un precio que está dispuesto a pagar”, agrega.
Ucrania frente a su peor escenario
Zelensky llegó a esta reunión en la Casa Blanca en una posición difícil y no parece haber salido de ella en mejores condiciones.
“La relación entre Donald Trump y Volodymyr Zelensky ya era bastante mala antes del altercado en el Despacho Oval. Ahora está hecha pedazos”, apunta Bowen.
En un mensaje publicado en la red Truth Social, Trump sugirió la posibilidad de que Estados Unidos le retire su apoyo a Ucrania, aunque dejó una puerta entreabierta en caso de que Zelensky decida regresar a negociar, lógicamente bajo las condiciones que le imponga Washington.
“He determinado que el presidente Zelensky no está listo para la paz si Estados Unidos está involucrado, porque siente que nuestra participación le da una gran ventaja en las negociaciones. No quiero ventajas, quiero PAZ. Le faltó el respeto a los Estados Unidos de América en su preciado Despacho Oval. Puede regresar cuando esté listo para la paz”, escribió.
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Pero la sola posibilidad de que Trump suspenda el apoyo a Ucrania configura un escenario dramático para ese país.
“Si Trump sigue el fracaso de las negociaciones con una congelación de la ayuda militar, Ucrania seguirá luchando. Las dudas son con qué eficacia y durante cuánto tiempo”, señala Jeremy Bowen.
Incluso en ese escenario, Ucrania seguirá contando con el apoyo de sus aliados europeos, pero no es evidente que ese respaldo sea suficiente.
Por otra parte, el choque entre Zelensky y Trump tampoco es un buen augurio para las relaciones transatlánticas.
“La ruptura pública también es una señal de que se avecina una gran crisis entre los miembros europeos de la OTAN y Estados Unidos. Los interrogantes sobre el compromiso de Estados Unidos con Europa se han redoblado”, apunta Bowen.
Zelensky abandonó la Casa Blanca sin firmar el acuerdo sobre minerales luego de que el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, le indicaran que debía marcharse, según informó la cadena CBS, socia de la BBC en EE.UU.
A partir de entonces, el líder ucraniano inició lo que parece ser una operación de control de daños.
De hecho, su primer mensaje en la red X estuvo dedicado a dar las gracias a EE.UU.
“Gracias, Estados Unidos, gracias por su apoyo, gracias por esta visita. Gracias @POTUS, al Congreso y al pueblo estadounidense. Ucrania necesita una paz justa y duradera, y estamos trabajando precisamente para lograrlo”, escribió.
Posteriormente, en una entrevista en la cadena Fox, el mandatario ucraniano reconoció que lo ocurrido fue una “situación difícil” y que no era bueno para nadie, pero aseguró que respeta a Trump, que agradece el apoyo recibido de EE.UU., que lamenta lo ocurrido y que cree que la relación con Trump puede recuperarse.
Sin embargo, por el momento lo único que hay es incertidumbre.
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El mandatario estadounidense dijo a periodistas que para volver a las negociaciones, Zelensky tiene que decir que quiere la paz, en lugar de estar diciendo cosas negativas sobre Putin.
“Sólo quiero llegar a un acuerdo, y si se llega a un acuerdo, bien. Pero no se puede envalentonar a alguien que no tiene las cartas para hacerlo y que, de repente, esa persona diga: ‘Bueno, ahora puedo seguir luchando’. No vamos a seguir luchando. Vamos a terminar la guerra o los dejaremos ir y veremos qué pasa, los dejaremos luchar”, dijo.
Un funcionario del gobierno estadounidense, citado por el diario The New York Times, dijo este viernes que toda la ayuda que ese país otorga a Ucrania, incluyendo las armas y equipos cuyo envío fue aprobado durante el mandato de Biden, podría ser cancelada de forma inmediata.
Si eso sucede, Ucrania estará en mayores aprietos, en beneficio de Rusia.
Steve Rosenberg, editor de Rusia de la BBC, destaca que este viernes el presidente Putin no hizo ningún tipo de declaración sobre lo ocurrido en la Casa Blanca.
“Putin no necesita decir nada en este momento. Él puede permitirse dejar que los acontecimientos prosigan”, sostiene Rosenberg.
“Donald Trump dijo que lo ocurrido podía ser excelente para la televisión y te puedes imaginar a Vladimir Putin sentado frente a la televisión, disfrutando del espectáculo de ver a su enemigo, el líder del país que él invadió hace tres años, siendo abiertamente regañado por el presidente y el vicepresidente de EE.UU. en frente de los medios de todo el mundo”, concluye.
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Cortesía de BBC Noticias
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