El Juego del Calamar: su creador habla de la temporada final y de por qué siguen muriendo tantos personajes

Ésta es la esencia de la serie El juego del calamar, que estrena su tercera temporada este viernes 27 de junio en Netflix: “Trata sobre la competición entre los individuos y su interior, lo que pasa dentro de sus mentes, la pérdida de la humanidad o la lucha por defenderla. La naturaleza humana”. Lo dice vía Zoom su creador y director, el coreano Hwang Dong-hyuk, y celebra con nostalgia la despedida de la serie: “Mientras más se acerca el final, me siento más triste. Cuando termine me sentiré algo vacío. Pero a la vez me siento feliz de finalizarla tan bien”.

¿Cómo se encamina El juego del calamar a su esperado final? ¿Qué nuevos juegos y desafíos mortales esperarán a sus participantes atrapados? La tercera temporada de este fenómeno mundial continuará tras el sangriento final de la segunda, en la que Seong Gi-hun (el actor Lee Jung-jae) lideró una rebelión fallida contra el sistema de los juegos: su mejor amigo Park Jung-bae (Lee Seo-hwan) fue ejecutado por el enigmático Líder (interpretado por Lee Byung-hun), quien se había hecho pasar por el jugador 001.

“¿Te divertiste haciéndote el héroe? Ahora presencia las consecuencias de tu pequeño juego”, dijo el Líder antes de dispararle a Park Jug-bae. Ahora, Seong Gi-hun tendrá que lidiar con las culpas y el fracaso, mientras se desarrollan más juegos al límite en la enigmática isla donde transcurre la serie. Como adelanta la promoción de Netflix: “Las decisiones de los supervivientes tendrán consecuencias más graves en cada ronda. ¿Podemos tener esperanza en la más cruel de las realidades?”.

Desde Seúl busca respuestas, en diálogo con Clarín a través del Zoom, el propio creador de El juego del calamar: “Si vieron la segunda temporada -dice-, sabrán que todos los intentos de Seong Gi-hun para terminar el juego fueron inútiles: muchos de los que ayudaron a la rebelión están muertos. Incluso los amigos más importantes. Por eso me pregunto, de cara a la tercera temporada: ¿Cómo actuará el Líder? Y los demás personajes, ¿volverán a buscar esperanza para cumplir con sus objetivos? Ahí se dará la pelea: lo más importante de la tercera temporada serán los cambios y elecciones que tome Seong Gi-hun”.

Las promociones y tráilers de El juego del calamar 3, en sintonía con los tres episodios que la producción compartió a la prensa, permiten avizorar algunos de los mortales juegos nuevos. Uno de ellos será la máquina de Gumball, en la que los participantes, luego de recibir bolas rojas o azules, se deberán dividir en dos equipos: unos tendrán que eliminar a otros, y éstos, a su vez, tendrán que ver cómo escapar de un laberinto de puertas. ¿Podrán matar a sus rivales los jugadores que se niegan a asesinar a sus compañeros?

También se verá en la tercera temporada el juego titulado Raduno: una combinación de matemática y estrategia colectiva con un mínimo margen de error, sangre fría y consecuencias fatales. Y volverá la famosa y espeluznante muñeca gigante Young-hee, ahora acompañada por Cheol-su, su contraparte masculina, para una versión combinada del juego de la cuerda: los jugadores tendrán que saltar mientras se mueven las sogas, pero si pierden el equilibrio, o si pisan mal, serán arrojados a una peligrosa plataforma. Y habrá otros juegos que no se pueden revelar.

¿Qué piensa Hwang Dong-hyuk, el cerebro de El juego del calamar, desde Seúl?: “Creo que lo más desafiante de la serie fue diseñar los juegos -dice-. Encontrar su color único, su naturaleza y características, pero al mismo tiempo lograr que fueran muy fáciles de entender a nivel global”. Y lo más emocionante “fue verlos suceder frente a mis ojos: ver respirar a los jugadores, y descubrir si cada uno de los personajes que inventé podrá cumplir finalmente sus destinos”.

En tal sentido, Hwang Dong-hyuk no busca hacer feliz al público con los sucesos de la temporada final: “No sé qué significa el sentido de la felicidad. No creo que sea mi objetivo darles felicidad a los espectadores, sí diversión. La clave siempre es: ¿la serie te atrapa cuando la ves? Ése es el objetivo. Espero que, más allá de lo que sea que los espectadores esperen del final, sus necesidades y expectativas hayan sido cumplidas”.

-¿Qué significa para usted, en lo personal, El juego del calamar?

-Es un programa que me ha dado suerte y honor. Y es una serie con la que siempre había soñado. Aún sin ser un programa en inglés, sino en coreano, pude lograr que fuera aceptado y amado por gente de todo el mundo. En ese sentido, la serie me permitió lograr mis objetivos. No sé qué otros voy a hacer en el futuro, pero creo que éste es el programa que tendrá más significado en mi vida. He recibido mucho amor de todos los fanáticos y también muchos aplausos.

Hwang Dong-hyuk se queda pensando en la idea: “No sé si podré crear algo tan querible como El juego del calamar. Como dije, creo que será el programa más significativo de mi carrera”. Y prosigue: “Cuando llegó el final para nosotros, me sentí como si me hubiera quedado sin nada. Cuando terminamos la serie, tengo que admitir que me sentí un poco triste. Y después de decirle adiós a todo, tendré una sensación de vacío. Pero son emociones duales”.

-¿Cuál es para usted el concepto de la tercera temporada?

-El sentido es: ¿podremos mantener la esperanza y la humanidad que nos quedan, en el mundo capitalista que nos ha desesperado tanto y que se ha convertido en una desgracia?

-La serie ofrece una mirada muy crítica sobre Corea del Sur. ¿Qué le gustaría cambiar de la sociedad coreana?

-No sólo ofrece una mirada sobre la sociedad coreana, sino sobre todo lo que está ocurriendo en el mundo después de la crisis generada por el neoliberalismo y de la extensión del capitalismo. La sociedad coreana, desde el punto de vista del capitalismo, ha evolucionado en muy poco tiempo. Era un país que no tenía nada y, en poco menos de cincuenta años, se convirtió en el de mayor crecimiento económico en el mundo. Pero esa rapidez produjo muchas consecuencias, las cuales se reflejan en la sociedad, tanto económica como políticamente. Creo que los coreanos todavía tenemos la capacidad para superar esas consecuencias.

Lo asegura Hwang Dong-hyuk: “Como un miembro de la sociedad coreana, quiero ayudar a resolver esas consecuencias en mi país. De hecho, hemos superado muchas de ellas, y aún las estamos superando. PeroEl juego del calamarno se limita sólo a hablar de la sociedad coreana: trata acerca de cómo, desde el neoliberalismo, la sociedad capitalista global se ha expandido a un nivel excesivo”.

Y “como integrante de la sociedad coreana, sólo espero poder contribuir a los esfuerzos que necesitamos hacer para resolver los problemas que tenemos”, se desafía el showrunner Hwang Dong-hyuk, empatizando con las peripecias y con el arco narrativo de Seong Gi-hun, el protagonista. En el adelanto de la tercera temporada, él se pregunta frente a los icónicos vigilantes de mameluco fucsia y máscaras negras: “¿Por qué no me mataron? ¿Por qué me dejaron con vida?”. Las respuestas las tiene el Líder, que todo lo vigila desde sus cámaras. ¿Habrá una nueva rebelión?

En el interín, el joven policía Hwang Joon-ho (el actor Wi Ha-joon) emprende una misión urgente, desde la lejana costa, para encontrar la ignota isla donde transcurren los juegos: va en busca de su hermano, que es nada menos que el propio Líder que organiza de los juegos. ¿Podrán llegar a destino? Entretanto, se verá a los jugadores enfrentarse cuerpo a cuerpo en los pasillos de colores, y, más tarde, Seong Gi-hun aparecerá vestido de smoking, quizá justo antes de reencontrarse con el Líder.

“Les ruego a todos que paremos de jugar. Estamos a tiempo”, incita Seong Gi-hun a sus compañeros, cada vez que termina un juego letal y se hace el recuento de los muertos, así como de los millones del pozo acumulado. Muchos participantes querrán abandonar todo. Pero otros, los más ambiciosos, elegirán seguir adelante. Cuando voten, ¿qué bando será el que defina la acción? Y las palabras sensatas serán, una vez más, las Seong Gi-hun: “No podemos quedarnos a seguir jugando hasta morir”.