El largo camino de la adopción en la CDMX

Uno de los derechos de los niños, niñas y adolescentes es vivir en una familia. Según la Convención de los Derechos del Niño, la familia es la mejor estructura en la que un menor puede crecer. 

Cuando una niña o niño no tiene la posibilidad de estar a cargo de una familia porque sus papás murieron y no hay otro familiar que pueda hacerse cargo, porque la familia perdió la patria potestad por situaciones de abuso o violencia o por abandono, el Estado tiene la obligación de cuidarlo y velar por sus derechos.

La adopción es un proceso que busca restituir el derecho de un niño, niña o adolescente a vivir con una familia cuando por alguna razón la perdió. Es por eso que el Estado, a través del DIF, procura que las infancias tengan un entorno familiar y la ley establece que se hagan todos los esfuerzos en el menor tiempo posible.

Pero adoptar a un niño o niña puede ser un proceso largo, burocráticamente hablando, la intención de las familias y las autoridades es que quede resuelto lo más pronto posible para que lxs niñxs puedan tener una vida en familia, pero no siempre se logra. 

Debido a procesos legales, a la carga de trabajo o falta de personal en las instituciones, a un niño o niña le puede tomar entre uno y cinco años poder cerrar su proceso de adopción. 

“Es un proceso largo, pero necesario. No estamos tratando con cosas menores aquí, es la vida de los niños y su desarrollo”, dijo Beatriz Rojas, directora del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia de la Ciudad de México (DIF CDMX) en entrevista con Chilango

Dentro de los trámites, hay dos puntos muy importantes que necesitan cumplirse para que lxs menores puedan ser susceptibles de adopción. Primero, necesita haber una familia que tenga un certificado de idoneidad para adopción. Es decir, que el DIF revisa y hace pruebas largas y a conciencia para saber si las familias son aptas para recibir a lxs menores. 

El otro trámite es que lxs niñxs necesitan tener un documento legal que compruebe que las autoridades buscaron por todos los medios encontrar a su familia de origen y no fue posible encontrarla. O bien, determinar sin dudas que la familia de origen ya no es el mejor espacio para ellxs. En ambos casos, hay un documento que lo certifica y se dice que lxs niñxs ya son susceptibles de adopción. 

Aquí vamos a explicarte cuáles son los requisitos para cada uno de esos papeles, cuáles son todas las posibilidades y todo el camino que se recorre para obtenerlos. 

Requisitos para adoptar en la CDMX

Lxs adultxs que integren una serie de requisitos. Para empezar pueden ser personas solteras que tengan más de 25 años. La ley no da preferencia a ningún género, puede ser hombre o mujer. También pueden adoptar parejas casadas con más de dos años de matrimonio o parejas en concubinato que demuestren que tienen una relación ininterrumpida de dos años.

Más allá de eso, ni la ley ni el DIF CDMX marcan una distinción sobre el perfil de las personas que pueden adoptar. No se establecen requisitos religiosos.

La ley dice que uno de los requisitos es que las familias tienen que demostrar “un modo de vida honesto, capacidad social y estable” y agrega más adelante que tiene que contar con valores y principios como: empatía, solidaridad, respeto, responsabilidad, seguridad, estabilidad, entre otros.

Las personas que están interesadas en llevar a cabo el proceso, deben entregar una serie de documentos para demostrar su identidad (credencial de elector, comprobante de domicilio, acta de nacimiento, CURP…) y después una serie de papeles para argumentar por qué quieren adoptar. 

Uno de los requisitos es presentar una carta de exposición de motivos, donde deben explicar por qué les gustaría darle una familia a una niña, niño o adolescente. Esto busca ubicar las motivaciones iniciales de quienes quieren ser papás o mamás. Después de esta parte del proceso, se cita a las personas a una plática de sensibilización.

En esa sesión se habla acerca del proceso, qué puede esperarse de una adopción y cuáles son las posibilidades reales si se sigue con el trámite. Es aquí donde algunas parejas abandonan el camino.

“Se les piden una serie de requisitos y una documentación y se les dan talleres y pláticas de inducción para sensibilizarlos. Se van desenmascarando estos mitos”, dijo la directora del DIF en Ciudad de México. Cuenta que uno de los mitos es que solo se adoptan a niñxs pequeñxs. “A veces llegan con la idea de ‘yo lo quiero desde chiquito’ para que no tenga trabajo, o más es más fácil de educar. Es más fácil que se integre a la familia”.

A veces, las parejas también van demostrando a lo largo del proceso algunas pláticas que no han tenido. Temas en los que las parejas no se han puesto de acuerdo como, los métodos de crianza o cómo afrontarán algunas crisis de salud o algunas otras situaciones que se van planteando en el camino.

Una de las principales es cómo se lidiará con las infancias y algunas de sus huellas de abandono. Y es que la realidad es que muchas de las que son susceptibles de ser adoptadas, se encontraron en situación de abandono. Esa condición tiene efectos profundos en su desarrollo.

“Ya está siendo afectada, aunque sea bebé, piensan que no va a tener afectación, pero sí la va a tener y por eso se trabaja también en los perfiles de lxs niñxs que se encuentran institucionalizadxs”, explicó Beatriz Rojas.

En el DIF se hace un trabajo de sensibilización, mostrarles la realidad de los procesos de adopción, porque llegan con muchas expectativas y esas tienen que modificarse.

“Necesitamos que estén conscientes de que es un proceso noble darle una familia a un niño o niña, pero quienes tienen que estar en el centro son ellos [lxs niñxs] y a veces vemos muchos adultos que hacen que el proceso se trate de ellos y lo que necesitan”, dijo Rojas.

Después de la plática de sensibilización las familias se someten a un proceso en el que hablan con una trabajadora social. La intención de esa evaluación es que las autoridades conozcan la dinámica familiar, su situación médica y social. 

Según la ley, la trabajadora o trabajador social también sensibiliza a la o las personas solicitantes de adopción sobre los derechos de la infancia, hablan sobre el derecho a vivir en familia, a una vida libre de violencia, a la educación, a la salud, al descanso, a su intimidad e incluso a conocer sus orígenes.

“Hay un equipo que hace una labor y entran a fondo de un proceso para adoptar. Siempre son muy profundos los procesos, hay determinados que son más largos o más cortos. El más rápido puede durar unos cuatro o cinco meses. El más largo puede durar hasta un año […] Tenemos que ser flexibles porque no es algo rígido con lo que estemos trabajando, estamos trabajando con personas, con familias”, explicó Valeria Betancourt, subdirectora de atención a adopciones.

El proceso de las familias para ser idóneas todavía no termina. También tienen que entrevistarse con una psicóloga. La labor del departamento de psicología es conocer la dinámica de la familia, los estilos de crianza, tipo de cuidado y si hay factores de riesgo. 

Uno de los requisitos que incluso están marcados en la ley es que a través de las evaluaciones de psicología se tiene que identificar que la intención de las personas no sea “satisfacer necesidades personales, ni para cubrir ausencias de seres queridos o de algún miembro de la familia perdido”.

Es decir, las intenciones de quienes quieren adoptar, tienen que ser para beneficiar al niño o niña y no para cubrir una necesidad del adulto. 

“De pronto las familias piensan que es como: voy a llegar al DIF y ¿cuándo puedo ver a los niños?, ¿dónde están los niños? y es como de ‘a ver, espérame’, aquí, en la Procuraduría de Protección no busca niños para las familias, busca familias para los niños”, dijo Valeria Betancourt.

Cuando todas esas evaluaciones se hicieron, las familias ahora deben esperar el diagnóstico que hace el equipo. Pueden derivar dos resultados el de viabilidad o el de no viabilidad. 

Cuando se determina que una persona o una pareja es viable para la adopción se les entrega un documento con el que pueden completar el trámite en cualquier parte del país. 

“A veces por una cuestión de espera o de trámites con los menores, las personas acuden a otros estados con el certificado que obtuvieron aquí. O a veces es a la inversa, tienen el certificado de otros estados y el niño susceptible de adopción se encuentra aquí”, explicó Betancourt. 

Las razones por las que no se le entrega a una familia un certificado de idoneidad es porque tienen duelos no elaborados, las motivaciones para adoptar no son las adecuadas, hay una situación de estrés prolongado que no va a cambiar o algunas otras valoraciones que determinen las autoridades. 

El número de familias que terminan por ser viables para adoptar es bajo en comparación con aquellas que inician el proceso. Según los datos del DIF de Ciudad de México, en los últimos cinco años unas 520 familias han iniciado el proceso para obtener el certificado de viabilidad de adopción, pero solo han concluido el proceso 42.

¿Qué niño, niña o adolescente se puede adoptar?

Hasta ahí los procesos para lxs adultos que quieren adoptar. Ahora vamos a revisar la situación de los niños, niñas y adolescentes.

No todxs lxs niñxs que están bajo el cuidado del DIF son susceptibles de adopción. Hay muchos casos en los que están de manera temporal en lo que su familia recibe algo de ayuda y terapia de rehabilitación o bien, pasan por un proceso legal.

De los niños que se encuentran en el DIF y requieren de una familia para garantizar su derecho hay distintos casos legales. El primer caso son las niñas y los niños denominados “expósitos”. 

Este caso se presenta cuando una niña o niño es abandonado sin ninguna pista de quiénes son sus papás o dónde se encuentra su familia. 

Esta situación puede presentarse en hospitales donde la madre dio un nombre falso o bien en estaciones de policía o los bomberos que es donde se presentan también algunos casos. 

“Cuando se encuentra un niño del cual no sabemos su origen, que dejaron en estado de abandono, pero no sabemos de dónde llegó, no sabemos si tiene mamá, si tiene papá. La ley general de Derechos de Niños, Niñas y adolescentes marca que entonces será considerado expósito. Porque desconocemos completamente su origen, no sabemos de dónde viene”, explicó Valeria Betancourt. 

El proceso final lo determina el Ministerio Público, cuando la condición jurídica se confirma, interviene el DIF y se hace un plan de restitución de derechos. Es decir, se busca que el menor pueda tener posibilidades de registro y una familia.

Aquí es cuando son susceptibles de adopción, porque no hay nadie que haya velado nunca por sus cuidados y no hay manera de contactar con algún familiar. 

Aquí es cuando son susceptibles de adopción, porque no hay nadie que haya velado nunca por sus cuidados y no hay manera de contactar con algún familiar. 

Este trámite es relativamente corto, no hay procesos ni tiempos jurídicos que hagan que la situación se prolongue. 

Pero hay otro tipo de situación jurídica. Lxs niñxs que están en condición de abandono. 

¿Cuál es la diferencia con lxs expósitxs? Se sabe quién es el papá, la mamá y si hay algún familiar, pero lo dejan en estado de abandono. Los dejan en la agencia del Ministerio Público, en los hospitales y se van.

En estos casos, se inicia una carpeta de investigación por el delito de abandono de persona y el agente del ministerio público avisa al DIF para que se le den cuidados a la o el menor. 

“Este es un proceso más largo. Bastante más largo, porque ahí ya interviene el tribunal. Sabemos que la carga de trabajo de los juzgados familiares es extenuante, de verdad la carga de trabajo que tienen rebasa, no es humanamente posible atender tantas solicitudes”, explicó la subdirectora de atención a adopciones.

Se inicia el juicio de patria potestad, se demanda a ambos padres en caso de que los tengan, porque sabemos que hay niñxs que solo están registrados por mamá o solo por papá. Y aquí viene lo complejo: se demandan a lxs abuelxs maternxs y a lxs abuelxs paternxs.

Es aquí donde la mayoría de los juicios tiene un retraso considerable. Primero porque se tienen que buscar a las personas, a los padres primero. Después a lxs abuelxs de ambos lados. 

El proceso puede ser largo y hay procedimientos que tienen que hacerse en otros estados, en Oaxaca, Chiapas, Veracruz, porque ese es el lugar de residencia y las diligencias pueden tardar.

El DIF lo que hace es representar legalmente a lxs niñxs. Ir a ver los juicios, darles seguimiento, estar promoviendo demandas, pero en realidad quien lleva el juicio, el avance y los ritmos son los juzgados.

“La realidad es que hay exhortos que se tardan años, hay exhortos que se pierden. Y eso ya no depende del DIF. Eso depende de los juzgados, entonces ahí está el verdadero reto”, dijo Betancourt.

Para volver susceptibles de adopción a lxs niñxs hay que hacer sus juicios de pérdida de patria potestad y demandar al menos a los padres y a lxs abuelxs. Es decir, unas seis personas.

“Si alguno de ellos vive en lo más recóndito de Chiapas… bueno, pues hay que pedirle apoyo a Chiapas. Y eso es lo que hace que un niño se tarde mucho en ser susceptible de adopción. Los juicios pueden tardar años y es tiempo que los niños pasan dentro del DIF, institucionalizados”.

Certificado de abandono, una alternativa que quiere ser más rápida

s por eso que la administración actual del DIF busca hacer uso de una figura más sencilla que se llama certificado de abandono.

Con este papel, los niños podrían acceder a una vía más rápida para determinar que no hay algún familiar que pueda hacerse cargo de ellos y pueden acceder a que una familia lxs adopte. 

El trámite se hace a través de los DIF locales y hacen una petición al DIF nacional. Reúne datos en un expediente y determina quiénes son viables. 

Una vez que se ingresa el trámite, el proceso puede tardar unos 45 días, a diferencia de los dos o tres años que a veces toma un juicio de pérdida de patria potestad. 

Todos estos trámites buscan hacer que la vida de los niños, niñas y adolescentes tenga el mayor número de derechos de las infancias cumplidos. 

“Los niños merecen una vida plena y empieza por una vida entera en familia”, dijo Beatriz Rojas.

Cortesía de Chilango



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