¿Puede la filosofía del siglo XX guiarnos en la revolución digital actual? La pregunta no es casual ni retórica. En tiempos de inteligencia artificial, algoritmos omnipresentes y decisiones automatizadas, el pensamiento crítico parece más necesario que nunca. Y precisamente eso es lo que propone el libro La filosofía del siglo XX del profesor Rolando Pérez: una cartografía del pensamiento del siglo pasado que, sin proponérselo directamente, ilumina muchas de las tensiones que hoy vivimos.
El libro arranca con una advertencia: no pretende ser una enciclopedia. Su autor selecciona voces y corrientes clave del siglo pasado —de la filosofía analítica al existencialismo, del feminismo al estructuralismo— para mostrarnos cómo la filosofía se ha configurado como una respuesta a los desafíos de cada época. Y si algo define nuestra época actual, es sin duda la inteligencia artificial.
¿Qué es lo humano en un mundo de máquinas que piensan?
Uno de los grandes interrogantes que atraviesan la filosofía contemporánea es la definición misma de lo humano. En el siglo XX, autores como Heidegger, Sartre o Foucault ya pusieron en tela de juicio las nociones heredadas del sujeto. Foucault incluso llegó a anunciar la “muerte del hombre” como categoría filosófica, reemplazada por estructuras de poder, discursos y dispositivos.
Hoy, ese debate se reactiva de manera urgente. Los modelos de lenguaje generativo, como los que impulsan la inteligencia artificial actual, son capaces de producir textos, responder preguntas, componer música o incluso diagnosticar enfermedades. ¿Qué queda, entonces, del pensamiento original? ¿Dónde empieza y termina la creatividad humana?
Frente a estos dilemas, la tradición filosófica no se silencia. Al contrario. Desde las bases sentadas por el existencialismo —que nos recuerda la libertad y responsabilidad individuales en la construcción del sentido— hasta las advertencias de la filosofía analítica sobre el uso preciso del lenguaje, las herramientas del pensamiento crítico siguen siendo esenciales para no perdernos en la niebla digital.
Pensar los algoritmos desde la filosofía
Uno de los aportes más poderosos de la filosofía del siglo XX ha sido su capacidad para desenmascarar los mecanismos invisibles del poder. Michel Foucault, por ejemplo, dedicó buena parte de su obra a estudiar cómo los discursos científicos, médicos o jurídicos construyen subjetividades. Si trasladamos esta lógica al presente, podríamos decir que los algoritmos también construyen sujetos: definen qué noticias vemos, qué productos compramos, qué caminos seguimos en el GPS o incluso qué personas conocemos en una app de citas.
Desde esta perspectiva, la inteligencia artificial no es neutral. Está codificada con valores, sesgos, criterios que muchas veces se ocultan bajo la apariencia de eficiencia. Es aquí donde el pensamiento filosófico se vuelve indispensable: no para demonizar la tecnología, sino para comprender sus implicaciones éticas, sociales y políticas.
El poshumanismo y la reconfiguración del sujeto
El libro de Pérez dedica su capítulo final al poshumanismo, una corriente que ha ganado fuerza en las últimas décadas y que invita a repensar qué significa ser humano en un contexto de fusión creciente entre tecnología y biología. Ya no se trata solo de convivir con máquinas, sino de integrarlas a nuestro cuerpo y mente: prótesis inteligentes, interfaces neuronales, edición genética.
Frente a estos desarrollos, el poshumanismo plantea una ruptura con la centralidad del “hombre” tal como fue concebido por el humanismo renacentista y moderno. En su lugar, propone una visión más fluida, híbrida, que reconozca la interdependencia entre lo biológico, lo artificial y lo ambiental.
Aquí, otra vez, resuenan los debates del siglo XX. La crítica al esencialismo, el reconocimiento de la diferencia (desde el feminismo y el poscolonialismo), el cuestionamiento de la verdad universal, son todos aportes que hoy se reactualizan frente a la promesa —y el peligro— de una humanidad “mejorada” tecnológicamente.
Filosofar hoy: una práctica urgente
Si algo deja claro La filosofía del siglo XX, es que filosofar no es una actividad esotérica ni reservada a académicos. Es, en palabras del propio Pérez, una forma de vida. Pensadores como Pierre Hadot insistieron en esta idea: en la Antigüedad, la filosofía era una práctica cotidiana, un ejercicio de transformación personal.
Hoy, más que nunca, necesitamos recuperar esa dimensión práctica. En un mundo saturado de datos, opiniones y estímulos digitales, la capacidad de detenerse a pensar —de preguntarse por el sentido, los límites, las consecuencias— es una forma de resistencia.
Ya no se trata solo de entender cómo funciona la inteligencia artificial, sino de decidir qué tipo de sociedad queremos construir con ella. ¿Una en la que todo esté controlado por algoritmos? ¿O una donde la tecnología esté al servicio del bienestar humano, guiada por principios éticos?
La filosofía del siglo XX, de Rolando Pérez
Publicada por editorial Pinolia, esta obra se presenta como un mapa intelectual de las corrientes que han definido el pensamiento moderno. Desde el idealismo alemán hasta el poshumanismo, Pérez hilvana con destreza una narrativa que no solo explica conceptos, sino que invita a pensar activamente.
Lo más notable es su capacidad para tender puentes entre disciplinas: filosofía, psicoanálisis, literatura, ciencias sociales. Lejos de ser un manual cerrado, el texto se siente como una conversación abierta, crítica y apasionada. Especial mención merece su análisis del existencialismo en clave literaria, y su revisión del feminismo y el poscolonialismo como ejes transformadores del discurso filosófico.
Rolando Pérez —profesor emérito de Hunter College, en Nueva York— aporta una mirada latinoamericana, plural y experimental al pensamiento occidental. Su bagaje en literatura, filosofía y arte se traduce en un estilo accesible pero nunca superficial. En resumen, un libro imprescindible para quien quiera comprender no solo el pasado filosófico, sino también su impacto en el presente y futuro.
Cortesía de Muy Interesante
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