El límite invisible de la guerra: la dignidad humana y la proporcionalidad


El derecho internacional humanitario establece que en caso de guerra se debe respetar el principio de proporcionalidad en el uso de la fuerza, el cual busca limitar los daños colaterales en dicho conflicto armado, imponiendo que la acción militar no exceda lo necesario para repeler la agresión y alcanzar objetivos legítimos.

Al abordar la situación entre Israel y Gaza, refleja lo complicado de aplicar este principio. Por un lado, Gaza se encuentra bajo la influencia del grupo terrorista Hamás, lo cual lo coloca en una situación que compromete la seguridad de civiles inocentes. Por otro lado, Israel exhibe la otra cara de la moneda ¿o deberíamos de decir del dilema? Con un poderío militar superior, Israel ha perpetuado ataques a la población civil, y ha restringido el ingreso de ayuda humanitaria la franja de Gaza.

Aquí surge la pregunta inevitable ¿Es proporcional atacar a una población entera, con el argumento de buscar neutralizar a un grupo terrorista? El pasado 23 de septiembre, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu justificó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas su actuar al asegurar haber dado siempre la opción a la población civil de abandonar la franja de Gaza.

Pareciera que ante una situación como esta tú y yo, querido lector, dejaríamos todo, por salvar nuestra vida; sin embargo, no podemos olvidar que cada cabeza es un mundo, decía mi abuela, puede haber ciudadanos en la franja de Gaza que no han estado dispuestos a abandonar lo que consideran su hogar, además de que no podemos olvidar que el conflicto árabe-israelí es un conflicto, histórico, religioso, político y militar, cada uno de estos factores ameritaría el uso de muchas hojas y mucha tinta para ser abordado adecuadamente, lo único que pretendo es que tú y yo reflexionemos en que conflictos de esta naturaleza no se resuelven de una manera simplista.

El derecho internacional no exige igualdad de medios entre las partes, sino que los medios que se emplean no generen un mal mayor que el que se busca evitar. Bajo esta óptica, ni Hamás, atacando a la población civil en territorio israelí, secuestrando y manteniendo rehenes, ni Israel, al atacar a la población civil y obstaculizando la entrada de ayuda humanitaria a la franja de Gaza, parecen ajustarse al principio de proporcionalidad.

Conflictos armados como los que nos tocan vivir en los tiempos actuales, nos recuerdan que la justicia internacional está diseñada para proteger la dignidad humana incluso en tiempos de guerra, la proporcionalidad en el derecho internacional no es un cálculo de fuerzas, sino un límite ético y jurídico. Cuando no respetamos esos límites, los ciudadanos que no buscaron ni querían la guerra, son los que sufren las consecuencias.

@IsaAlvarezPenna

Cortesía de El Informador



Dejanos un comentario: