
Con una fabulosa tercera ronda, el mexicano Carlos Ortiz se situó en los puestos de cabeza del Abierto de Estados Unidos en Oakmont (Pensilvania), donde lideraban los golfistas locales J.J. Spaun y Sam Burns y desfallecían los favoritos Scottie Scheffler y Jon Rahm.
Ortiz, miembro del circuito saudita LIV Golf, ostentaba la cuarta plaza provisional de este torneo de Grand Slam después de una tercera vuelta de 67 golpes, tres bajo par.
Con un acumulado de 210 golpes (par), el jugador de Guadalajara estaba tres por debajo de Spaun y Burns, a los que restaban siete hoyos para completar la jornada.
A dos golpes de los estadounidenses se situaba el noruego Viktor Hovland con seis hoyos por delante.
La presencia de este cuarteto, sin ningún título grande en su palmarés, en la cabeza de la clasificación de cara a la batalla final del domingo refleja la extrema imprevisibilidad de esta edición 125 del US Open.
El temible campo de Oakmont, a las afueras de la ciudad de Pittsburgh, ha causado estragos entre los grandes candidatos como el estadounidense Scheffler, número uno mundial; el español Rahm, ganador del evento en 2021, o el norirlandés Rory McIlroy, flamante campeón del Masters de Augusta en abril.
Ortiz fue de los pocos jugadores que se adaptaron a la extrema humedad en Oakmont donde, tras una noche y mañana lluviosas, apenas tres golfistas bajaban del par.
El mexicano, de 34 años, nunca ha terminado entre los 50 mejores en sus 10 participaciones en ‘Majors pero el sábado se metió en la pugna por el cheque de 4,3 millones de dólares con un recorrido de cuatro birdies y un único bogey, cometido en el último hoyo.
“Hoy fue un poco más fácil alcanzar los greens y las calles debido a la suavidad del campo. Pero aún así había que golpear bien”, describió. “El rough es denso, hay que ser bueno desde el tee hasta el green y, por supuesto, asegurarse de que la bola llegue de alguna manera al hoyo”.
“Sinceramente, lo único que intento hacer es dar lo mejor de mí mismo, desde el primer hoyo al 18, sea lo que sea que haya que hacer“, afirmó. “Es difícil ahí fuera”.
Scheffler y Rahm descolgados
Antes de sumarse tres años atrás a LIV Golf, Ortiz dejó su huella en el golf mexicano gracias a su victoria en el Abierto de Houston de 2020, que acabó con 42 años de sequía de su país en el circuito estadounidense PGA.
Precisamente en la misma ciudad texana Ortiz logró hace un año el primer triunfo de su trayectoria en LIV Golf.
Su hermano Álvaro también compitió esta semana en Oakmont pero quedó fuera del corte el viernes.
Otro golfista latinoamericano, el argentino Emiliano Grillo, se situaba a siete golpes de la cabeza en la decimotercera plaza, compartida con el estadounidense Scheffler.
El número uno mundial se quedó el sábado en 70 golpes (par) sin recortar terreno en su búsqueda de un segundo título grande seguido tras el Campeonato de la PGA de mayo.
Por detrás todo era sufrimiento entre los principales aspirantes al tercer ‘Major’ de los cuatro del calendario.
Jon Rahm, único campeón español de este emblemático torneo, finalizó con 73 golpes (+3) y está a 10 de la cabeza.
Rory McIlroy, que cometió hasta seis bogeys para una tarjeta de 74 golpes, reconoció tanto su bajo nivel esta semana como las extremas dificultades que entraña Oakmont.
“Esperaba jugar mejor, pero no lo hice” y mi torneo es “bastante mediocre”, afirmó el número dos mundial. “Es uno de esos campos en los que se puede perder la paciencia muy rápidamente”.
Te puede interesar
Cortesía de El Economista
Dejanos un comentario: