El misterio de la Atlántida: esto es lo que dice la arqueología sobre su supuesta existencia

Desde que Platón mencionó la Atlántida en sus diálogos Timeo y Critias, este supuesto continente perdido ha mantenido viva la llama de la curiosidad durante generaciones. La idea de que haya existido en la historia una civilización avanzada, destruida por una catástrofe, ha alimentado mitos y especulaciones sobre esta supuesta isla perdida. Aunque desde el punto de vista narrativo pueda resultar fascinante, los estudios arqueológicos y el análisis crítico de las fuentes antiguas han desmontado sistemáticamente la credibilidad de esta historia. Así es cómo la arqueología ha demostrado que la Atlántida es, en realidad, un mito sin fundamento histórico.

El origen del mito: Platón y su invención filosófica

El único testimonio antiguo sobre la Atlántida proviene de Platón, quien la describe como una isla próspera y avanzada que recibió el castigo divino por corrupción moral. Ningún otro autor griego o romano menciona la Atlántida como un lugar real. Este hecho ha llevado a los expertos a suponer que la misteriosa isla es más una alegoría filosófica que de una narración histórica.

Platón sitúa la Atlántida en un tiempo extremadamente remoto, alrededor de 9000 años antes de su época, lo que refuerza su carácter legendario. Los estudios históricos han demostrado que no existían civilizaciones avanzadas en ese periodo, por lo que la cronología platónica resulta inverosímil desde una perspectiva arqueológica.

Los diálogos de Platón se compusieron en un contexto político y filosófico muy concreto. Buscaban ilustrar el ideal de la ciudad justa y, al mismo tiempo, advertir sobre la decadencia de las civilizaciones. El propósito del relato no era histórico, sino didáctico, una suerte de lección sobre la superioridad de Atenas frente a otras sociedades imaginadas por el filósofo. Por otro lado, Platón tomó elementos de mitos y relatos egipcios para construir su narración, otra prueba de que su relato combina hechos reales con ficción.

Restos de una supuesta Atlántida, recreación fantasiosa
Recreación ficticia de la Atlántida bajo las aguas. Fuente: midjourney/Erica Couto

La ausencia de pruebas arqueológicas

Uno de los mayores problemas que desmontan la hipótesis de la Atlántida concierne la absoluta falta de evidencia arqueológica. No hay nada que respalde su existencia. A lo largo de los siglos, se han propuesto múltiples ubicaciones para la Atlántida, desde el Mediterráneo hasta América, sin que ninguna se haya confirmado.

Los arqueólogos han explorado el fondo del océano Atlántico, el mar Egeo y otras zonas donde se ha sugerido su posible existencia. Ningún hallazgo arqueológico ha demostrado la presencia de una civilización con las características descritas por Platón. Incluso en regiones en las que se desarrollaron grandes civilizaciones antiguas, como Egipto o Mesopotamia, no hay registros que mencionen la Atlántida.

Algunos han argumentado que algunos restos de construcciones submarinas podrían interpretarse como vestigios atlantes, pero estos hallazgos han podido explicarse como formaciones geológicas naturales, en algunos casos, o estructuras de otras civilizaciones conocidas, en otros. La arqueología moderna cuenta con métodos avanzados de datación y análisis de asentamientos, y ninguno ha arrojado indicios de una Atlántida real.

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No hay pruebas arqueológicas que sostengan la existencia de la Atlántida. Fuente: Pixabay

El error de las conexiones pseudocientíficas

A lo largo de los siglos, numerosas teorías pseudocientíficas han intentado conectar la Atlántida con diversas civilizaciones reales. Algunos han relacionado la isla con la cultura minoica de Creta, que la erupción del volca´n Thera en el siglo XVII a.C. destruyó en parte. Otros la han vinculado con Tartessos, la mítica población del suroeste de la Península Ibérica.

Si bien es cierto que existieron civilizaciones avanzadas desaparecidas tras catástrofes naturales, ninguna coincide con la descripción de Platón. La arqueología ha demostrado que las civilizaciones antiguas se desarrollaron y decayeron por procesos históricos concretos, no por castigos divinos o eventos de carácter mítico.

Otros autores han intentado identificar la Atlántida con América, argumentando que los relatos platónicos podrían aludir a civilizaciones precolombinas como los mayas o los aztecas. Sin embargo, esta hipótesis carece de respaldo histórico y arqueológico. Las civilizaciones de América tienen orígenes y desarrollos propios que no se conectan con el mundo mediterráneo antiguo.

Billete de 20 euros en un tendedero
Detrás de la perpetuación del mito de la Atlántida también hay intereses económicos. Fuente: Pixabay

Los intereses detrás del mito

¿Por qué persiste el mito de la Atlántida si las pruebas en su contra son tan contundentes? La respuesta radica tanto en la fascinación por lo oculto y misterioso como por los intereses económicos que giran en torno a estas historias. La Atlántida se ha utilizado como gancho para vender libros, documentales y teorías conspirativas sin base científica.

Desde el siglo XIX, con la popularización de la arqueología, diversos autores han tratado de revivir la leyenda sin el debido respaldo académico. Sin embargo, la comunidad científica ha demostrado una y otra vez que estas hipótesis carecen de sustento. En el siglo XX, autores como Ignatius Donnelly impulsaron la idea de la Atlántida como la cuna de todas las civilizaciones, una afirmación sin base alguna. Su influencia ha llevado a que muchas personas, ignorando las pruebas arqueológicas y documentales, sigan creyendo en esta ficción.

Además, en la cultura popular, la Atlántida se ha explotado en novelas, películas y videojuegos, lo que ha contribuido a mantener su atractivo. Este fenómeno demuestra cómo los mitos pueden perpetuarse a través de las distintas formas de entretenimiento, incluso cuando la evidencia los contradice.

Una historia fascinante sin base científica

La Atlántida no es más que un mito construido sobre una alegoría filosófica de Platón. La arqueología ha desmontado de forma sistemática cualquier posibilidad de que esta civilización haya existido en la realidad. Sin pruebas físicas ni referencias históricas fuera de los textos platónicos, la hipótesis de la Atlántida queda relegada al ámbito de la ficción y la especulación pseudocientífica.

A pesar de ello, su atractivo sigue vigente, y enfatiza la necesidad de un pensamiento crítico ante relatos extraordinarios que carecen de fundamentos. La historia de la humanidad está llena de civilizaciones fascinantes y reales, sin necesidad de recurrir a continentes perdidos que nunca existieron.

Referencias

  • Barba Colmenero, Vicente y Alberto Fernández Ordóñez. 2021. Todo lo que hay que saber de arqueología. Una introducción a la ciencia del pasado. Madrid: Pinolia.
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Cortesía de Muy Interesante



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