El Octágono: los misteriosos montículos levantados hace 2.000 años por una desconocida cultura en América del Norte

Fuente de la imagen, Ohio History Connection

  • Autor, Brandon Withrow
  • Título del autor, BBC Travel

Construido por una civilización misteriosa que no dejó registros escritos, este enorme sitio está ahora abierto al público por primera vez en más de un siglo.

Las hojas de otoño crujían bajo nuestros pies mientras yo y decenas de turistas entusiastas seguíamos a un guía por un montículo cubierto de pasto. Nos detuvimos al llegar a la entrada de un círculo coronado por césped, formado por otro muro de tierra.

Estábamos en un sitio llamado El Octágono, parte de las Obras Ceremoniales de Tierra Hopewell, una extensa red de colinas construidas a mano que se extienden por el centro y sur de Ohio, en Estados Unidos, y que se construyeron hace hasta 2.000 años.

Los pueblos nativos llegaban al Octágono desde cientos de kilómetros de distancia, reuniéndose regularmente para compartir rituales y cultos.

“Había una cabaña de sudor o algún tipo de lugar de purificación allí”, dijo mientras señalaba el círculo nuestro guía, Brad Lepper, arqueólogo principal del Programa de Patrimonio Mundial de una organización llamada Conexión Histórica de Ohio (OHC, por sus siglas en inglés).

Miré dentro y vi el césped perfectamente cuidado. Una bandera alta marcaba un hoyo en el centro. Esto se debe a que entre 1910 y 2024, El Octágono se utilizó como campo de golf.

Pero el 1 de enero de 2025 este antiguo y enigmático sitio reabrió sus puertas a los visitantes por primera vez en más de un siglo.

Montículo de tierra creado por la cultura Hopewell en Ohio

Fuente de la imagen, Mary Salen/Getty Images

Todos estos montículos ceremoniales prehistóricos en Ohio fueron creados por lo que ahora se conoce como la cultura Hopewell, una red de sociedades nativas estadounidenses que se congregaron aquí llegando desde lugares tan lejanos como Montana y el Golfo de México entre aproximadamente el año 100 a. C. y el 500 d. C., y que estaban conectadas por una serie de rutas comerciales.

Los montículos que construyeron en Ohio tienen diversas formas, como círculos, cuadrados y octógonos, que a menudo estaban conectadas entre sí. Los arqueólogos apenas ahora comienzan a comprender la sofisticación de estas maravillas de la ingeniería.

Construidas con asombrosa precisión matemática, así como de acuerdo a una compleja alineación astronómica, estas son las formaciones geométricas más grandes del mundo que no fueron creadas como fortificaciones ni estructuras defensivas. Y aunque la mayoría de la gente nunca ha oído hablar de estos sitios ni de sus constructores, esto podría estar a punto de cambiar.

Redescubriendo Estados Unidos

“Redescubriendo Estados Unidos” (Rediscovering America, en inglés), es una serie de BBC Travel que narra historias inspiradoras de aspectos olvidados, ignorados o incomprendidos de Estados Unidos que difieren radicalmente de la historia, las culturas y las comunidades conocidas.

En 2023, ocho de las formaciones de tierra de Hopewell fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por UNESCO. Estas incluyen el Gran Círculo y el Octágono en Newark, Ohio, así como el primer parque estatal de Ohio, Fort Ancient (no es un fuerte real).

Las otras cinco forman parte del Parque Histórico Nacional de la Cultura Hopewell: Mound City, Hopeton Earthworks, High Bank Works, Hopewell Mound Group y Seip Earthworks.

Lepper explicó que el Octágono y el Gran Círculo fueron en su día el complejo Hopewell más grande y único, de unos 11 kilómetros cuadrados, conectado por una serie de caminos bordeados por muros de tierra. Al recorrer ambos sitios hoy en día el impacto de la magnitud es inmediato.

El Gran Círculo, donde se encuentra el museo de los Montículos Ceremoniales de Hopewell, tiene 365 metros de diámetro. Sus muros se elevan hasta 4,2 metros de altura y están delimitados en su interior por una profunda zanja.

El Gran Círculo estuvo conectado antiguamente a un cuadrado y una elipse funeraria de los cuales solo una parte es visible hoy en día.

El Octágono se extiende por unas impresionantes 20 hectáreas y está conectado al Círculo del Observatorio de 8 hectáreas, una gran formación circular para reuniones y rituales relacionados con la observación del cielo nocturno.

Ilustración que muestra las construcciones geométricas de tierra conectadas entre si

Fuente de la imagen, Ohio History Connection

“Se podrían colocar cuatro Coliseos Romanos dentro del Octágono”, me dijo Lepper.

Añadió que hace 2.000 años, los habitantes nativos construyeron estas estructuras sin herramientas modernas, excavando la tierra con palos puntiagudos y cargándola en la espalda en cestas de mimbre. Se estima, señaló, que movieron cerca de 200.000 metros cúbicos de tierra.

Sin embargo, el logro de la Cultura Hopewell no radica simplemente en crear formas grandes y precisas, algo que hicieron sin la ventaja de una vista aérea. También incorporaron una geometría oculta en estas estructuras.

Hasta que se midieron y compararon los montículos se pensaba que los constructores no tenían ninguna sofisticación matemática ni geométrica, ya que no existen registros escritos que demuestren su nivel de conocimiento.

Sin embargo, finalmente se descubrió que realizaron mediciones precisas a lo largo de sus obras de tierra y las conectaron de maneras inesperadas.

Lepper afirmó que la circunferencia del Círculo Máximo “es igual al perímetro del cuadrado perfecto al que estaba conectado”, y que “el área de ese cuadrado perfecto es igual al área del Círculo del Observatorio que está conectado al Octágono”.

“Si se dibuja un cuadrado dentro del Octágono trazando una línea desde sus esquinas alternadas, los lados de ese cuadrado (321,2 m) son iguales al diámetro del círculo al que está unido (321,2 m)”.

Escalera de piedra y madera que permite subir al Montículo de Miamisburg

Fuente de la imagen, Gary Whitton/Alamy

Los arqueólogos han encontrado en numerosas ocasiones ejemplos de esta interacción entre construcciones. Según Lepper, ese número de 321,2 m, ya sea dividido por dos o duplicado, se encuentra en otras fortificaciones de tierra indígenas en todo el país y sirvió como unidad de medida común.

Si bien el conocimiento geométrico y matemático de la cultura Hopewell asombró a los académicos, al profundizar el estudio surge otro nivel de sofisticación: la alineación astronómica.

En la década de 1980, dos profesores del Earlham College de Indiana, Ray Hively (físico y astrónomo) y Robert Horn (filósofo), decidieron visitar el Octágono y su Círculo de Observatorio adjunto. Dado que monumentos astronómicos como el de Stonehenge, en Reino Unido, habían recibido gran atención, se preguntaron si estas construcciones de tierra también estaban alineadas con un calendario solar.

Hively y Horn no encontraron conexiones solares, pero luego consideraron otra posibilidad: el ciclo lunar.

Ilustración que muestra colonos blancos explorando el sitio de los montículos

Fuente de la imagen, Quagga Media/Alamy

“Pensábamos que era improbable que se produjeran alineaciones lunares deliberadas en Newark”, escribieron, ya que, si bien el Sol puede rastrearse durante un año, un ciclo lunar completo tarda 18,6 años. Aun así, se demostró que el ciclo lunar correspondía a la posición del Montículo del Observatorio en el Círculo del Observatorio. Allí se puede observar la salida de la Luna sobre el centro exacto del Octágono cada 18,6 años.

“Las alineaciones astronómicas solo son relevantes y útiles si vinculan de alguna manera los orbes celestes con sistemas de creencias y de comprensión de la vida”, afirmó Timothy Darvill, profesor de arqueología en la Universidad de Bournemouth, en Reino Unido, quien ha investigado tanto Stonehenge como las construcciones ceremoniales de Hopewell.

“Las ceremonias en torno a la observación del paisaje celeste bien podrían tener una función secundaria en términos de fomentar un sentido de comunidad“, agregó.

Esa comunidad y cultura ancestrales fueron parte de la razón de la inclusión de este lugar en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Un sitio de la UNESCO debe demostrar que tiene un “valor universal excepcional”, afirmó Jennifer Aultman, directora de sitios históricos y museos de Ohio History Connection, entidad que contribuyó a la solicitud de inclusión en la lista de la UNESCO.

Un criterio para ello, añadió, “es que se trate de obras maestras del genio creativo humano”, y es ahí donde cobran importancia sus características matemáticas, geométricas y astronómicas.

El otro criterio es que esas obras “ofrezcan un testimonio excepcional de la tradición cultural que los originó”.

Pequeña bandera que marca lo que fue un hoyo de un campo de golf

Fuente de la imagen, Brandon Withrow

Para Aultman, “realmente se puede comprender la vida de la gente y qué le importaba observar y aprender sobre estas construcciones de tierra”.

Consideremos la Luna, por ejemplo, que era claramente importante para la cultura Hopewell. Darvill señaló que, para algunas culturas “el Sol, la Luna… tienen poder sobre lo que sucede a diario. Por ello, los cuerpos celestes suelen ser deificados, lo que justifica y racionaliza su poder”.

Por lo tanto, es probable que la Luna fuera una deidad venerada por quienes se reunían en los montículos.

“La tierra que conocemos como Ohio alberga una serie de obras extraordinarias de tierra construidas por los habitantes nativos de esta región hace miles de años”, afirmó Megan Wood, directora ejecutiva de Ohio History Connection.

Si bien no todas las obras de tierra en Ohio son específicamente Montículos Hopewell – como por ejemplo el Sitio Histórico del Montículo de la Serpiente, alineado con el Sol, en Peebles, Ohio – Wood las considera “íconos” de los “logros culturales” de los pueblos nativos.

Dado que la cultura Hopewell no dejó registros escritos, solo las obras de tierra y los pocos objetos recuperados de ellas sirven como su último testimonio cultural.

Se han encontrado objetos como pipas rituales y una pequeña estatua de piedra de un chamán con piel de oso que sostiene cráneo humano llamada “el Chamán de Newark”.

Dado que estas construcciones de tierra eran sitios de reunión, algunos de los artefactos descubiertos – como pipas con efigies, un adorno de cobre y un cuchillo de obsidiana – representan los lugares desde donde viajaron los habitantes nativos.

Exhibición con ilustraciones de artefactos de la cultura Hopewell

Fuente de la imagen, Caleb Hughes/Alamy

Sin embargo, tras la desaparición gradual de la cultura Hopewell alrededor del año 500 d. C., otros pueblos originarios ocuparon el lugar. Uno de estos grupos fue la tribu Shawnee, que residía en Ohio antes de ser desalojada por la fuerza al oeste del río Misisipi en la década de 1830.

Puede que no hayamos sido responsables de su construcción o creación, pero sé que mis antepasados vivieron allí, y que protegieron y respetaron estos sitios“, declaró Glenna Wallace, líder tribal del pueblo Shawnee del Este de Oklahoma, quien cree que otras tribus deberían participar en la protección de las construcciones de Hopewell y en la comunicación de su importancia cultural.

Durante años el Octágono estuvo bajo el control del Moundbuilders Country Club. Después de más de una década de negociaciones, el OHC y el club finalmente llegaron a un acuerdo en 2024 para transferir el arrendamiento a largo plazo del sitio a la sociedad histórica, allanando el camino para que el sitio pudiera abrirse a visitantes a partir de enero.

Vista aérea del Montículo de la Serpiente rodeado de árboles

Fuente de la imagen, Alamy

Para quienes defienden la preservación del sitio, la designación de la UNESCO y la apertura al público de estos misteriosos montículos ofrece un nuevo capítulo para educar a los visitantes sobre la historia de los habitantes nativos de Ohio.

Esto también significa que más pueblos originarios, como los Shawnee, pueden contar esa historia desde su propia perspectiva para generaciones futuras.

“Solo quiero que la gente conozca este sitio”, dijo la jefa Wallace. “Quiero que la gente pueda verlo. Quiero que la gente pueda visitarlo y que se dé cuenta de que es un fenómeno cultural. Que no tiene precio”.

Puedes leer aquí la nota original en inglés.

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Cortesía de BBC Noticias



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