El Papa Francisco instó a dejar “de colonizar a los pueblos con las armas“ durante su ángelus del jueves. en un nuevo llamado a la paz y a la justicia social, y urgió a tomar medidas para aliviar la crisis de deuda que afecta a muchos países en desarrollo. El mismo día, el argentino abrió una nueva Puerta Santa en la prisión de Rebibbia, desde donde pidió “no perder la esperanza”.
Durante su mensaje desde la ventana del Palacio Pontificio, el pontífice pidió apoyo para una campaña internacional dirigida al perdón de las deudas públicas “insostenibles e injustas”. Más temprano, había señalado la importancia del Jubileo como un período de misericordia y esperanza, durante una misa realizada en la cárcel italiana tras la inauguración de la puerta.
Convertir deuda en esperanza
Tras el rezo del avemaría del jueves, dos días después de la celebración por el comienzo del Jubileo (Año Santo) de 2025, el argentino explicó que “una de las acciones que caracterizan los Jubileos es que se propicia el perdón de las deudas“.
En ese sentido, Francisco instó a los gobiernos de todo el mundo a apoyar la campaña de Caritas Internationalis “Convertir la deuda en esperanza”, cuyo propósito es aliviar la carga de los países oprimidos por una deuda insostenible. Según el papa, “la cuestión de la deuda está ligada a la de la paz y al mercado negro de armamentos“.
La campaña fue lanzada en conjunto con organizaciones religiosas y de la sociedad civil, bajo la consideración de que las deudas públicas insostenibles despojan a las naciones de los recursos necesarios para invertir en salud, educación, acción por el clima y en el futuro de la juventud, lo cual perpetúa la pobreza y la desigualdad, “encerrando a generaciones enteras en ciclos de pobreza y desigualdad”, de acuerdo a lo expresado por la misión de Cáritas.
Llamado de paz
El Papa Francisco también dedicó una parte importante de su mensaje a hacer un llamado por la paz en diversas regiones del mundo. “¡Basta de colonizar a los pueblos con las armas! Trabajemos por el desarme, por el hambre, por las enfermedades, por la educación, contra el trabajo infantil”, afirmó el pontífice.
En su oración, mencionó países como Ucrania, Israel, Gaza, Myanmar y la provincia de Kivu del Norte en la República Democrática del Congo, todos escenarios de violencia y sufrimiento donde las vidas de millones de personas están siendo destruidas por los conflictos armados.
Su mensaje del jueves, en el marco de la fiesta de San Esteban, evocó la figura del mismo, considerado el primer mártir de la iglesia, para recordar que, aún hoy, muchas personas en diferentes partes del mundo son perseguidas y asesinadas por profesar su fe. “Desgraciadamente, todavía hoy hay hombres y mujeres perseguidos, a veces hasta la muerte, a causa del Evangelio”, lamentó el Papa, invitando a la comunidad internacional a no permanecer indiferente ante tales injusticias.
Puerta de la misericordia
Más tarde, el mismo día, el Papa abrió una nueva Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia, en Roma, en un acto simbólico para llevar inclusión, misericordia y esperanza a todas las personas encarceladas.
Esta puerta se sumará a las tradicionales Puertas Santas de las basílicas de San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor, que los peregrinos pueden atravesar durante el Jubileo para obtener el perdón de sus pecados.
“Quería que la segunda Puerta Santa estuviera aquí, en una cárcel. He querido que todos, que estamos aquí dentro y fuera, tengamos la oportunidad de abrir de par en par las puertas de nuestro corazón y comprender que la esperanza no defrauda”, expresó Francisco antes de atravesar la puerta, acompañado del obispo auxiliar de Roma, Benoni Ambarus, para entrar en la capilla de la prisión donde se celebró la misa.
Misa en la cárcel
Durante la homilía, el Papa destacó que “la esperanza nunca decepciona” y alentó a los reclusos presentes a no perderla, a pesar de las dificultades que puedan estar viviendo. “No perdáis la esperanza. Todos los días rezo por ustedes. Pienso en ustedes y rezo por ustedes”, dijo Francisco a su auditorio.
El evento fue presenciado por unos trescientos reclusos y el personal de la policía penitenciaria, quienes participaron en la celebración religiosa en la capilla de la cárcel. “La gracia de un Jubileo es abrir de par en par los corazones a la esperanza“, dijo el pontífice.
En los próximos días, otras Puertas Santas serán abiertas en las basílicas de Roma. El 29 de diciembre será en San Juan de Letrán, el primero de enero en Santa María la Mayor y el domingo 5 de enero en San Pablo extramuros, sin la presencia del papa.
Este primer Año Santo ordinario del Papa Francisco, que comenzó con la apertura de la Puerta Santa, se cerrará el 6 de enero de 2026. En 2016, sin embargo, el argentino instituyó un Jubileo extraordinario dedicado a la misericordia.
El Jubileo es un tiempo destinado a “consolidar la fe y la solidaridad”, ofreciendo a todos la oportunidad de experimentar el perdón y renovar su relación con Dios. Durante el mismo, la Iglesia concede indulgencias o el perdón de los pecados a todos aquellos que hagan obras de caridad y atraviesen alguna de las Puertas Santas.
Cortesía de Página 12
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