A lo largo de los siglos, el Partenón ha sido la meta predilecta de historiadores, artistas y visitantes de todo tipo. Su equilibrio arquitectónico y simbología cultural que, desde la Acrópolis ateniense, han visto pasar la historia humana, resultan fascinantes. Dentro de los estudios que han analizado este templo emblemático, destaca una novedosa investigación que explora con detalle cómo la iluminación influía en la experiencia religiosa dentro del templo. Gracias a una reconstrucción en 3D basada en simulaciones lumínicas precisas, el estudio de Juan de Lara “Illuminating the Parthenon“, publicado en la revista Annual of the British School at Athens en 2025, ofrece nuevas respuestas sobre cómo los griegos experimentaban visual y emocionalmente la presencia de Atenea en su morada sagrada.
Arquitectura, luz y culto: una experiencia sensorial planificada
El diseño orientado a la luz
El Partenón se concibió como un espacio donde la luz, además de iluminar, debía revelar la presencia de lo sagrado. Así, la orientación del templo hacia el este permitía la entrada de luz solar al amanecer, en momentos específicos elegidos de forma expresa. Este fenómeno de iluminación puntual, conocido como hierofanía, servía para evocar las manifestaciones divinas similares a las observadas en culturas como la egipcia o la persa.
El control de la penumbra
En contraposición a la visión decimonónica que se tenía del Partenón, cuyo interior se imaginaba completamente blanco y brillante, las simulaciones demuestran que el Partenón fue, en realidad, un espacio que se mantenía oscuro. Esta penumbra permitía acentuar los momentos de luz selectiva. Las columnas interiores, los techos opacos y las barreras arquitectónicas reducían el ingreso de la luz directa: así, se creaba un ambiente propicio para la revelación gradual de la imagen cultual.
La estatua de Atenea: un icono en la penumbra
Una visión de lo divino
En el corazón del templo se alzaba la colosal estatua criselefantina de Atenea, cuya combinación de oro y marfil poseía una fuerte carga visual. El brillo intermitente de los materiales preciosos bajo la luz dirigida transformaba la escultura en una presencia viva. Las condiciones de penumbra, además, realzaban la percepción del thauma, el asombro reverencial que buscaba producir el arte griego.
Reflectores líquidos: agua y aceite
En el diseño del Partenón, se había incluido una pequeña piscina posicionada frente a la estatua. Este espacio de agua no solo ayudaba a conservar el marfil en el clima seco de Atenas, sino que actuaba como superficie reflectante que multiplicaba el efecto lumínico sobre la deidad. Quizás inspirada por el templo de Zeus en Olimpia, esta solución tecnológica aumentaba la sensación de encontrarse ante la presencia dela deidad, al generar destellos especulares que hacían parecer que la diosa irradiaba luz propia.

Ventanas, aperturas y materiales traslúcidos: mecanismos para iluminar
Las ventanas laterales
Dos ventanas situadas a los lados de la puerta principal del Partenón permitían el ingreso controlado de luz al interior. Su función principal era iluminar los corredores laterales, donde se ubicaban numerosos objetos votivos y decoraciones murales. La falta de rejas o contraventanas refuerza la idea de que estaban pensadas para mejorar la visibilidad del arte sacro.
Los techos de mármol traslúcido
Desde el siglo XIX, se ha debatido si se habían instalado fragmentos de mármol traslúcido en los techos del Partenón para permitir el paso de luz. Aunque algunas teorías apuntaron al uso de mármol de Paros por su translucidez, las evidencias materiales confirman que se utilizó mármol pentélico, menos traslúcido, pero más coherente con el resto del edificio. Esto sugiere que la luz que penetraba en el interior del templo a través del techo era limitada.
Las opaia: aperturas funcionales y simbólicas
Ciertos fragmentos de tejas descubiertos en la Acrópolis podrían haber pertenecido a aberturas en el techo llamadas opaia. Estos orificios tenían como finalidad facilitar la ventilación del humo del incienso y de las lámparas, pero también crear haces de luz dramáticos que destacaban puntos concretos del espacio sacro. Sin embargo, la falta de hallazgos concluyentes limita esta hipótesis a lo especulativo.

La luz artificial: lámparas, llamas y mística
La hipótesis de la lámpara única
Aunque se han encontrado pocos restos de lámparas en el Partenón, algunos autores proponen que una sola llama, situada de forma estratégica cerca de la estatua, podría haber sido la fuente principal de iluminación nocturna o durante los rituales. Este modelo encuentra paralelos en otras culturas del Mediterráneo, donde la “llama perpetua” simbolizaba la presencia constante de lo divino.
Lámparas votivas y prestigio visual
En el inventario de los objetos del Partenón, solo se mencionan dos lámparas de metales preciosos en el pórtico. Esta evidencia refuerza la idea de que la iluminación artificial era selectiva, de carácter ritual y, muy posiblemente, restringida a eventos concretos. La ausencia de candelabros o múltiples fuentes de luz permanentes contrasta con otras tradiciones, como la romana, y subraya el carácter distintivo del culto griego.

El experimento digital: reconstruir la percepción antigua
Una metodología basada en datos y simulaciones físicas
Para evaluar todas estas hipótesis, Juan de Lara ha desarrollado una reconstrucción en 3D del Partenón con simulaciones físicas de luz. Este enfoque, centrado en la renderización basada en la física (physically based rendering o PBR), permite modelar con precisión cómo la luz interactuaba con los materiales, los colores y las formas arquitectónicas reales del siglo V a.C.
Resultados: sombras, reflejos y revelación
Los resultados contradicen muchas representaciones idealizadas del Partenón. En primer lugar, confirma que el templo era, en general, un lugar donde predominaba la oscuridad. La estatua de Atenea resplandecía en momentos concretos, mediante el reflejo del agua, la luz solar filtrada o una fuente de iluminación artificial controlada, en un entorno que enfatizaba el contraste entre la sombra y la revelación lumínica. Esta teatralidad visual formaba parte integral de la experiencia sagrada.

Transparencia y rigor en la reconstrucción
El estudio de Juan de Lara ha serguido las pautas de buenas prácticas de la arqueología digital establecidas por la London Charter y los Principios de Sevilla, lo que garantiza una reconstrucción crítica, bien documentada y basada en evidencias arqueológicas sólidas. La comparación con reconstrucciones anteriores, como la del Parthenon de Nashville o los modelos de Ike y Otaki, muestra avances significativos en fidelidad y realismo.
Presenciar la divinidad en el Partenón
La combinación de arqueología, historia del arte y tecnologías digitales nos permite acercarnos a la experiencia sensorial de los antiguos griegos con un grado de precisión sin precedentes. El Partenón fue un espacio diseñado para propiciar una experiencia mística a través de la regulación de la luz y la oscuridad. Esta nueva reconstrucción no solo transforma nuestra visión del edificio, sino que abre nuevas vías para entender cómo la arquitectura antigua estructuraba los edificios y los espacios para potenciar la relación con lo divino.
Referencias
- de Lara, Juan. 2025. “Illuminating the Parthenon”. The Annual of the British School at Athens, 2025: 1-46. DOI:10.1017/S0068245424000145
Cortesía de Muy Interesante
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