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- Autor, Mike Wendling
- Título del autor, BBC News
La familia real qatarí planea donar un lujoso Boeing 747-8, cuyo valor se estima en US$400 millones, al Departamento de Defensa de Estados Unidos para que lo utilice como parte de una flota de aviones llamada Air Force One, el medio de viaje aéreo oficial del presidente.
En su afán por aceptar el regalo de Qatar, Donald Trump ha logrado una hazaña notable: unir a partidarios a uno y otro lado de la amarga división política de Estados Unidos.
El problema para la Casa Blanca es que esa unidad se está produciendo en su oposición.
Como era de esperar, los oponentes de Trump en el Partido Demócrata criticaron al presidente después de que éste indicara que aceptaría el lujoso avión.
Pero lo que es más notable –y potencialmente más preocupante para el presidente– es que algunos de sus partidarios más firmes también tienen serias reservas sobre el acuerdo, aun cuando todavía no se ha producido.
Los personajes más influyentes del movimiento Maga -Make America Great Again- calificaron el regalo qatarí como un “soborno”, una estafa o un ejemplo de la corrupción de alto nivel que el propio Trump prometió erradicar.
La flota actual incluye dos aviones 747-200 que están en uso desde 1990, junto con varios 757 externos más pequeños y algo secretos.
La Casa Blanca dice que el nuevo avión, cuya remodelación y modernización podría requerir años y millones de dólares, será transferido a la biblioteca presidencial de Trump al final de su mandato.

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Después de conocerse la noticia el domingo, la reacción fue feroz e inmediata.
“Creo que el término técnico es ‘sórdido'”, dijo con tono serio el comentarista conservador del Daily Wire, Ben Shapiro, en su podcast.
“Se supone que Qatar no le está dando al presidente Trump un avión de US$400 millones por pura bondad”, dijo. “Intentan llenarse los bolsillos con dinero a la manera bipartidista”.
Voces en contra
Él y otros señalaron las acusaciones de que Qatar ha canalizado dinero hacia grupos terroristas (acusaciones que el país ha negado) y llamaron a los qataríes “los mayores defensores del terrorismo a escala internacional”.
Laura Loomer, la influencer de redes sociales que difunde teorías conspirativas y promueve el despido de altos funcionarios de la Casa Blanca considerados insuficientemente leales, interrumpió su flujo constante de mensajes a favor de Trump para criticar la medida.
Aunque dijo que todavía apoya al presidente, calificó el acuerdo del avión como “una mancha” y publicó una caricatura del Caballo de Troya, redibujado como un avión y lleno de militantes islamistas armados.

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Trump también encontró poco apoyo en su idea de aceptar el avión en los medios más tradicionales.
El New York Post, que generalmente respalda gran parte de la agenda populista de Maga, publicó un editorial contundente: “El avión ‘Palacio en el Cielo’ de Qatar NO es un ‘regalo gratuito’, y Trump no debería aceptarlo”.
Y Mark Levin, un constante defensor del presidente en Fox News y su programa de radio, publicó en X un post en el que acusaba a Qatar de ser un “estado terrorista”.
“Su avión y todas las otras cosas que están comprando en nuestro país no les brindan la cobertura que buscan”, escribió.
De terroristas a amigos
Durante su primer mandato, el propio Trump acusó a Qatar de financiar grupos terroristas.
Cuando la BBC se puso en contacto con la embajada de Qatar en Washington, esta mencionó una entrevista que el primer ministro de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al-Thani, dio a CNN sobre el avión.
“Es una transacción entre gobiernos. No tiene nada que ver con relaciones personales, ni del lado estadounidense ni del lado qatarí. Es un asunto entre los dos ministerios de defensa”, afirmó la embajada.
“¿Por qué compraríamos influencia en Estados Unidos?”, añadió, argumentando que Qatar “siempre ha sido un socio fiable y confiable. Esta no es una relación unidireccional”.

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En respuesta a las críticas al acuerdo, la Casa Blanca ha redoblado sus esfuerzos. La secretaria de prensa de Trump, Karoline Leavitt, declaró que la administración estaba “comprometida con la transparencia total”.
“Cualquier obsequio otorgado por un gobierno extranjero siempre será aceptado en pleno cumplimiento de todas las leyes aplicables”, afirmó.
Aunque no se ha ofrecido nada a cambio del avión, muchos comentaristas dijeron que sería ingenuo esperar que la familia real qatarí entregara un artículo tan costoso sin condiciones
“Obviamente, ven que si recompensan a Donald Trump con regalos, eso podría ser beneficioso a largo plazo”, declaró a la BBC Doug Heye, estratega político y exdirector de comunicaciones del Comité Nacional Republicano. “A Trump le gustan los halagos y lo hemos visto una y otra vez”.
La Constitución de Estados Unidos incluye una cláusula que impide a los funcionarios aceptar “cualquier regalo, emolumento, cargo o título, de cualquier tipo, de cualquier rey, príncipe o estado extranjero”.
Pero la Casa Blanca ha señalado que, al menos al principio, el avión será un regalo al gobierno estadounidense.

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La fiscal general Pam Bondi investigó la legalidad del acuerdo y determinó que, dado que no hay condiciones explícitas asociadas, no constituiría un soborno.
Los conservadores y otros se apresuraron a señalar que Bondi estaba registrada como lobista de Qatar antes de unirse al gabinete de Trump y que en algunos momentos ganó hasta US$115.000 dólares al mes por su trabajo para el gobierno de Qatar.
La Organización Trump también sigue manteniendo vínculos con Qatar y el mes pasado anunció un acuerdo para construir un resort de golf de lujo en el país.
Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca el martes, el presidente reprendió a un periodista que planteó preguntas sobre la ética de la transacción.
¿Es un regalo personal?
“¿Qué le diría a la gente que ve ese avión de lujo como un regalo personal?”, preguntó la periodista de ABC Rachel Scott.
“Debería darte vergüenza hacer esa pregunta”, respondió Trump, después de usar su habitual pulla sobre las “noticias falsas”.
“Nos están dando un avión gratis”, dijo el presidente. “Podría decir: ‘No, no, no, no nos lo den, quiero pagarles mil millones o 400 millones’… o podría decir: ‘Muchas gracias'”.

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En Truth Social, el presidente luego republicó varios mensajes señalando que la Estatua de la Libertad era un regalo de Francia, y escribió el martes por la noche: “El Boeing 747 se le está dando a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos/Departamento de Defensa, ¡NO A MÍ!”.
“Sólo un TONTO no aceptaría este regalo en nombre de nuestro país”, escribió.
Sin embargo, incluso algunos dentro del Partido Republicano de Trump expresaron preocupación.
“Creo que no vale la pena que parezca algo inapropiado, sea inapropiado o no”, dijo Rand Paul, senador republicano de Kentucky, a Fox News.
“Me pregunto si nuestra capacidad para juzgar el historial de derechos humanos de Qatar se verá empañada por este gran regalo”, dijo Paul.
Espionaje y vigilancia
Otro senador republicano, Ted Cruz de Texas, dijo que aceptar el regalo plantearía “importantes problemas de espionaje y vigilancia”.
Trump sí encontró cierto apoyo dentro de su partido. “Si es gratis es bueno. Ya sabes, ahora mismo no tenemos mucho dinero para comprar ese tipo de cosas”, declaró el senador Tommy Tuberville a CNN.
Doug Heye, el estratega republicano, sugirió que el acuerdo podría no dañar la popularidad de Trump entre su base a largo plazo.
“Trump ha sido capaz durante años de darle la vuelta y que olvidemos escándalos que serían debilitantes para otros políticos”, dijo. “Es muy hábil en eso”.

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Cortesía de BBC Noticias
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