RIVIERA MAYA – El Banco de México enfrenta un escenario cada vez más complejo para mantener la inflación bajo control, así lo advirtió Jonathan Heath, subgobernador del banco central, durante su participación en el 14° Foro de Emisoras de Grupo Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Desde enero de 2025, la inflación cambió su tendencia descendente y se ubicó en 4.4% en mayo , de acuerdo con el Inegi, un dato encima de lo previsto por el propio Banxico.
“En los últimos meses estamos viendo una reversión preocupante. La inflación en mayo nos desconcertó porque fue significativamente arriba de lo que habíamos previsto”, comentó Heath.
Banxico ha sostenido una política monetaria restrictiva desde 2021, con una tasa objetivo que alcanzó un máximo de 11.25% antes de comenzar a reducirse gradualmente. Actualmente se ubica en 8.50%. Aunque la política ha surtido efecto sobre la inflación subyacente –que excluye los precios de alimentos y energéticos–, esta también muestra señales de estancamiento, pues desde noviembre dejó de bajar.
El comportamiento divergente entre componentes de la inflación complica el panorama. La parte no subyacente, que incluye precios como frutas, verduras o gasolina, es altamente volátil y responde poco a la política monetaria.
En el caso de la subyacente, el freno a la baja proviene principalmente de los servicios, especialmente los alimentarios como restaurantes, fondas, torterías y taquerías, que representan alrededor de 26% del gasto de los hogares y cuya inflación supera el 8%, de acuerdo con el subgobernador.
Para el especialista, uno de los factores que están ejerciendo presión estructural sobre estos precios es el aumento sostenido del salario mínimo, debido a la política del gobierno federal, que además se prevé que continúe, pues Claudia Shiembaum, presidenta del país, ha señalado que para el final de su sexenio, en 2030, el compromiso es que el salario mínimo cubra 2.5 veces la canasta básica, lo que augura mayores incrementos en los precios y complica aún más el escenario inflacionario.
Por otro lado, el país también enfrenta un escenario adverso en el ritmo económico, pues de acuerdo con las previsiones de Banxico, la economía crecerá apenas 0.1% en 2025.
Al frenarse el ritmo de la economía, las personas suelen adquirir menos bienes y servicios, una menor demanda provoca que los precios tiendan a bajar.
“Lo que estamos viendo es una economía estancada, no estamos viendo que entre en recesión, y esto es lo que está detrás de la idea de que las presiones inflacionarias por el lado de la demanda ya se han disipado y por lo tanto los precios más susceptibles a las condiciones cíclicas de la economía, como son los servicios, deben empezar a desinflarse”, dijo Heath.
Las expectativas de Banxico sobre el comportamiento de la inflación para el segundo semestre de 2025 son optimistas, el organismo proyecta que retomará su tendencia a la baja, cerrando el año ligeramente debajo de 3.4% y con la subyacente acercándose al 3% a mediados de 2026. Sin embargo, Heath mostró escepticismo.
“A mí me preocupa mucho, se me hace una proyección increíble, yo no puedo estar de acuerdo. Lo único que sí me queda claro es que no podemos anticipar los choques no anticipados”, comentó Heath.
El mercado parece compartir esa desconfianza. Las expectativas privadas apuntan a una inflación más persistente, que cerrará 2025 alrededor de 3.7% y repuntará en 2026.
La próxima decisión de política monetaria, programada para el 26 de junio, será clave. El subgobernador adelantó que la tasa de referencia volverá a tener un recorte de 50 puntos base.
“Pero no será una decisión unánime. La mayoría sí está creyendo que la inflación va a bajar y que se van a realizar esas proyecciones”, comentó Heath.
Cortesía de Expansión
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