Todavía hay gente que pasa por la puerta del Hotel Aconcagua de Mendoza y quiere sacarse una foto en la pileta. 25 años del salto de Charly García. ¿Qué significó? ¿Para qué lo hizo? ¿Qué profundidad tenía la pileta?
3 de marzo de 2000, el día que Charly casi se mata. ¿Pudo haber sido un intento de suicidio nunca aceptado? ¿Una hazaña? La crónica fría escribió que se “arrojó desde su habitación” y que, todavía mojado, declaró: “Esta fue la primera cosa deportiva que realmente disfruté en mi vida”.
Un metro noventa y cuatro y aproximadamente 72 kilos. Lo que mide y pesaba García cuando ese mediodía, con 48 años, se lanzó al vacío desde un balcón ubicado a 18 metros de altura. La caída duró menos de dos segundos y pasó a la eternidad como Mientras miro las nuevas olas o cualquiera de sus grandes obras. Todo esto fue filmado por un camarógrafo de Canal 7.
Al rato compuso el tema Me tiré por vos.
Antes del salto, Charly había tirado un muñeco y un estuche de CDs. “Para probar”, dijo. La pileta del hotel tiene o tenía tres profundidades diferentes: 1,20 metros; 1,50 metros y 2,40. Charly cayó en la parte más profunda. ¿Hubo inteligencia previa? ¿Fue casualidad? Una infografía del momento muestra que en el salto de papá, García tuvo en cuenta la distancia de cinco metros que separan la pileta del edificio.
Cómo fue todo
García estaba en Mendoza para actuar con Nito Mestre y Mercedes Sosa en un recital gratuito para unas 30 mil personas en el Estadio Malvinas Argentinas. Meses más tarde, en octubre de 2000, se editó Sinfonías para adolescentes, el álbum con el que Sui Géneris volvía a los escenarios. El disco incluye dos temas en directa relación con hecho: el mencionado Me tiré por vos y Noveno B.

“Estaba muy aburrido en la Mendoza fatal. Dije: ‘¿Qué me falta ahora? Sólo aprender a volar’”, arranca el primero, sonando bastante parecido a No voy en tren. En el segundo canta: “Me voy a tirar del noveno piso, me voy a tirar al mar. Me voy a tirar sin pedir permiso, me voy a tirar igual”.
Charly estaba hospedado en la suite presidencial, una especie de departamento alejado del resto de las habitaciones, ubicado en el noveno piso. Por supuesto que en el diario hablaron de él: “¡Dejénlo ir a los Juegos Olímpicos de Sydney!”, ironizó Olé en su tapa del sábado 4 de marzo de 2000.
Clarín puso: “Charly García se tiró a una pileta desde un noveno piso”. También contó la cáida en detalles: “Voló veinte metros”. Cuando el músico estuvo de regreso en Buenos Aires, la guardia periodística lo puso loco y empezó a tirar objetos contundentes por la ventana de su departamento de Barrio Norte.
“Pensé que había grabado el suicidio de Charly”. Lo dijo Daniel Raquela, camarógrafo del noticiero de Canal 7 de Mendoza. Sin su testimonio, esto sería apenas una leyenda urbana. “Afuera del hotel estaban los fans, un puñado de fans, y todo el mundo se quedó como en silencio. Después empezaron a gritar desesperados pensando que Charly se había matado”.

Raquela lo grabó cuando se dio cuenta que los seguidores del músico miraban para arriba porque habían detectado la presencia del músico. “Encuadré, hice foco y Charly se tiró. Ese video dura dos segundos y algo más,” recuerda el camarógrafo. “Hubo un momento de tensión. Salimos corriendo con mi compañero hacia el interior del hotel, llegamos a la pileta y vemos a Charly nadando en la pileta, relajado, pidiendo una Coca Cola”.
La Nación tituló: “Charly García incorporó nuevos escándalos a su nutrida colección. Se tiró a la pileta del hotel desde 16 metros de altura y agredió a dos periodistas”.
“Me di cuenta de lo que hice cuando estaba en el aire. La primera parte del salto, que es cuando todavía estás bajo la influencia de tus músculos, es una cosa. Después te chupa la gravedad y bajás como un meteorito”, declaró García al mendocino diario Los Andes.
“¿Sabés por qué me tiré? Porque me perseguía la policía. Había un policía abajo. Cuando subió, me dijo: ‘¡Yo soy la policía!’. Y le dije: ‘¿y quién te mandó a no estudiar?’. Me reí mucho”, contó García antes de agregar que de joven se tiraba de los molinos de viento hacia la pileta. “Practiqué. ¿Vos te creés que estoy loco? No, no estoy loco”.
Cortesía de Clarín
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