
El Teatro Galerías abrirá sus puertas el próximo 30 de octubre para recibir “El Sótano”, una de las obras de terror más comentadas de los últimos años en la escena mexicana. La producción, basada en un texto del japonés Koji Suzuki -autor de “El Aro”-, cuenta con dos funciones programadas a las 19:00 y 21:30 horas, y promete una experiencia escénica inmersiva que combina actuación, videomapping y efectos especiales de alta tecnología.
En entrevista con EL INFORMADOR, el actor y productor Rafael Perrín compartió su entusiasmo por regresar a Guadalajara, ciudad con la que mantiene una relación cercana desde hace décadas. “Muy orgulloso, muy agradecido, con el público tapatío. Sin duda, el mejor público. Cuando me preguntan cuál es el mejor público de México, yo siempre digo que la gente de Guadalajara, porque ya son muchos años de presentarles obras allá. Tuve el privilegio de vivir una etapa por allá cuando dirigí la compañía de teatro del Tec de Monterrey de Guadalajara y le voy al Atlas desde chavito”, contó.
El intérprete, conocido por montajes como “La Dama de Negro”, “Esquizofrenia” y “Conversando con el Diablo”, asegura que el vínculo con la ciudad es profundo, no solo por su afición futbolera, sino porque ha sido testigo del crecimiento de su carrera teatral. “Cuando paso por el Teatro Galerías y veo en la marquesina mis cuatro obras, pues me transforman en el actor de teatro más visto en México y eso me llena”, señaló.
Dirigida por Esteban Román y producida por Edgar Méndez, “El Sótano” se desarrolla en un viejo edificio donde Ana Müller, recién separada, llega con su hija Isa para comenzar una nueva vida. Allí conoce a Damián, el conserje del inmueble, personaje que interpreta Perrín y que se convierte en una figura central dentro del relato.
“Damián es un personaje maravilloso, encantador. El público lo recibe muy bien, se ríe mucho con él. Quizá encierre un misterio, quizá no; eso solo al ver la obra se sabrá. Pero lo que sí es un hecho es que es la única obra en la que yo hago reír con mi actuación. Es un personaje muy divertido que trata de ayudar a esta señora y a su hija, sin saber que algo terrorífico está por suceder”, explicó.
El actor destaca que “El Sótano” tiene un equilibrio poco común en el género, al combinar comedia y horror dentro de un mismo montaje. “El 80% del tiempo te estás riendo, pero ese 20% que no te estás riendo, estás con los pelos de punta, agarrado de la butaca. Es una obra completamente efectista y que provoca grandes reacciones en el público”, comentó.
La puesta en escena utiliza tecnología de punta con proyecciones, efectos visuales y sonoros que intensifican la atmósfera de miedo. Perrín asegura que estos recursos no restan protagonismo al actor, sino que exigen una interpretación ajustada a la precisión técnica. “La tecnología que se utiliza en ‘El Sótano’ es verdaderamente impresionante. Los efectos visuales hacen que sea una obra de terror visual, de terror crudo, japonés. Las cosas que suceden en la sala son muy fuertes, muy violentas. De hecho, tenemos una nota del autor que nos pide prender la luz si los gritos llegan a ciertos decibeles, porque puede provocar histeria fuerte”, señaló.
A pesar de la intensidad de la propuesta, Perrín subraya que se trata de una obra apta para todo público, a partir de los 11 años. “Sí, al final van a dormir todos en camita, juntos, abrazados, pero es una obra que pueden ver todos”, dijo entre risas.
Además, resaltó que se trata de una producción con sello tapatío. “Es un montaje producido por Edgar Méndez, dueño del Teatro Galerías, escrita y dirigida por Esteban Román. Yo la fui a ver como espectador y me encantó. Cuando vino la pandemia, el actor que hacía el papel de Damián ya no pudo continuar, y Edgar me llamó para preguntarme si me interesaba hacerlo. Así empezó todo, y ya son casi cinco años que estoy en ‘El Sótano’”.
Para el actor, el montaje funciona como una montaña rusa emocional que lleva al público de la risa al miedo de manera imperceptible. “La obra es un conjunto de emociones y situaciones que te van llevando sin que te des cuenta a estar inmerso en una historia de terror profundo. Entre carcajada y carcajada empiezas a ver cosas terroríficas que suceden en ese departamento, con efectos visuales nunca vistos en el teatro”, apuntó.
El también productor comparte que, a pesar de su experiencia, aún siente nervios antes de cada función. “Estoy paralizado de terror. El verdadero terror que siente el maestro del terror es antes de empezar. Justo antes de dar el primer paso para entrar al escenario, cuando se oye el murmullo del público, pienso: ‘¿Para qué te dedicas a esto?’. Pero en el momento en que doy ese paso, todo cobra sentido. Me dedico a esto porque es mi pasión, porque me provoca darle alegría a la gente”, confesó.
Perrín ve al teatro como un refugio emocional tanto para el artista como para el público. “Vivimos en un país con muchos problemas, todos tenemos situaciones preocupantes, y por lo menos durante dos horas te voy a apagar esas preocupaciones para contarte un cuento. Quiero que por dos horas vuelvas a ser un niño, que despiertes ese niño interno que cree en los milagros y que tiene capacidad de asombro”, reflexionó.
La complicidad del público
Sobre la relación con el público, el actor la describe como una especie de complicidad viva que transforma cada función. “La obra no se puede variar porque está dirigida y hay que respetarla, pero es como un torero: dependiendo de cómo salga el toro, es la faena. Hay públicos ruidosos, gritones, serios o callados, y tú tienes que captar su atención”, explicó.
También destacó que la reacción del público es un termómetro infalible de la calidad de una función. “Cuando una obra es mala, la gente saca el celular. Si la obra es buena, al público se le olvida que lo trae. Cuando estás viendo algo maravilloso, no estás viendo tu teléfono. En el teatro, si alguien saca un celular o suena un timbre, el público lo calla, porque está viviendo la historia”.
Finalmente, Perrín celebró que el teatro de terror haya encontrado un público fiel en México, con espectadores que recomiendan las obras y las vuelven parte de su vida. “Ya estamos trabajando para personas que van porque alguien se la recomendó, que se la recomendó a alguien más, y así. “La Dama de Negro” lleva 31 años y millones de espectadores; “El Sótano” ya va por cinco años, “Esquizofrenia” por ocho y “Conversando con el Diablo” apenas cumplió el primero. Eso es lo más bonito: que el público se vuelva nuestro cómplice y que disfrute las travesuras que les hacemos desde el escenario”.
Costos de los boletos
Los boletos están disponibles en taquillas del Teatro Galerías y en línea, con precios que van desde los $350 hasta los $650 pesos.
CT
Cortesía de El Informador
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