
Los mercados descuentan que hoy la Reserva Federal (Fed) habrá de bajar en un cuarto de punto la tasa de interés interbancaria de referencia. Esa no es la noticia más esperada respecto al banco central estadounidense.
Lo que empieza a cobrar relevancia es el nombre de la persona a quien Donald Trump designará como sucesor de Jerome Powell como presidente de la Fed.
No se espera que la designación llegue hoy a la par de la decisión de política monetaria, pero sí antes de que termine el año, a pesar de que Powell tendría que dejar la presidencia de la Fed en mayo del 2026.
Está claro que Trump ha hecho todo lo posible para minar el liderazgo de Powell al frente de ese banco central porque éste no ha cedido a obedecer los deseos del republicano de bajar las tasas de interés a cualquier precio.
No lo ha podido mover por la mala, ha fracasado en sus intentos de influir en las decisiones de política monetaria y por eso quiere minar su fuerza ante los mercados.
Designar con tanto tiempo de anticipación a su sucesor sin duda daña la imagen del banquero central que tendría que permanecer un semestre en calidad de lame duck, ese “pato cojo” como designan en Estados Unidos al político que pierde poder ante la cercanía de su salida del puesto.
La condición que debe cumplir quien quede en el puesto es que comparta la idea del Presidente de Estados Unidos de que las tasas deben bajar de forma drástica para impulsar el crecimiento económico.
Hoy mismo el mercado sabe que van a bajar las tasas, pero no todos están convencidos de que eso sea lo mejor para la economía estadounidense.
Unas horas antes de conocer la decisión del Comité de Mercado Federal Abierto de la Fed, 97% de las apuestas apuntan a una baja de un cuarto de punto en la tasa referente, hasta 4.0 por ciento. Hay otro 3.0% que adelanta una baja de medio punto porcentual y nadie cree que se mantenga sin cambios.
Sin embargo, de acuerdo con una encuesta de CNBC entre 38 economistas, estrategas y operadores de fondos, 38% considera que la Fed no debería bajar la tasa de interés en su decisión de hoy.
El temor de algunos analistas es que la Fed, bajo esa amenaza de Trump, tenga más motivaciones políticas que técnicas para bajar la tasa de referencia, lo que puede ser un peligro.
La condición que identifican muchos analistas es que todavía no se sienten del todo los efectos de los aranceles en los consumidores estadounidenses y eso tendrá un impacto inflacionario, a la par que, con la poca información disponible por el shutdown gubernamental, hay una baja creación de empleos.
La Fed toma decisiones con poca información, porque lleva un mes cerrado el gobierno federal, tiene presiones políticas evidentes, hay innegables focos amarillos inflacionarios y hay un Presidente del banco central bajo la amenaza de quedar relegado con el nombre de su sucesor.
¿Qué podría salir mal con el banco central más importante del mundo occidental con semejante escenario?
Empieza a cobrar relevancia es el nombre de la persona a quien Donald Trump designará como sucesor de Jerome Powell. Designar con tanto tiempo de anticipación a su sucesor sin duda daña la imagen del banquero central que tendría que permanecer un semestre en calidad de lame duck, “pato cojo” como designan en Estados Unidos al político que pierde poder ante la cercanía de su salida del puesto.
Cortesía de El Economista
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