El talento no tiene edad, avísenle al mercado laboral

En el reclutamiento no debería afectar la edad para ser elegido, ya que lo relevante son las habilidades y aptitudes con las que cuenta el postulante y si estas, son acordes a las necesidades del puesto por cubrir.

Sin embargo, existen sesgos en torno a las edades de las personas que se postulan a un cargo, provocando que no sean tomados en cuenta o que los descarten pese a su experiencia profesional.

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El edadismo es un tipo de discriminación, está prohibido desde la Constitución, y ni la Carta Magna ni la Ley Federal del Trabajo estipulan una edad como limitante para la contratación.

El informe de Perspectivas de empleo de la OCDE 2025 confirma que el fenómeno es real en México. El país ocupa la cuarta posición con la tasa de empleo más baja para personas de 45 y 54 años. 

De acuerdo con una encuesta realizada por OCC, el 75% de los trabajadores considera que la edad es un obstáculo para ser contratados en alguna organización.

“Los participantes que respondieron a la encuesta afirmaron que la edad sí suele ser un motivo para no contratar a los trabajadores e incluso, algunos han experimentado el rechazo durante algunos procesos de reclutamiento debido a su edad”, destaca.

OCC también señala que el 18% de los participantes considera que el edadismo solo influye en algunos puestos, sectores o actividades, ya que las empresas deben poner atención en detalles como la salud y la integridad física de su personal.

“Esto conlleva a que algunos empleadores contemplen la edad para el desempeño y cumplimiento de algunas tareas sin poner en riesgo al trabajador”, refiere.

Rosario Ayala, coach de Liderazgo Consciente, destaca que la edad no debe ser una limitante para crecer profesionalmente, ya que es la propia actitud ante el cambio, la innovación y la mejora continua las que marcarían una verdadera pauta.

“Necesitamos dejar de etiquetar a los adultos como personas demasiado tradicionales y a los jóvenes como inexpertos, ya que en ocasiones puede ser que tengamos ciertas actitudes o preferencias, de acuerdo a nuestra edad, que se convierten en un problema organizacional cuando no tenemos las estrategias para aprovechar las fortalezas”, resalta.

Indica que las compañías deben contar con jóvenes, adultos, gente mayor, personal con experiencia y sin experiencia, así como diversidad en todos los sentidos, raza, género y más.

“La organización tendría que construir las estrategias y brindar las oportunidades para que, en esa diversidad, las personas puedan aplicar sus cualidades y contribuir con sus talentos al cumplimiento de la misión”, asegura.

En tanto, Teresa López Pelcastre, directora de clientes en Brivé Soluciones, señala que, en la práctica, el edadismo influye en la contratación y se debe trabajar para que desde las empresas se eliminen los sesgos hacia las personas.

“Veo a personas de 60-70 años que están liderando cambios tecnológicos dentro de su organización. Creo que ese es un gran sesgo que se tiene, entre mayor edad menor tecnología pueden manejar y no es así”, comenta.

Agrega que, si bien existen una tendencia organizacional y cultural, también se tienen inclinaciones personales, mismas que pueden afectar las decisiones de cada individuo al analizar hasta cuándo se debe trabajar: “Puedes tener la capacidad de hacer las cosas; sin embargo, cuando alguien te señala que por la edad no eres capaz y tú lo crees, es cuando empieza a existir esa gran limitante”.

La erradicación del edadismo es importante, ya que existe un fenómeno de retrasar la jubilación y cada vez es más común encontrar personas mayores que desean mantenerse activas en el mercado laboral.

Al respecto, Ipsos resalta que saber cuándo jubilarse puede ser complicado, ya que las personas viven más tiempo, mientras que los ahorros o las pensiones pueden ser insuficientes para mantenerlos en su último año.

“Si bien muchos quieren trabajar durante el mayor tiempo posible, existen obstáculos importantes que enfrentan las personas mayores en la fuerza laboral, la más básica es si se consideran o no empleables después de cierta edad”, refiere.

Aminorar los sesgos es cosa de ambos lados

Rosario Ayala comenta que para poder reducir las inclinaciones que existen en materia del edadismo al momento de contratar, tanto empresas como personas deben poner de su parte para no caer en negativas de contratación.

“En primera instancia se debe trabajar con los encargados de las áreas de Recursos Humanos, reclutamiento y desarrollo organizacional para que estén preparadas y sean conscientes de sus sesgos, que no tengan una visión limitada”, apunta.

A su vez, Teresa López refiere que las personas, ya sea el candidato o el colaborador, deben trabajar en sí mismas, ya que en la actualidad el autorreconocimiento tiene un valor distinto porque no genera sesgos.

“Es importante que puedas trabajar en ti mismo, que puedas reconocerte, saber hasta dónde eres capaz de llegar. Para las empresas es complicado, porque la operación resta la posibilidad de hacer autoanálisis, pero si se dan el tiempo para entender cuál es su momento, realmente ayuda a atraer a las personas correctas y poder desarrollar al equipo”, señala.

Cortesía de El Economista



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