El Tata Cedrón a los 85: el ninguneo a Cacho Castaña, por qué el tango es “botón” y una mujer 35 años más joven

El último tango del que se tienen noticias aunque no sepas nada de nada de nada, data de 1994. Garganta con arena traspasó las fronteras del género. Debe costarle al 2×4 aceptar la importancia final de Cacho Castaña. Y encima antes de Garganta con arena, el mismo autor se había despachado con un clásico todavía más imborrable, Café la Humedad.

-El tango murió, Tata Cedrón.

-Te pido por favor: no te pongas a la defensiva…

-Para mí Cacho Castaña hizo buenas canciones. Café la Humedad está muy bien, fenómeno, puede cantarse por la calle. Pero yo no haría eso. Me parece que son canciones muy elaboradas, hechas para gustar.

-Decís que hay una receta.

-Y sí, hay recetas. Homero Expósito fue un industrial de eso. Tenía reglas.

-¿Vos podría hacer “Café la Humedad”, pero no querés?

Es fácil, no me gusta. El dulce de leche es rico, pero un poco. Es el problema del intérprete que quiere triunfar y del compositor que quiere gustar. Lo que se llama mercado.

Para el Tata Cedrón hacer canciones como Para el Tata Cedrón hacer canciones como “Café La Humedad” es “fácil, hay recetas”. Foto: Luciano Thieberger

-Hablando de mercado, quizás te vendría bien un feat con Maria Becerra.

-No sé quién es.

-Ni idea, no escucho nada de eso yo.

-Nada, nada.

¿Un “feat” con quien te gustaría?

-No hables en inglés por favor. ¡¿Todo en inglés?! -se pone serio-. El otro día fui a comprar un repollo y en la puerta decía “open”. Paremos un poco, que nos entiendan ellos alguna vez. Si yo digo “la concha de tu hermana”, que sepan lo que quiero decir, como logran ellos que nosotros sepamos lo que significa esa palabra que dijiste.

-¿Hay que ser un poco cabrón para llegar a los 85 con tu vitalidad?

-No, hay que tomarse todo en joda.

“No soy Paul McCartney”

-Se te ve muy bien.

-Nunca como nada procesado. Arroz, verduras, un poco de carne. Pero no soy como Paul McCartney que come esa cosas, ¿cómo mierda se llama esa especie de verdura que come? No abuso de nada. Alcohol cero, fumé y largué hace 25 años. Buena genética. Mi vieja murió a los 94.

El Tata Cedrón es una leyenda urbana. Llegó a los 85 años con una enorme vitalidad. Foto: Luciano ThiebergerEl Tata Cedrón es una leyenda urbana. Llegó a los 85 años con una enorme vitalidad. Foto: Luciano Thieberger

El Tata Cedrón es como una leyenda urbana. Los entendidos dicen que es uno de los últimos cantores que quedan. Demasiado rockero para el tango, demasiado tanguero para el rock. “Tiene discos que son una joya”. En el ambiente lo tratan de “inclasificable”, de algo así como el eslabón perdido.

-Leí que habías conocido a Sartre en Francia. ¿Qué onda el tipo?

-Bien, un viejito tranquilo. Lo veíamos en un bar. Iba con una chica al lado, su secretaria. Me acuerdo que yo estaba con unos gallegos amigos y uno lo llama. “¡Ven acá Jean Paul, ven acá hombre”, jajajaja. Y se nos acercó a la mesa con una lechuguita.

-¿Qué quiere decir eso?

-Nada, se ve que había comprado una lechuguita. Le di una palmada en la espalda y se le cayó un ojo.

-¿Hablaron de “El ser y la nada”.

-¿Tas loco vos…?

Recital íntimo y mujer joven

El Tata Cedrón musicalizó poemas de Raúl González Tuñón. También compartió veladas inolvidables con Paco Urondo y Juan Gelman. Foto: Luciano ThiebergerEl Tata Cedrón musicalizó poemas de Raúl González Tuñón. También compartió veladas inolvidables con Paco Urondo y Juan Gelman. Foto: Luciano Thieberger

Dirás: yo escuché al Tata Cedrón haciendo un mini recital en el living de su casa ubicada en la frontera imprecisa de dos barrios, a un metro uno del otro, tomando café, felicitándolo con un apretón de manos.

Se trataría de un cantor de rasgos melancólicos, siempre como un poco pasado de moda hasta que, de pronto, desde el fondo, patio de por medio, asoma una presencia juvenil que desacomoda o perturba la escena.

Pensás preguntarle si es la hija y el Tata adivina la intención: “Mi mujer”.

En esa presentación accidental (“Mucho gusto”, “el gusto es mío”) entendés que aunque te esfuerces, no vas a saber nada de este señor, del Pepe Soriano de la música, del marido o el novio de una mujer que saldrá a la calle vestida en la línea de montaje indumentaria del feminismo.

Treinta y cinco años menos que yo“, dirá el hombre de 85, nacido en 1939. Para los imberbes que después hablan de las conquistas gerontofóbicas de Mick Jagger.

De Juan Gelman y Paco Urondo a la exuberancia criolla de Raúl González Tuñón y de ahí, por qué no, al poema que un vecino le mandó debajo de la puerta. “Me pidió que lo musicalizara y lo hice. Un tangazo”.

Exilio en París y misterio por la muerte de su hermano

En su casa. El Tata Cedrón fue capaz de dar un recital íntimo para el cronista de Clarín. Foto: Luciano ThiebergerEn su casa. El Tata Cedrón fue capaz de dar un recital íntimo para el cronista de Clarín. Foto: Luciano Thieberger

Un capítulo clave de su historia personal es el misterio alrededor de la muerte de Jorge “El Tigre” Cedrón, director de la película Operación Masacre. Alguna vez declaró: “Mi hermano no murió, lo mataron. Yo no puedo dormir. Quiero saber qué pasó y cómo fue. Hay gente que está viva, que sabe, que puede hablar.”

El Tigre apareció sin vida el 1° de junio de 1980 en su baño. Apuñalado. En el libro El cine quema: Jorge Cedrón, de Fernando Martín Peña, Marta Montero, viuda del realizador, dijo: “De Jorge puedo decir que efectivamente vivía de una manera riesgosa y que era un suicida en potencia. Un tipo que conduce borracho, que era capaz de pelearse en la calle contra cuatro monos. Pero decir: Ay, qué triste estoy, no puedo más, me voy de este mundo… No…”.

-Vos te fuiste exiliado a París. En Paris mataron a tu hermano. ¿Era un lugar seguro para ir?

-A seguro se lo llevaron preso el otro día. Mi hermano es un caso muy difícil. Se habla de suicidio y tuvo cinco puñaladas con la mano derecha, cuando él era zurdo. Massera había montado el Centro Piloto de París, una oficina para lavar la cara de la dictadura en Europa y para infiltrarse entre los exiliados. No sé…

-¿Se habló también de Galimberti?

-Galimberti se casó con la hija de Bunge y Born. Tal vez era un servicio, un infiltrado. Seguramente mi hermano reconoció a uno y por eso se la dieron.

-Estás festejando 60 de carrera. Casi como Guillermito Fernández…

-Él es más joven que yo. Arrancó muy de pibe. Yo tengo 85 pirulos y sigo cantando.

“El tango es botón”

El Tata Cedrón dice que el tango va deschavando a todo el mundo: El Tata Cedrón dice que el tango va deschavando a todo el mundo: “Que aquel es pobre, que aquella se hizo puta, que el otro es un ladrón”. Foto: Luciano Thieberger

Una vez le preguntaron al Tata si el tango era de derecha o de izquierda. “El tango es botón, siempre anda deschavando: que aquel es pobre, que aquella se hizo puta, que el otro es un ladrón. Mirá: de izquierda no es”.

¿Es verdad que el tango supo tener una mirada sociológica sobre lo que estaba desapareciendo? “La última curda”, “El último café”, “El último organito”.

El último organito es uno de los tango que más me gustan. Son yeites del oficio de Homero Manzi, la repetición: Sur, paredón y después, Sur, una luz de almacén.

-¿Seguro que el tango no murió?

-¡Pero no! El grupo Piraña, Acho Estol. Yo he cantado cosas de Palo Pandolfo, soy amigo de Daniel Melingo. Él tiene una manera de cantar muy singular. Me gusta cómo encara la canción, su voz, el sonido tan personal de su voz.

-¿A vos por qué te gusta cantar?

-Porque cuando se canta no se piensa mal.

-¿En qué banda de rock te hubiera gustado estar?

-Mmm, en Los Abuelos de la Nada. Miguel Abuelo sabía mucho de folclore, tenía un sello.

-¿Qué pasó con la canción de protesta?

-Un comercio al que nunca me prendí. Debería sobrar la música de protesta, ¿no te parece?

Información

Tata Cedrón y Alejo de los Reyes presentan su nuevo disco Flor de la Banda Oriental. Canciones del uruguayo Osiris Rodríguez Castillo visitadas en canto y guitarra con Ilustraciones de Isol. Domingo 17 de Noviembre a las 19.30 en el Teatro Margarita Xirgu (Chacabuco 875). Entradas desde $ 15.000 en passline.com.

Cortesía de Clarín



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