El volumen de la música en tu auto también es parte de la seguridad vial en México y si no cumples con estos límites, puedes ser multado

En Ciudad de México, llevar la música a todo volumen dentro del coche no solo puede ser molesto para los demás, también es una falta al reglamento. Aunque muchos conductores lo ven como un simple gusto personal, el artículo 38 del Reglamento de Tránsito capitalino es claro: está prohibido utilizar parlantes o generar ruido excesivo con equipos de sonido en vehículos motorizados. La razón no es un capricho de la autoridad, sino una cuestión de seguridad vial y respeto al entorno urbano.

La norma se aplica para todos los automovilistas que circulan en la capital del país, sin importar el modelo del vehículo, el género musical o la hora del día. Si un oficial de tránsito detecta que el volumen de tu música rebasa los niveles tolerables, puede aplicar una multa equivalente a 5, 7 o hasta 10 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) vigente, lo que en el peor de los escenarios serían 1,131.40 pesos. Además, tu licencia de conducir puede recibir un punto de penalización. En términos simples: disfrutar una canción a todo volumen podría costarte caro y afectar tu historial como conductor.

Este tipo de medidas existen por una razón: la música a volumen elevado puede distraer tanto al conductor como a los peatones, lo que impide que se escuchen señales auditivas clave, como una ambulancia, patrulla o incluso una advertencia de otro vehículo. Además, hay un componente de convivencia urbana que a menudo se pasa por alto. No todas las personas que caminan por la calle quieren escuchar reguetón, banda, metal o electrónica desde el coche de alguien más. La ciudad ya es bastante ruidosa.

Hay quien defiende que escuchar música fuerte en el auto es parte de la experiencia de manejo, como si fuera una extensión de la libertad individual. Y sí, todos tenemos derecho a disfrutar el trayecto, pero ese derecho termina donde empieza la tranquilidad del otro. El reglamento no prohíbe llevar música en el coche. Lo que sanciona es el exceso, el volumen desmedido, ese que convierte una canción en una molestia pública.

Es cierto que en redes sociales abundan los videos de autos tuneados con sistemas de sonido gigantescos. En más de una colonia de la ciudad, hay vehículos que se estacionan y se convierten en bocinas andantes para fiestas improvisadas. Pero por muy espectaculares que parezcan, esas escenas pueden terminar en una infracción si alguien levanta un reporte o si un oficial los detecta. Y no, no se necesita un sonómetro. A criterio del agente, si el ruido es excesivo, hay sanción. Lo que sin duda también es polémico.

Así que si estás por conectar tu lista de reproducción favorita antes de arrancar el coche, recuerda esto: puedes cantar, puedes disfrutar, puedes tener un gran sistema de audio. Solo asegúrate de no convertirlo en la banda sonora obligatoria para quienes no te pidieron ser parte del concierto.

Cortesía de Xataka



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