Mientra se cuentan los votos en los siete estados bisagra que definen las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Arizona y Nevada se llevan los flashes por la importancia del voto latino, un electorado que crece en número e influencia con cada elección. Arizona, que asigna 11 de los 538 delegados del Colegio Electoral, fue este martes a las urnas entre fuertes medidas de seguridad, ante el temor de que se repitan los incidentes de los comicios previos, cuando cientos de seguidores de Donald Trump exigieron un recuento de votos tras la victoria de Joe Biden. En Nevada, que aporta seis delegados, los candidatos demócratas a la presidencia llevaban cuatro elecciones consecutivas ganadas en Nevada, algo que puede parecer una ventaja, pero que no le permitía a la vicepresidenta Kamala Harris descuidarse ante un posible avance republicano.
El expresidente de EE.UU. enfocó su campaña en ambos estados en atacar la inmigracion ilegal, mientras que la actual vicepresidenta se centró en intentar cautivar a los republicanos moderados. Jennifer Lopez y Maná le dieron un fuerte espaldarazo a Harris al sumarse el jueves al cierre de campaña en Las Vegas. En Arizona y Nevada los latinos representan el 24,6 por ciento y el 20,9 por ciento del electorado. Al cierre de esta edición, el resultado en ambos estados estaba totalmente abierto y los primeros resultados se esperaban en la madrugada del miércoles.
Arizona, teñida por las conspiraciones
Arizona, un estado predominantemente republicano del sudoeste, dio la sorpresa en 2020 al elegir a Biden por solo 10.457 votos de ventaja. Este año Trump hizo del combate y la estigmatización de la inmigración ilegal su principal eje de campaña, un tema importante en este estado fronterizo. Esto jugó en contra de Harris. La esperanza de la actual vicepresidenta radicó en que en las elecciones de medio mandato de 2022 el estado prefirió a una demócrata para gobernadora, en detrimento de una candidata trumpista.
La inédita derrota de Trump en 2020, mal recibida en un estado que no había votado por un candidato demócrata desde la elección de 1992 de Bill Clinton, alimentó un sinfín de especulaciones. Manifestantes indignados protestaron por varias noches ante el colegio electoral del condado de Maricopa, mientras se llevaba a cabo el escrutinio. En un intento por frenar la marea conspirativa, alimentada por un Trump que ya aseguró que este año había posibilidad de “trampas”, los funcionarios electorales redoblaron sus esfuerzos por la transparencia y las cámaras retransmiten en directo el conteo en el condado de Maricopa.
Los sondeos indicaban que la diferencia entre Trump y Harris iba a ser nuevamente estrecha. Los ciudadanos de este estado votaron este martes la Propuesta 314, que convertiría en un delito estatal cruzar la frontera de forma irregular. De aprobarse esta iniciativa, como los sondeos prevén, la policía estatal y la local tendrán la facultad de arrestar a inmigrantes indocumentados y aplicar leyes federales de migración. Es por ese motivo que Trump subió el tono en Arizona, donde en un mitin llamó a Estados Unidos “el bote de basura del mundo”, en referencia a la llegada de inmigrantes de distintos países.
Nevada, un electorado diverso
En la frontera noroeste de Arizona se encuentra Nevada. Este estado, conocido por sus casinos, no vota por un republicano desde George Bush en 2004. Pero los conservadores depositaron su fe en la población latina, parte de la cual se distancia de los demócratas. Los partidarios de Harris esperaban que la llegada de nuevos habitantes (empleados más jóvenes y mejor formados que suelen proceder de la vecina California para trabajar en el sector tecnológico o en la transición energética) juegue a su favor.
En Nevada la economía es el factor decisivo para el 37 por ciento de los electores, de acuerdo con una encuesta del Emerson College. Una cuarta parte de los votantes de Nevada fueron a las urnas durante las primeras dos semanas del proceso, periodo establecido por la ley estadounidense para el voto anticipado. De acuerdo con números oficiales, 45,5 por ciento de estos votantes pertenecen al partido republicano, y 27,7 por ciento al demócrata.
Cuatro años atrás, la victoria de Biden sobre Trump se dio por un margen de 33.596 votos en Nevada, un estado con 3,2 millones de habitantes que asignará seis de los 538 delegados del Colegio Electoral. En esta ocasión, según los sondeos, solo un 0,5 por ciento separaba a Harris de Trump, que lideraba según la media que calcula el portal FiveThirtyEight.
Se proclamará vencedor en este estado quien mejor haya leído a un electorado diverso, con una alta composición latina (22 por ciento de los votantes) y una población en la que el 17 por ciento de los trabajadores dependen de las propinas para subsistir, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Nevada. En ese orden, Harris y Trump coincidieron en la propuesta de terminar con los impuestos a los ingresos por propinas, algo muy bien recibido por los empleados de las compañías de turismo y entretenimiento.
Los demócratas invirtieron más de tres millones de dólares en publicidad transmitida en canales de televisión en español, según la empresa de análisis mediático AdImpact. Varios de los mensajes abordaron también la defensa del aborto, apoyado por 7 de cada 10 latinos en Nevada, según la organización UnidosUS, ante la votación también de una enmienda constitucional para proteger este derecho en el estado, legal desde 1973.
Cortesía de Página 12
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