El pueblo venezolano volvió a las urnas este domingo para elegir gobernadores y diputados regionales en unos comicios marcados por la ausencia de algunos sectores opositores, principalmente el liderado por María Corina Machado. La participación y los supuestos sabotajes fueron tema de discordia.
El presidente, Nicolás Maduro, votó en la Escuela Ecológica Bolivariana Simón Rodríguez, en Fuerte Tiuna, acompañado por la primera dama y candidata a diputada, Cilia Flores. Tras sufragar, el mandatario destacó que esta es la elección número 32 desde el inicio de la revolución bolivariana, y aseguró que “vendrán muchas más elecciones”.
A pesar del boicot, se registró una participación significativa, impulsada en parte por la prórroga de una hora la jornada electoral, decisión que el Consejo Nacional Electoral (CNE) justificó como una medida para “evitar que quedaran votantes en espera”. Hacia las 21 del horario local (una hora menos que en Argentina), todavía no existían proyecciones de resultados. Más temprano, el CNE informó que prácticamente todas las mesas dispuestas en el país estaban operativas, con más de 1400 veedores internacionales describiendo un “desarrollo normal” de los comicios.
Alrededor de 21 millones de votantes fueron convocados a votar para elegir a los gobernadores de las 23 entidades federales del país, además del Distrito Capital y 285 legisladores regionales, entre los cuales destaca la inclusión del Esequibo, una región en disputa con Guyana, como una nueva provincia venezolana.
La disputa en Esequibo
Aunque no hubo centros de votación en el territorio de Esequibo —administrado por Georgetown— se eligieron un gobernador y ocho diputados, con sufragios emitidos desde el vecino estado Bolívar. La decisión generó la protesta del gobierno guyanés, que reforzó su presencia militar en la zona.
Maduro defendió la medida como un acto de “soberanía real” y calificó a Guyana de “ocupante ilegal” por legado del imperio británico. “Vamos a recuperar la Guayana Esequiba para el pueblo”, afirmó.
Guyana, por su parte, recurrió a la Corte Internacional de Justicia para que ratifique las fronteras definidas por el laudo arbitral de 1899, desconocido por Venezuela, que argumenta que el Acuerdo de Ginebra de 1966 —firmado antes de su independencia— y propone una nueva negociación.
“Irfaan Ali, presidente de Guyana, empleado de ExxonMobil, más temprano que tarde tendrá que sentarse conmigo y aceptar la soberanía venezolana”, declaró Maduro tras votar en Caracas. Ali, en tanto, consideró la elección una “amenaza” a su país, aunque también la vinculó con la “propaganda” del chavismo.
Seguridad reforzada
Maduro también destacó que no se produjeron incidentes durante la jornada, aunque denunció intentos de sabotaje por parte de sectores de la derecha. “Han sido derrotados planes terroristas que incluían explosiones en centros electorales y asesinatos de militares”, afirmó ante la prensa. También acusó a la oposición más radical de querer “exterminar a la mitad del país solo por ser chavista”, y pidió que los 54 partidos en competencia reconozcan los resultados.
El mandatario agradeció a la “Operación República” por vigilar cada centro electoral y destacó que se habían evitado algunos atentados, incluidos intentos de ataques a la represa El Guri, así como a líderes militares, políticos y de la oposición que se inscribieron para participar en las elecciones.
El comandante estratégico de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Domingo Hernández Lárez, dio noticia de la implementación de la “Operación República”, destinado a cuidar el desarollo de los comicios, e informó que más de 4.590 “instalaciones estratégicas” estarán bajo vigilancia militar y policial, incluyendo la estatal Corpoelec.
El gobierno desplegó unos 400.000 efectivos de seguridad para garantizar el desarrollo de las elecciones, tras anunciar la detención de 38 presuntos saboteadores provenientes de Colombia.
“Dejar las urnas vacías”
La oposición llegó dividida a estos comicios. Mientras figuras como Henrique Capriles promovieron la participación, los líderes exiliados, como María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, aglutinados en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), llamaron a la abstención, en defensa del supuesto triunfo opositor que aseguran obtuvieron en las presidenciales de julio pasado.
El propio Gonzáles declaró que lo sucedido este domingo fue un “acto de coraje cívico”, aludiendo a una supuesta falta de participación en los comicios. “El liderazgo no se impone. Se construye escuchando al pueblo”, escribió en su perfil de X.
Actualmente, el oficialismo controla 253 de los 277 escaños de la Asamblea Nacional y 19 de las 23 gobernaciones. Maduro, por su parte, presume de la amplitud del proceso: “Más de 6.500 candidatos, 54 partidos… Hay para todos los gustos”, afirmó, antes de prometer una “victoria aplastante”.
A pesar al boicot de la PUD, el ala disidente de la oposición decidió participar en los comicios. Henrique Capriles, dos veces candidato presidencial, es uno de ellos. “No votar no ha servido antes. Hay que mantener viva la oposición democrática”, dijo el opositor en defensa de su decisión.
Cortesía de Página 12
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