Elon Musk, el empresario detrás de Tesla, SpaceX y X (antes Twitter), por años ha sido un símbolo del trabajo extremo y de la idea de que cambiar el mundo requiere sacrificarlo todo, incluso el sueño. En 2018, mientras promocionaba sus compañías, dijo una frase que se ha convertido en un estandarte de su ética laboral: “Nadie ha cambiado el mundo trabajando 40 horas a la semana”.
Sin embargo, a casi siete años de ese tuit, la realidad es diferente. Hoy, el empleado promedio trabaja más de esas 40 horas semanales y no para cambiar el mundo, sino apenas para llegar a fin de mes. Según Benzinga, Musk llegó a trabajar hasta 120 horas por semana durante la crisis de producción del Tesla Model 3.
El empresario dividía sus días en intervalos de cinco minutos para maximizar la eficiencia, dormía en las oficinas y tomaba medicación para poder conciliar el sueño. Su mensaje era que trabajar más es sinónimo de éxito.
Esta visión se ha convertido en algo habitual en la industria tecnológica de Silicon Valley, donde se celebra a quienes sacrifican su vida personal por el trabajo. Las comidas tradicionales, el descanso y el tiempo libre se ven como obstáculos frente a una ética laboral extrema. A ojos de muchos emprendedores, el cansancio es un signo de compromiso.
No obstante, esa misma idea ha sido replicada por figuras como Sam Bankman-Fried (fundador de FTX) y Amadeo Lladós, quienes también promueven el trabajo ininterrumpido y el mínimo descanso como clave del éxito financiero. Para Musk y sus seguidores, “si amas lo que haces, no lo consideras trabajo”.
La paradoja Musk: trabajar más no garantiza mejores resultados (y la ciencia lo confirma)
La narrativa de Musk se enfrenta a una creciente cantidad de estudios que muestran que el exceso de trabajo no solo disminuye la productividad, sino que también genera problemas de salud física y mental. Según Genbeta, Musk afirmó que el “número correcto de horas” está entre 80 y 100 semanales, y que trabajar 120 horas se justifica si “amas lo que haces”.
Pero esta visión ha sido duramente criticada por expertos en salud y productividad. La ciencia y hasta figuras como Bill Gates, han reconocido que trabajar sin descanso puede ser contraproducente. Se deteriora la calidad del trabajo, se reduce la concentración y se incrementan los errores. Incluso, investigaciones recientes vinculan la falta de sueño crónica con enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
Autonomía vs. imposición: ¿es lo mismo trabajar mucho por gusto que por obligación?
Una encuesta global de Slack, citada por Benzinga, mostró que quienes trabajaban horas extra por decisión propia tenían mejores niveles de bienestar y productividad. Pero cuando esas horas eran impuestas por presión laboral o necesidad económica, los resultados eran opuestos: más estrés, menos satisfacción y mayor agotamiento.
Esto pone en entredicho la filosofía de Musk, sobre todo tras su llegada a Twitter. Como señala Genbeta, despidió a miles de empleados y pidió a los restantes que trabajaran el doble. No se trataba de pasión ni vocación, sino de suplir a los despedidos. Musk replicó esa misma lógica en DOGE, un departamento gubernamental externo que ahora opera con jornadas de 120 horas semanales, bajo la consigna de que trabajar menos de eso es “perder”.
44 horas por semana: la cifra promedio del trabajador actual, y no por pasión sino por necesidad
En lugar de inspirar revoluciones tecnológicas o iniciar empresas disruptivas, millones de personas trabajan más de 40 horas a la semana simplemente para sobrevivir. Según una encuesta de Gallup citada por Benzinga, el trabajador estadounidense promedio trabaja unas 44 horas semanales, y el 41 % trabaja incluso más: 45 horas o más por semana.
Más aún, Forbes destaca que Estados Unidos es el país más sobrecargado laboralmente del mundo desarrollado. En promedio, los estadounidenses trabajan unas 1,750 horas al año, 400 más que sus pares en Alemania. Pero el resultado no es innovación, sino agotamiento.
Cabe destacar que los mexicanos trabajan demasiado. Ya que 5 de cada 10 asalariados trabajan entre 40 y 48 horas por semana según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi. Y 3 de cada 10 tienen jornadas laborales de más de 49 horas por semana.
Cortesía de Xataka
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