
El mes pasado se conoció que México negó la entrada a 69 colombianos que iban a ingresar al país para participar en las actividades delictivas de los cárteles. Martha Patricia Ruíz Anchondo, embajadora de México en Colombia, confirmó que se trata de personal militar que estuvo activo tanto en la Policía Nacional como en el Ejército. “Se les está capturando en actividades ilícitas”, aseguró la funcionaria.
Agregó que México y Colombia, para evitar este tipo de ingresos, mantienen una cooperación migratoria y de seguridad. Uno de los mecanismos es la Comisión Binacional México Colombia. “Contamos con los canales diplomáticos permanentes que promueven el intercambio de información, siempre con apego a los marcos legales nacionales y con plenos respeto a los derechos humanos”, aseguró.
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Medios aseguraron que los excombatientes son ideales para los cárteles por la experiencia militar al enfrentar a los grupos delincuenciales de Colombia. Los cárteles requieren a personas con experiencia para entrenar sicarios, fabricar bombas y hacer parte de disputas territoriales.
Uno de los hechos que reportaron los medios locales fue la construcción de una bomba que asesinó a ocho miembros de la Guardia Nacional en México. Los implicados no solo eran colombianos, sino que todos habían sido soldados. El presidente Gustavo Petro aseguró que el Cártel “Los Reyes” los había contratado para “enfrentarse al estado mexicano”.
Ruíz Anchondo reconoció que México debe fortalecer sus controles migratorios para garantizar una movilidad más segura, ordenada y regulada de los viajeros.
“Es algo normal. Todos los países tenemos los controles migratorios y estamos atentos a responder a los desafíos globales que representan la migración, así como el tráfico de personas y el uso indebido de rutas migratorias”, aseguró.
La embajadora dijo que, a pesar de los problemas con los exmilitares que quieren ingresar al país a alimentar a los cárteles, México mantiene una política de apertura y sin restricciones para los colombianos.
“Hay canales y mecanismos que acompañan al migrante. Trabajamos para desarrollar los flujos migratorios para que se desarrollen con dignidad y respeto. Hemos mejorado mucho la relación y los controles no han permitido la entrada de más delincuentes”, concluyó Ruíz.
Según informó Los Ángeles Times, muchos de estos excombatientes colombianos tienen pensiones insuficientes o nulas, así como una formación escasa para otras actividades que no estén vinculadas a la guerra y la defensa. Las ofertas son atractivas en otros países, ya sea para defender otros estados, para trabajar en empresas de defensa o en grupos criminales, como los cárteles mexicanos.
“El ejército colombiano es el más grande y profesional de Latinoamérica y recibe miles de millones de dólares en ayuda de Estados Unidos”, aseguró el medio internacional.
La experiencia de los soldados colombianos con el conflicto los hacen ideales para las disputas delictivas en México. Sin embargo, los exmilitares también han llegado a otros países, como a Ucrania, donde se calcula que más de 300 combatientes han muerto en la guerra.
A pesar de las versiones oficiales, muchos de los capturados aseguran que fueron engañados con supuestos empleos legales con pagos de hasta 3,000 dólares al mes, pero al llegar les confiscaron sus documentos y celulares para reclutarlos a la fuerza a un cártel.
Cortesía de El Economista
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