Las empresas mexicanas que comercian con Estados Unidos viven un momento de tensión, pero también de transformación. La volatilidad arancelaria y los cambios en las reglas del comercio internacional están empujando a las compañías a apoyarse en la tecnología para resistir los embates.
El “Informe sobre aranceles en 2025” del Thomson Reuters Institute confirma el salto que muchas compañías ya realizan y exhibe las brechas que aún frenan su competitividad. Nueve de cada 10 profesionales del comercio exterior consideran que la tecnología es indispensable para automatizar procesos aduaneros
El 86% afirma que sus empresas ya incorporan analítica predictiva para seleccionar proveedores, clientes y socios comerciales. Además, el 68% utiliza estas herramientas para identificar oportunidades de calificación de bienes bajo distintos tratados.
Sin embargo, solo el 28% automatiza el flujo de clasificación arancelaria, la fase que determina riesgos, tiempos y cumplimiento. Esa brecha entre visión y ejecución define el mayor desafío del momento.
“Esta disparidad genera vulnerabilidades en costos, tiempos y riesgos de incumplimiento que, en un contexto de alta volatilidad comercial, pueden comprometer la competitividad”, indica Luciano Idésio, Vicepresidente de Corporates Latam de Thomson Reuters en entrevista con Expansión.
La falta de digitalización expone a las empresas a errores de clasificación, multas, retrasos y sobrecostos que escalan con rapidez. “La baja adopción de automatización expone a las empresas a errores de clasificación, multas, retrasos en aduanas y sobrecostos logísticos”, alerta Idésio.
También complica la trazabilidad ante autoridades fiscales y aduaneras, un requisito que hoy define la elegibilidad al T-MEC y el acceso a preferencias arancelarias.
El impacto no es solo operativo. Idésio destaca el riesgo estratégico: sin automatización, las compañías quedan atrapadas en un modo reactivo, incapaces de anticipar cambios en reglas de origen, ajustes tarifarios o nuevas exigencias documentales. “Quienes invierten en tecnología pueden anticipar escenarios arancelarios, optimizar rutas y proveedores y fortalecer su posición en las cadenas globales de suministro”, afirma.
Los casos de éxito comienzan a multiplicarse, sobre todo en sectores que dependen de reglas de origen estrictas, como automotriz y autopartes. Según Idésio, las soluciones avanzadas permiten sustituir procesos manuales y orquestar de manera automática solicitudes a proveedores, la emisión de certificados y la validación simultánea de múltiples acuerdos comerciales.
El informe también revela cómo reaccionan las empresas ante la volatilidad. Dos tercios de los encuestados ven las rutas comerciales como un espacio para optimizar costos mediante ajustes tecnológicos u operativos. Además, el 68% ya implementa protocolos de producción para adaptarse a los cambios con Estados Unidos, el 58% cuenta con protocolos de manejo de riesgos y el 44% con mecanismos financieros para absorber impactos.
México frente al T-MEC, el nearshoring y el Plan México
La expectativa hacia 2026 refleja optimismo condicionado. El 72% de los profesionales cree que la renegociación del T-MEC abrirá nuevas oportunidades para las empresas mexicanas que exportan a Estados Unidos y Canadá.
Idésio destaca que es previsible que se ajusten reglas de origen y preferencias. Por eso, “anticipar y automatizar la elegibilidad al T-MEC permite reducir recargos, retrasos y reprocesos en aduana”.
El nearshoring también mantiene impulso. El 74% considera que seguirá fortaleciéndose pese a las fluctuaciones regionales. Y el Plan México, la apuesta industrial del gobierno, recibe amplio respaldo: más de cuatro de cada cinco encuestados cree que incentivará la expansión de inversión extranjera en el país.
Para capitalizar estas oportunidades señala que México debe diferenciarse con estándares digitales sólidos en aduanas, interoperabilidad documental y claridad regulatoria. En sus palabras, el país tiene la posibilidad de posicionarse como un hub regional si consolida plataformas integradas de cumplimiento y analítica avanzada.
El talento es otro punto crítico. Tres cuartas partes de los encuestados consideran que la disponibilidad de personal calificado es el factor más importante para sostener el crecimiento.
La clave está en la capacitación continua: sin formación estructurada en clasificación arancelaria, reglas de origen, analítica y gestión documental, las inversiones tecnológicas no se traducen en ventajas reales. “Sin programas de formación estructurados, las inversiones tecnológicas se quedan en pruebas piloto”.
Su mensaje para los CEOs es directo: “La digitalización ya no es opcional”. En un entorno donde las reglas cambian con frecuencia, postergar inversiones implica perder competitividad frente a empresas que ya adoptan plataformas especializadas y gobernanza de datos avanzada.
Hacia adelante, Idésio ve un futuro “abierto a la innovación”, donde la combinación correcta de tecnología, talento y contenido regulatorio confiable define la capacidad de México para no solo enfrentar la volatilidad arancelaria, sino convertirla en una oportunidad de liderazgo en el comercio global.
Cortesía de Expansión
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