Alfonso Solis, un hijo de inmigrantes mexicanos, es uno de los destacados voluntarios que hacen parte del equipo que trabaja por los damnificados de las graves inundaciones en Texas.
Solis, de 47 años, dejó a un lado sus vacaciones y viajó desde su casa en Mesquite, en el condado de Dallas, hasta Kerrville, la zona más golpeada por la crecida del río Guadalupe.
El desastre, que ocurrió el 4 de julio cuando cayeron lluvias torrenciales que provocaron inundaciones repentinas cuando muchos habitantes dormían, causó la muerte de al menos 120 personas.
Allí, sin pedir nada a cambio, ofrece traducciones, consuelo y ayuda logística a las familias que no hablan inglés, mientras recorre albergues, centros de reubicación y funerarias en busca de información sobre los desaparecidos.
Su labor en terreno ha sido incansable: coordina equipos de búsqueda, traslada herramientas donadas y alerta a la comunidad latina desde sus redes sociales, en las que también ha ofrecido canal de contacto para quienes tengan familiares desaparecidos en la zona. “Si tienes conocidos desaparecidos en Kerrville, mándame un mensaje. Estoy en el área”, escribió días atrás.
“Yo hago rescate y auxilio, y hemos encontrado personas, pero sin vida (…) Una cosa es buscar a un niño que se pierde en el monte, o un anciano que se escapó de la casa… pero esto es algo muy diferente”, confesó al medio internacional CNN.
En especial, intenta mantener la calma de los familiares que, en medio de la desesperación, han intentado buscar a sus seres queridos por su cuenta, poniendo en riesgo sus propias vidas. “Algunos estaban caminando en el río de noche, con lámparas. Es entendible, pero lo último que necesitamos es también tener que rescatarlos a ellos”, advirtió.
Lea aquí: Un pueblo de EE. UU. se enfrenta al hambre de energía inducida por la IA
“Una cosa es verlo en televisión, otra cosa es vivirlo, hablar con las familias, escuchar la desesperación en su voz, verlos llorar… es algo bien difícil”, expresó.
Vinculado con instituciones de apoyo humanitario desde hace varios años, este hombre forma parte de un grupo de capellanes y es uno de los pocos latinos que participan en las labores de rescate en esta zona del estado.
“Estoy aquí también para la gente latina, para que quienes tienen familiares aquí y están lejos, o quienes no hablan el idioma puedan comunicarse conmigo, y yo intento obtener información”, dice. Su rol como traductor ha sido crucial en estos días de crisis.
Incluso, el presidente Donald Trump constató de primera mano la devastación una semana después de la catástrofe. El pasado 11 de julio, el mandatario había dicho: “Nunca he visto algo así”.
“Esto es duro. Nunca he visto algo así”, dijo Trump. “He ido a muchos huracanes, muchos tornados. Nunca he visto nada igual. Este es un caso grave”, añadió.
Comparó la repentina subida de las aguas con una “ola gigante en el océano Pacífico que los mejores surfistas del mundo tendrían miedo de surfear”.
Puede leer: Alerta en Guatemala: más de mil sismos se han registrado en el país; van siete muertos
Cortesía de El Colombiano
Dejanos un comentario: