En tan solo su primer año, un satélite de la NASA muestra detalles nunca antes visto del fondo del mar

En diciembre de 2022, fue lanzado al espacio el satélite de Topografía de Aguas Superficiales y Océanos (SWOT, por sus siglas en inglés) con el propósito de estudiar cómo cambian las masas de agua de la Tierra a lo largo del tiempo. Al completar su primer año completo de mediciones, la NASA logró cartografiar los fondos oceánicos con mayor detalle que en los últimos 30 años.

De acuerdo con Space, durante este período se estudiaron los límites entre los continentes y se identificaron colinas y volcanes submarinos que hasta ahora eran demasiado pequeños para ser detectados con satélites anteriores.

Las ventajas del satélite de la NASA

Como resultado, investigadores como Yao Yu, David T. Sandwell y Gerald Dibarboure han publicado diversos estudios, entre ellos Tectónica marina abisal de la misión SWOT, en la revista Science.

Estos investigadores descubrieron nuevas formaciones submarinas previamente no detectadas gracias a los datos recopilados por SWOT. Este satélite, con una resolución de ocho kilómetros y una trayectoria de 21 días, puede cubrir la mayor parte del planeta. Esto permitió convertir lo que antes parecían “manchas borrosas” en montes submarinos, crestas y depresiones discernibles.

El nuevo mapa revela elementos como colinas abisales, que son crestas paralelas de cientos de metros de altura, además de miles de pequeños montes submarinos inexplorados y diversas estructuras tectónicas ocultas bajo sedimentos marinos.

Adicionalmente, los datos obtenidos han permitido a los científicos perfeccionar mapas de los límites tectónicos y las corrientes oceánicas de las zonas costeras. Esta información resulta esencial, ya que describe cómo los nutrientes y sedimentos son transportados desde la tierra al océano, que influyen en la biodiversidad y la ecología de estas áreas.

La revelación del mundo submarino

El satélite está equipado con una amplia gama de instrumentos que detectan cambios sutiles en la circulación oceánica al medir la topografía de la superficie del océano. De este modo, SWOT es capaz de analizar las olas internas del océano de forma comparable a cómo los equipos médicos generan imágenes internas del cuerpo humano.

Gracias a esta tecnología, se pueden observar cómo grandes estructuras marinas, como volcanes, afectan la acumulación y el movimiento del agua en distintas zonas. Asimismo, las diferencias de altura en la superficie del océano permiten obtener información sobre lo que yace bajo su superficie.

Sin embargo, los científicos aclaran que, aunque estos análisis no alcanzan el nivel de detalle de los instrumentos instalados en barcos, estos últimos solo han logrado estudiar el 25% del fondo marino. Por ello, el 75% restante de las observaciones proviene de mediciones satelitales.

Todavía trabajo por hacer

Por ahora, los trabajos de investigación continúan, según los expertos. SWOT promete proporcionar datos cruciales para la cartografía batimétrica, la reconstrucción de placas tectónicas, la navegación submarina y el estudio de la mezcla en las profundidades oceánicas.

Al satélite SWOT le quedan tres años más de misión científica. Durante este tiempo, continuará recopilando datos sobre las corrientes oceánicas, cartografiando el fondo marino y evaluando la disponibilidad global de agua dulce a lo largo del año.

Cortesía de Xataka



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