Entre el bullicio, decadentes y bohemios

Es mejor fallar en la originalidad que triunfar en la imitación. Herman Melville

Sin sorpresas desagradables escuchamos en la radio muy temprano este día, ante la avalancha de ofertas y compras de las denominadas de última hora, porque el aguinaldo apenas ha sido depositado o no ha llegado, ni llegará en algunos casos de los que esperan pagos, de aquellos pendientes de PEMEX, o empresarios con las manos en la puerta.

Tiene sentido el propósito de ahorrar para el inicio de año, frío en dos sentidos contrapuestos, las temperaturas bajarán en ese termómetro del cambio climático, que desespera a sus defensores, pero que no inquieta a los países poderosos.

Enero siempre es complicado, lo está siendo este diciembre con las “oportunidades” de descuentos en tiendas y supermercados, de cadenas nacionales e internacionales, cuando debemos buscar a los pequeños comerciantes en el mercado más cercano de la colonia, vaya que se ahorra, sobre todo si tienes ubicado el mejor marchante y te conoce.

Varios temas tienen importancia en la víspera de la navidad 2025, los jóvenes se han silenciado a sí mismos, o fue tan sólo un espejismo la manifestación de ideas en la manipulación, consideramos en este caso, sin tomar partido como se afirma coloquialmente, falta convicción, razón e inteligencia para abordar lo que les disgusta, no están de acuerdo y sus argumentos en lo público, sin patrocinios.

En segundo término brinca todos los días el pago de impuestos al Servicio de Administración Tributaria, pareciera una persecución a un solo empresario, mexicano que invierte en México hace varias décadas, que arriesga su capital, trabajo, esfuerzo de miles de trabajadores, pagar lo que es y no lo que se pretende, por ser un crítico; no debe ser la constante en esta democracia que se presume inclusiva.

Y por ahora lo inaudito, impensable por momentos, el retorno de manera voluntaria de los migrantes desde los Estados Unidos, sin más equipaje que su persona, sin aparatos celulares, ni maleta, ni bolsa de mano; se rompió la ilusión del sueño americano, de años de andar a salta de mata, sin papeles, a la persecución del gobierno de Donald Trump.

Un doble discurso del radical republicano, bravucón y narcisista, que lo mismo pretende invadir Venezuela, que construir buques de guerra con su nombre, al menos 25 ha declarado, porque la economía más redituable después del narcotráfico, en esa maldad que no duerme, es una guerra; declarada o simulada, los muertos no importan, no hablan más.

Un cierre de año con varias aristas, la violencia un tanto contenida, las tragedias inesperadas, y las escasas buenas noticias, serán parte del penúltimo día de 2025, en ese vuelo fugaz de la inteligencia, que no se parece a una colección de fotografías, sino a un río. Río e inteligencia –discurren- afirmaría José Antonio Marina en su ensayo “El vuelo de la inteligencia”.

No solo somos lo que sentimos, sino además lo que vivimos y no recreamos, en ese ambiente de hostilidad y no de paz cotidiano, entre el bullicio, la decadencia de este siglo y la falta de bohemios para cantarle a la tristeza.

ENTRE LÍNEAS

La tragedia de la aeronave de la Marina que no alcanzó llegar a su destino en los Estados Unidos, saliendo desde Mérida, Yucatán; para atender a un menor con quemaduras, nos abre las heridas de la otra tragedia, la de la vida misma.

Cortesía de El Economista



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