Es CEO de una compañía de software y defiende a muerte la oficina: el home office es bueno para individuos, no para equipos, según dice

Durante la pandemia de COVID 19, millones de personas encontraron en el teletrabajo la única forma viable de continuar con sus labores. Hoy en día, el home office aún es una práctica común en numerosas empresas; sin embargo no está exento de debate. Para algunos empresarios, representa el futuro del empleo, para otros significa un retroceso en aspectos fundamentales de la colaboración.

Uno de los críticos más feroces del trabajo remoto es Jake Wood, CEO de Groundswell. Recientemente, Wood declaró que esta modalidad puede resultar cómoda y conveniente para los individuos, pero que no beneficia a los equipos de trabajo. Para Wood, trabajar no solo se trata de alcanzar metas personales o cumplir con tareas de forma aislada, sino también de contribuir al rendimiento del grupo y, con ello, al éxito colectivo de la empresa.

El home office y la pérdida de liderazgo, según Jake Wood  

En su perfil de LinkedIn, Wood afirmó que los empleados de “alto rendimiento” no se limitan a ser productivos por sí mismos, sino que elevan el desempeño de quienes los rodean. Según él, cuando estos trabajadores deciden laborar desde casa, se pierde el liderazgo natural que ejercen dentro del grupo.

Además, considera que la ausencia de interacción presencial afecta particularmente a los nuevos empleados. Para quienes se integran por primera vez a una empresa, la curva de aprendizaje es más lenta si no existe contacto directo con compañeros y líderes. La falta de conversaciones, retroalimentación inmediata o la simple observación del trabajo diario limita su capacidad de adaptación y los aleja del verdadero “espíritu de equipo”.

Jake Wood, CEO de Groundswell.

Groundswell y la apuesta por la presencialidad

La compañía dirigida por Wood opera de manera cien por ciento presencial. Esta decisión no estuvo exenta de dificultades, sobre todo en sus inicios, ya que muchas personas buscaban oportunidades con esquemas flexibles de trabajo. Sin embargo, Wood asegura que la apuesta ha valido la pena. En su experiencia, la productividad y el sentido de misión se han fortalecido gracias a que todo el equipo convive y colabora cara a cara. Para él, estar juntos permite que los empleados actúen con mayor rapidez, comprendan mejor los objetivos estratégicos de la empresa y enfrenten de manera conjunta los desafíos que se presentan.

De hecho, un estudio publicado en 2021 por la revista Nature respalda los argumentos de Wood. El estudio analizó el trabajo de 60 mil empleados de Microsoft y concluyó que el esquema remoto generaba una colaboración “estática”. Esto significa que los equipos se comunicaban menos entre sí y se reducían las oportunidades de innovar o generar soluciones creativas de manera grupal. La investigación también mostró un impacto negativo en la productividad global de la empresa, lo que refuerza la idea de que, aunque el home office puede ser cómodo, no siempre es la mejor estrategia para impulsar el desempeño de una empresa.

Home Office

El futuro del trabajo

Más allá de la productividad, Wood también insiste en un aspecto cultural: la inversión en las personas. Para él, los empleados no son simples herramientas para cumplir objetivos a corto plazo, sino talentos con un potencial a largo plazo en los que vale la pena invertir. Esa inversión, asegura, se logra de manera más efectiva en un entorno presencial, donde las relaciones humanas, la confianza y la mentoría se construyen de forma natural y cotidiana.

En definitiva, el debate entre trabajo remoto y presencial está lejos de resolverse. Lo que queda claro es que, mientras algunas empresas ven en la flexibilidad un factor de atracción y retención de talento, otras como Groundswell consideran que la presencialidad sigue siendo el camino más sólido para fomentar colaboración, cultura organizacional y crecimiento profesional. 

Cortesía de Xataka



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