En un rincón remoto de Escocia, cerca de la frontera con Inglaterra, dos entusiastas de la detección de metales han hecho un descubrimiento extraordinario: un tesoro compuesto por 35 monedas de oro y plata que datan del siglo XV. Este hallazgo, descrito por los expertos como “único en su tipo”, arroja nueva luz sobre las complejas relaciones económicas y políticas entre Escocia e Inglaterra durante la Baja Edad Media.
Un golpe de suerte con siglos de historia
La historia comenzó con una jornada de exploración aparentemente rutinaria. Equipados con sus detectores de metales, Keith Young y Lisa Stephenson recorrían los alrededores del pequeño pueblo de Cappercleuch, en la región de los Borders escoceses, cuando sus dispositivos comenzaron a emitir señales prometedoras. Al excavar con cuidado, fueron apareciendo una tras otra monedas de plata y oro, con las efigies de antiguos monarcas grabadas en su superficie. Sin imaginar la magnitud de su hallazgo, los detectoristas pronto se dieron cuenta de que estaban ante algo excepcional.
La colección inicial constaba de 30 monedas, aunque, tras la intervención de arqueólogos del Museo Nacional de Escocia y la Treasure Trove Unit, se localizaron cinco piezas adicionales, elevando el total a 35. Los análisis preliminares sugieren que las monedas fueron depositadas en la zona en algún momento de la década de 1460, una época convulsa en la historia de Escocia e Inglaterra.

Monedas de reyes y una economía en transformación
El tesoro es una muestra fascinante de la economía medieval en las islas británicas. Las monedas inglesas incluyen groats de plata, emitidos bajo los reinados de Enrique V y Eduardo IV, dos figuras clave en la Guerra de las Rosas, conflicto que dividió a Inglaterra en la segunda mitad del siglo XV. Por otro lado, las piezas escocesas consisten en monedas de oro conocidas como demys y half-demys, acuñadas durante los reinados de Jacobo I y Jacobo II de Escocia.
El groat inglés, introducido en el siglo XIII, equivalía a cuatro peniques y era una de las monedas de plata más utilizadas en el comercio de la época. En Escocia, el demy dorado tenía un valor cercano a los nueve chelines, y su versión de medio valor, el half-demy, circulaba con una equivalencia de aproximadamente 4,5 chelines. La presencia de ambas divisas en un mismo alijo sugiere un intenso comercio entre ambos reinos y la posible circulación transfronteriza de bienes y dinero, a pesar de las constantes tensiones entre Escocia e Inglaterra.
El hallazgo se vuelve aún más interesante si se considera el contexto de la época. La frontera entre ambas naciones no solo era una línea divisoria, sino también una región de conflictos, alianzas y comercio. Las luchas dinásticas inglesas y las ambiciones de los monarcas escoceses por consolidar su poder influyeron en el flujo de riqueza a lo largo de esta zona. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién enterró este tesoro y por qué?
Tesoros ocultos en tiempos de incertidumbre
El hecho de que estas monedas fueran cuidadosamente enterradas sugiere que su propietario tenía la intención de recuperarlas más tarde. En épocas de inestabilidad política y militar, era común que las personas escondieran sus bienes más valiosos para protegerlos de saqueos o pérdidas forzadas. La década de 1460 estuvo marcada por el conflicto en Inglaterra entre los partidarios de la Casa de York y la Casa de Lancaster, además de las tensiones continuas con Escocia.
La hipótesis más aceptada entre los arqueólogos es que este tesoro perteneció a un comerciante o a un noble de la región que, ante la incertidumbre del momento, optó por ocultar su riqueza hasta que la situación se estabilizara. Sin embargo, algo ocurrió que impidió su regreso para recuperarlo, dejando enterrado este testimonio invaluable del pasado.
Este tipo de hallazgos, aunque poco frecuentes, no son desconocidos en Escocia. A lo largo de los años, se han descubierto varios alijos similares, cada uno con su propia historia y contexto. Sin embargo, encontrar una combinación de monedas escocesas e inglesas de este periodo es algo excepcional, lo que refuerza la importancia de este descubrimiento.

Un legado para la historia de Escocia
Tras el hallazgo, el tesoro fue reportado a la Treasure Trove Unit, la entidad encargada de registrar y analizar este tipo de descubrimientos en Escocia. Posteriormente, será evaluado por el Panel de Asignación de Hallazgos Arqueológicos de Escocia (SAFAP, por sus siglas en inglés), que decidirá su destino final y otorgará una compensación económica a los descubridores.
En el caso de tesoros de relevancia histórica, lo habitual es que sean adquiridos por museos, donde pueden ser estudiados y expuestos al público. De ser así, este conjunto de monedas podría formar parte de las colecciones del Museo Nacional de Escocia, donde ayudaría a contar la historia de las relaciones entre Escocia e Inglaterra en el siglo XV.
El hallazgo de este tesoro no solo aporta información sobre la circulación de moneda en la época, sino que también sirve como un recordatorio de la riqueza y complejidad de la historia escocesa. Cada moneda es un pequeño fragmento de un pasado vibrante, testigo silencioso de una época de cambios, conflictos y aspiraciones.
El misterio de Cappercleuch: un testimonio dorado del pasado
Los tesoros ocultos han fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. No solo representan riquezas materiales, sino que también encierran historias perdidas, esperando ser contadas. El hallazgo en Cappercleuch es una cápsula del tiempo enterrada en la tierra escocesa, un testimonio de un periodo convulso donde la lealtad, la política y la economía se entrelazaban de manera impredecible.
A medida que los arqueólogos continúan su trabajo para estudiar en profundidad este conjunto de monedas, cabe preguntarse cuántos otros tesoros esperan ser descubiertos en la vasta geografía de Escocia. La historia, después de todo, sigue oculta bajo nuestros pies, esperando el momento adecuado para salir a la luz.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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