“Es un infierno lo que vivimos”: un barrio de Venezuela festeja el regreso de 4 repatriados entre denuncias de abusos en el CECOT

Fuente de la imagen, Gustavo Ocando

    • Autor, Gustavo Ocando
    • Título del autor, Especial para BBC Mundo desde Pescadores, Venezuela

Los Pescadores, en el occidente de Venezuela, dejó de ser en un santiamén aquel barrio desconsolado desde marzo porque cuatro de sus muchachos habían sido deportados de Estados Unidos a El Salvador.

Este martes, a las 4.15 de la tarde, sus veredas se colmaron de algarabía y fiesta al recibirlos de vuelta.

“Volver a casa”, la canción de Cáceres que se ha convertido en himno del emigrante venezolano que retorna a su país, sonaba a todo volumen cuando Mervin Yamarte, de 29 años, Edwar Herrera (23), Andy Perozo (30) y Ringo Rincón (39), llegaron a su barriada, en la ciudad de Maracaibo.

Resonaban también las cornetas de una caravana de motos que los escoltó desde un comando militar cercano, donde habían parado tras haber viajado en bus desde Caracas durante más de 15 horas. Sus cabezas, así como las de una multitud de familiares y vecinos, quedaron cubiertas de espuma blanca.

“Es un infierno lo que vivimos”, dijo Mervin a la prensa enseguida que entró a la casa de su madre, Mercedes, secándose sus lágrimas y el sudor que corría por su rostro bajo un sol bravísimo, con su hija de 6 años en sus brazos.

Sus familiares lo sorprendieron ya dentro de casa con varios regalos, también decorados: un vaso térmico; un reloj; un par de perfumes; y chocolates.

Mervin y sus amigos, así como varias docenas de venezolanos, estuvieron encarcelados más de cuatro meses en la cárcel de máxima seguridad de El Salvador, el CECOT, tras haber sido deportados por Estados Unidos, en marzo.

Los cuatro fueron arrestados en Texas por presuntos delitos migratorios y por haber sido perfilados como supuestos miembros de la peligrosa banda delincuencial venezolana el Tren de Aragua (TDA).

El joven venezolano repatriado desde el CECOT, Mervin Yamarte, sonríe dentro de casa de su madre en la comunidad Los Pescadores, vecina al Lago de Maracaibo

Fuente de la imagen, Gustavo Ocando

Negociación y canje

Unos 252 venezolanos encarcelados en el CECOT, entre ellos los jóvenes de Los Pescadores, fueron dejados en libertad el viernes y repatriados en medio de negociaciones entre los gobiernos de Donald Trump y Nicolás Maduro.

El acuerdo incluyó las excarcelaciones -y su viaje inmediato a Estados Unidos- de 10 estadounidenses detenidos en Venezuela y de unos 80 presos políticos venezolanos, de acuerdo con las versiones oficiales de Washington y Caracas.

Familiares y amigos de 4 jóvenes venezolanos detenidos en el CECOT y repatriados la semana pasada prepararon decoraciones y carteles de bienvenida en el barrio Los Pescadores, de Maracaibo, Venezuela.

Fuente de la imagen, Gustavo Ocando

Empleado de una fábrica de tortillas en Texas al momento de su detención, Mervin agradeció a Dios y a Maduro por sus diligencias diplomáticas. No perdió tiempo para denunciar abusos físicos y psicológicos en el CECOT.

“Nos decían que el que entraba no salía. El director [del CECOT] nos dijo que no íbamos a comer más nunca carne. Todo lo que sufrimos es cierto”, apuntó, detenido frente a una decoración de globos del tricolor nacional.

Aseguró que sus custodios los obligaban a comer con las manos y en el piso, “como animales”, que los golpeaban “a cada ratico”, que les negaban los enseres para asearse y que hasta el personal de salud llegó a maltratarlos.

La Fiscalía de Venezuela anunció que abrirá una investigación en contra del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, por los supuestos abusos cometidos contra los venezolanos en el CECOT.

Este lunes, en su cuenta de X, Bukele reaccionó escribiendo: “El régimen de Maduro estaba satisfecho con el acuerdo de intercambio; por eso lo aceptaron”.

Y agregó: “Ahora gritan y se indignan, pero no porque estén en desacuerdo con el trato, sino porque acaban de darse cuenta de que se quedaron sin rehenes del país más poderoso del mundo”, en referencia a los estadounidenses excarcelados y repatriados.

Cuando los abogados en EE.UU. de Kilmar Abrego (el salvadoreño que fue deportado por un “error administrativo” y estuvo encarcelado en el CECOT más de dos meses) aseguraron que su cliente había sido sometido a maltratos, golpizas y tortura sicológica, Bukele publicó un video en el que decía:

“Si hubiera sido torturado, privado de sueño y hambreado, ¿por qué se ve tan bien en todas las fotos? ¿Por qué habría aumentado de peso? ¿Por qué no hay moretones, o siquiera ojeras bajo sus ojos?”.

Desde que fue abierta, la prisión del CECOT ha sido criticada por su duro régimen y reducidos espacios para los presos. Los directivos del penal han dicho que cumple con todos los estándares internacionales.

Del “sueño barro” a sus hogares

Las familias de los repatriados de Los Pescadores comenzaron el fin de semana los preparativos de bienvenida, entre rumores de que podrían llegar en cualquier momento, incluso la noche del sábado: decoraron bajareques y fachadas con globos azules, amarillos y rojos; hicieron sonar canciones cristianas; y se reunieron en las calles del barrio a la expectativa.

También guindaron carteles de recibimiento. “Te hiciste extrañar”, rezaba una de las pancartas en el hogar de la madre de Mervin. Sus adhesivos llegaron a despegarse por la arena y el calor, que superó los 42 grados de sensación térmica. Decenas de los globos también estallaron por las altas temperaturas.

Yarelis Herrera decoró el porche de su casa con una gigantesca impresión de fotografías de su hijo, Edwar, y un mensaje que tituló “bienvenido a casa, mi amor”. “¿Sabes? Mamá nunca te dejó solo, ni tu familia”, escribió de inicio.

Yarelis Herrera, madre del repatriado venezolano Edwar Hernández, frente a la decoración que preparó para recibirlo.

Fuente de la imagen, Gustavo Ocando

Dijo haber reconocido a su hijo al descender del avión en Maiquetía, el viernes, cuando una docena de vecinos se reunió para ver por televisión cómo dos aviones con los 252 repatriados a bordo aterrizaron desde El Salvador.

“Fue como si estuviéramos viendo un partido de fútbol. Eso eran llantos y gritos. El que no lloró es porque no tiene sentimientos”, dice ahora risueña.

Edwar, por su parte, aseguró haber vivido “torturas” en el CECOT. “Me dispararon (perdigones) cuatro veces” durante los más de 4 meses de detención, comentó, tomando a sorbos una cerveza venezolana.

“Las camas eran de lata. No sabía si era mejor dormir o quedarse despierto. No vimos abogados, no vimos un juez”, describió. Para él, no pudo vivir el sueño americano en Estados Unidos. Fue “un ‘sueño barro'”, indicó.

Sentado entre sus hijos y su madre, que sufre de cáncer, Ringo Rincón se sumó a las denuncias de violaciones a sus derechos humanos en El Salvador y confirmó que presentarán una queja formal a través de la Fiscalía venezolana.

“Nos golpeaban tanto que hasta sangrábamos. Desde el primer momento (en marzo), nos bajan del avión a golpes, caminando ’embicados’ (agachados), hasta con 5 esposas”, apuntó, antes de abrazarse de nuevo a dos de sus hijos.

“El día a día era golpes”

El venezolano repatriado Andy Perozo saluda a vecinos y familiares en el barrio marabino de Los Pescadores, la tarde del martes 22 de julio de 2025.

Fuente de la imagen, Gustavo Ocando

Andy Perozo, ya en casa de sus padres Wilfredo y Erkia, a dos cuadras del festejo inicial de bienvenida en Los Pescadores, dice haber recibido un perdigonazo cerca de su ojo izquierdo y múltiples abusos físicos.

“El día a día era golpes”, señaló sobre sus muchas semanas preso en el CECOT, recién iniciada su plática con la prensa tras una ducha rápida.

Perozo acusó a sus custodios de quererle “borrar” uno de sus tatuajes en los servicios médicos del CECOT, incluso mientras estaba esposado. “Estaba arrodillado. Me daban patadas en el pecho y se me subían en las esposas. Tuve una semana completa” así, mientras sanaba aquella herida, denunció.

Reclamó que las autoridades de la cárcel salvadoreña los alimentaban y vestían bien en las vísperas de alguna visita de delegados de la Cruz Roja, también para presuntamente “tomar fotos” que beneficiaran la imagen del CECOT.

El recibimiento de los jóvenes venezolanos repatriados en su comunidad de Los Pescadores, en Maracaibo, capital del estado Zulia, limítrofe con Colombia.

Fuente de la imagen, Gustavo Ocando

Contó que los venezolanos se amotinaron dos veces al constatar que habían atacado gravemente a algunos de ellos. Culpó por la mayoría de los abusos que denunció a un guardia de apellido Zambrano, que apodaron “Satán”.

Al hablar de sus hijos, Perozo vuelve a sonreír. Los abraza para posar para una foto grupal. “Ni los conozco, ¡están muy grandes!”, bromeó, riendo, al fin. ¿Sus planes futuros en Venezuela? “No salir más del país y trabajar”.

Y la fiesta en toda la barriada parecía apenas haber comenzado.

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Cortesía de BBC Noticias



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