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- Autor, Anthony Zurcher
- Título del autor, Corresponsal en EE.UU. / BBC News
Durante 130 días, el multimillonario tecnológico Elon Musk fue un “empleado gubernamental especial”, que trabajó en el gobierno del presidente Donald Trump para recortar lo que consideraba como programas gubernamentales que derrochaban recursos y departamentos inflados.
Tras su salida la semana pasada, está de regreso desde fuera. Y es el gobierno de Trump, y la masiva ley presupuestaria que el presidente promueve actualmente, lo que provocó la ira de este nuevo Musk, aparentemente desenfrenado.
El martes, en una serie de publicaciones en redes sociales, atacó el proyecto insignia de ley fiscal y gasto de Trump, que está siendo evaluado por el Senado después de que los republicanos de la Cámara de Representantes lo aprobaran el mes pasado.
Después de decir que no podía “soportarlo más”, Musk calificó el proyecto de ley como una “abominación repugnante”.
“Vergüenza para aquellos que votaron a favor”, dijo. “Saben que hicieron mal”.
El miércoles por la tarde dio un paso más, al pedir a los votantes que contactaran a sus representantes en el Congreso para expresar su oposición. “¡Quebrar a América no está bien!”, escribió en X. “MATA el PROYECTO”.
La diatriba de Musk contra el proyecto de ley respaldado por Trump, que incluye enormes recortes fiscales y más inversión en defensa, llega después de que pasó meses pidiendo recortes al gasto gubernamental.
En sus publicaciones dijo que la legislación aumentaría el déficit presupuestario de Estados Unidos y cargaría a los estadounidenses con deuda.
También lanzó una advertencia contra los republicanos que apoyaron, o planean apoyar, el proyecto de ley: “Despediremos a todos los políticos que traicionaron al pueblo estadounidense” en las elecciones de medio término del próximo año.
Y esa línea podría ser la más preocupante para los republicanos.
El dilema de los republicanos
Todos los republicanos en la Cámara de Representantes, a excepción de tres miembros, apoyaron el proyecto de ley, que pasó por un solo voto sobre la oposición unificada de los demócratas.
Si Musk se vuelve en contra de la mayoría de los republicanos, después de gastar cientos de millones para apoyar sus campañas el año pasado, podría causar dolores de cabeza a los congresistas preocupados por enfrentar desafíos en las primarias del partido.
También podría representar un golpe devastador a las esperanzas republicanas de mantener el control del Congreso durante la segunda mitad del segundo mandato de Trump.
Aunque Musk había hecho críticas más mesuradas en una entrevista la semana pasada, esta semana marca un cambio drástico respecto a la reunión amistosa que tuvo con Trump en la Oficina Oval el jueves, en la que sonreía mientras Trump exponía la importancia de lo que, dijo, será su logro legislativo definitorio.
El presidente aún no ha respondido a Musk, pero seguramente será consultado sobre los comentarios. Hasta ahora, la Casa Blanca ha manejado la situación con delicadeza.
Según reportes de medios estadounidenses, la Casa Blanca intenta justificar la oposición de Musk como una respuesta a los recortes del proyecto a las subvenciones de energía verde, incluidos los créditos fiscales para vehículos eléctricos como los autos Tesla de Musk.
Mientras tanto, Axios informó que otra fuente de tensión es la decisión de Trump de retirar la nominación de Jared Isaacman, un aliado de Musk, para ser el jefe de la Nasa, la agencia espacial estadounidense.

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“Deberíamos recortar más”
El miércoles, en los pasillos del Congreso los aliados de Trump transitaban un camino igualmente delicado.
“El proyecto de ley puede mejorarse, pero no es una abominación”, dijo a la BBC el senador Lindsey Graham, una figura destacada dentro del Partido Republicano y leal defensor de Trump.
“Pasemos este proyecto”, dijo. “Podemos hacer recortes adicionales al gasto según sea necesario, pero quiero poner algunos puntos en el tablero: lograr los recortes de impuestos, hacerlos permanentes, obtener dinero, ocuparse de la frontera. Pero [Musk] tiene razón, deberíamos recortar más”.
Mientras tanto, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, supuestamente respondió las críticas de Musk sobre el proyecto de ley en una reunión a puerta cerrada con los republicanos.
También trató de tranquilizar a los miembros sobre las amenazas del multimillonario de expulsar a los partidarios del proyecto de ley, según Politico.
Una tarea más difícil
El martes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que Trump “ya sabe” la opinión de Musk sobre la legislación. “Este es un gran, hermoso proyecto, y él se mantiene firme en ello”, añadió.
Trump puede apoyar la legislación, pero su tarea de convencer a los republicanos del Senado para que la aprueben será aún más difícil ante la oposición de Musk.
Sus críticas podrían alentar a los republicanos de línea dura en el Senado en materia presupuestaria que ya estaban expresando su preocupación acerca de cómo el proyecto de ley de Trump aumentará el déficit federal en miles de millones de dólares durante la próxima década.
Varios, incluidos Rand Paul de Kentucky, Mike Lee de Utah y Ron Johnson de Wisconsin, han dicho que no pueden votar por la legislación de la Cámara a menos de que sufra cambios significativos.
Musk ha estado amplificando un flujo constante de publicaciones de Paul y Lee en X, incluido un artículo titulado “Son Rand Paul y Elon Musk contra Donald Trump”.
Si esos congresistas de línea dura logran su objetivo y obtienen nuevos recortes de gasto a programas sociales populares, los republicanos del centro, como las senadoras Lisa Murkowski de Alaska y Susan Collins de Maine, probablemente se rebelarán.
Eso es importante porque, asumiendo la oposición unificada de los demócratas en el Senado, los republicanos sólo pueden permitirse perder sólo 3 de los 53 republicanos si quieren que el proyecto de ley de Trump sea aprobado.
Murkowski no se pronunció sobre el posible impacto de los comentarios de Musk el miércoles, pero le dijo a la BBC que él es “un influyente y sus palabras tienen impacto”.

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Un barril de pólvora
Liberado de las restricciones de su trabajo gubernamental, Musk arrojó un barril de pólvora en las delicadas deliberaciones para unir las diversas facciones republicanas en algún tipo de acuerdo. Y no es la primera vez que lo hace.
Su crítica hundió un proyecto de ley de gasto gubernamental el año pasado, al crear problemas que tomaron meses para que los republicanos resolvieran.
Trump dijo que quiere que la legislación esté en su escritorio para firmarla antes del receso del Congreso el 4 de julio. Eso podría convertirse en una tarea difícil, pero tiene una fecha límite urgente detrás de ella.
Su “gran, hermoso proyecto de ley” implica un aumento de US$4 billones de dólares en el límite de endeudamiento ante la autoridad de Estados Unidos.
Los funcionarios del Departamento del Tesoro dicen que si ese límite no se aumenta en algún momento en agosto, el país se enfrentaría a una perspectiva de incumplir su deuda nacional sin precedentes.
La ruidosa oposición de Musk se ha basado, en parte, en su advertencia de que la creciente deuda de Estados Unidos se está volviendo insostenible. Pero si su crítica descarrila los esfuerzos actuales para aprobar el proyecto en el Congreso, podría acelerar ese día de ajuste financiero.

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Cortesía de BBC Noticias
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