Los escamoles, conocidos como el “caviar mexicano”, son uno de los ingredientes más representativos de la gastronomía hidalguense. Estas larvas de hormiga se han consumido desde la época prehispánica y siguen siendo una exquisitez muy valorada en la cocina local. Su sabor suave y textura cremosa los convierten en un ingrediente versátil que puede disfrutarse de diversas maneras.
En Hidalgo, varios restaurantes han perfeccionado la preparación de los escamoles, ofreciendo desde las recetas tradicionales hasta innovaciones culinarias. En muchos lugares sirven escamoles preparados con mantequilla y epazote, dentro de tacos o en salsas que resaltan su sabor delicado.
Además de los métodos clásicos, algunos chefs han incorporado los escamoles en platillos más sofisticados, como risottos, tamales y sopas. Esta reinterpretación de la cocina tradicional ha ayudado a que más personas se animen a probar este manjar, incluso aquellos que inicialmente podrían dudar en consumir insectos.
Para quienes buscan una experiencia auténtica, la mejor época para probar los escamoles es entre marzo y mayo, cuando están en su mejor momento. Su recolección sigue siendo un proceso artesanal que respeta el equilibrio ecológico, asegurando que esta tradición gastronómica continúe vigente para futuras generaciones.
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