¿Cuántas veces te has sonado la nariz hoy? Probablemente ni lo recuerdes, porque es una de esas acciones automáticas que hacemos sin pensar. Pero, ¿sabías que la forma en la que te suenas puede marcar la diferencia entre aliviar tus síntomas o empeorarlos? Sí, lo que parece una actividad inocua puede influir en tu salud nasal. Sonarse “los mocos” puede acarrear problemas, si no lo haces bien.
Un estudio pionero publicado en Clinical Infectious Diseases (Oxford Press) por la Universidad de Virginia investigó el impacto de las diferentes formas de sonarse la nariz en nuestra anatomía nasal. Sus hallazgos revelaron que hacerlo con demasiada fuerza no solo puede agravar los síntomas de un resfriado, sino que también puede causar daños como infecciones en los senos paranasales o, en casos extremos, fracturas en los huesos cercanos a los ojos. Pero esto no se queda ahí. En este artículo, además de indagar sobre el impacto de la fuerza aplicada al sonarse, hablaremos de la física y la química detrás de los pañuelos que usamos a diario.
¿Qué sucede en tu nariz cuando te suenas?
Tu nariz es mucho más que un simple conducto para respirar. Dentro de ella, hay una compleja red de estructuras diseñadas para filtrar, humedecer y calentar el aire. También produce moco, que actúa como una barrera para atrapar polvo, bacterias y otros contaminantes. Sin embargo, cuando estamos resfriados, la producción de moco aumenta significativamente, y el exceso necesita ser eliminado.
El estudio liderado por Jack M. Gwaltney y sus colegas descubrió que, al sonarse con fuerza, se genera una presión intranasal promedio de 66 mmHg. Esta fuerza puede empujar hasta 1 mL de moco viscoso desde la cavidad nasal hacia los senos paranasales. Según el artículo: “Un solo sonado de nariz puede propulsar el líquido viscoso hacia el meato medio, lo que puede contribuir a la obstrucción y posiblemente a infecciones sinusales”.
En comparación, actividades como toser o estornudar generan presiones mucho menores, incapaces de provocar este tipo de desplazamiento de fluidos. Es decir, sonarse con fuerza equivale a jugar con fuego: puedes terminar agravando tu resfriado.
Los riesgos de sonarse incorrectamente
El problema no es solo el moco que se queda atrapado en los senos paranasales. Según el paper, esta acumulación puede provocar una mala ventilación, favoreciendo infecciones bacterianas. Pero el daño no termina ahí. Expertos de la Rush University advierten que sonarse con demasiada fuerza puede causar lesiones graves como:
- Dolor de oídos: La presión excesiva puede empujar el aire hacia las trompas de Eustaquio, causando molestias.
- Sangrado nasal: Forzar el tejido interno puede romper capilares delicados.
- Fracturas orbitarias: Aunque extremadamente raro, ha habido casos de personas que, al sonarse, fracturaron los huesos de la cavidad ocular.
¿Y cómo evitarlo? La clave está en no bloquear ambas fosas nasales a la vez y aplicar una presión suave al expulsar el aire.
Tipos de pañuelos: la ciencia detrás del confort
Los pañuelos parecen una herramienta sencilla, pero esconden una historia fascinante de química y física. La mayoría están hechos de celulosa, un polímero natural presente en las plantas, que tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de agua sin romperse. Esto se debe a la estructura molecular de las fibras, que retienen el líquido en pequeños espacios capilares.
Los pañuelos “premium”, como los que incluyen lociones (por ejemplo, aloe vera o vitamina E), utilizan una capa adicional de compuestos químicos diseñados para reducir la fricción y proteger la piel. Esto es especialmente útil para quienes sufren irritación nasal durante un resfriado. Desde un punto de vista físico, estas capas crean una barrera hidrofóbica que distribuye la humedad de manera uniforme.
Por otra parte, los avances tecnológicos han permitido desarrollar pañuelos con múltiples capas, cada una optimizada para absorber, bloquear o retener líquidos. Por otro lado, los pañuelos reutilizables de tela, aunque más sostenibles, presentan el inconveniente de una menor capacidad de absorción y un mayor riesgo de acumulación bacteriana.
Alternativas al pañuelo: ¿qué dice la ciencia?
Si bien los pañuelos son una herramienta cotidiana, los expertos sugieren que existen métodos aún más efectivos para manejar el exceso de moco. El uso de irrigadores nasales es una de las recomendaciones más populares. Estos dispositivos utilizan una solución salina para limpiar las cavidades nasales de manera suave, sin generar presiones dañinas.
Otra alternativa es el uso de vapor, que ayuda a diluir el moco y facilita su expulsión sin necesidad de sonarse con fuerza. Según los expertos, mantener la hidratación y utilizar humidificadores también puede ser clave para evitar la acumulación de moco espeso, que es más difícil de eliminar.
El consejo definitivo de la ciencia
Después de analizar los estudios y las recomendaciones de los expertos, queda claro que la forma más segura de sonarse es hacerlo de manera suave, bloqueando solo una fosa nasal a la vez. Si es posible, alterna el uso de pañuelos con métodos como irrigaciones nasales y asegúrate de mantener una buena hidratación para facilitar la expulsión del moco. Como concluye el estudio: “Evitar presiones altas puede reducir el riesgo de complicaciones nasales y mantener una mejor salud respiratoria”.
¿Por qué algunas personas sienten mareo al sonarse la nariz?
El mareo al sonarse la nariz puede estar relacionado con los efectos de la presión intranasal en el oído interno, una parte del sistema que regula nuestro equilibrio. Al aplicar una fuerza excesiva al sonarse, el aire puede ser empujado hacia las trompas de Eustaquio, que conectan la cavidad nasal con el oído medio. Esto puede alterar la presión en el oído interno y causar una sensación momentánea de inestabilidad o mareo.
Según los expertos, este fenómeno es generalmente inofensivo, pero puede ser más pronunciado en personas con infecciones de oído o problemas en el sistema vestibular. La recomendación, una vez más, es evitar sonarse con demasiada fuerza para minimizar este efecto y prevenir otras complicaciones, como dolor de oído o incluso daño en las trompas de Eustaquio.
Referencias
- Gwaltney JM, Hendley JO, Phillips CD, et al. Nose Blowing Propels Nasal Fluid into the Paranasal Sinuses. Clinical Infectious Diseases. 2000;30:387-391. DOI: https://doi.org/10.1086/313646
Cortesía de Muy Interesante
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