Esta es la historia de Vita Sackville-West, la escritora icono de la bisexualidad que mantuvo una relación con Virginia Woolf

A la escritora y feminista inglesa Vita Sackville-West le gustaba definirse como jardinera. Desde su estancia en las dos mansiones en las que vivió y que arregló tras su matrimonio con el diplomático Harold Nicolson –Long Barn y Sissinghurst Castle–, dedicó casi cuarenta años al diseño de jardines, además de escribir sobre ellos en su columna de The Observer, fijarse como pocos escritores en la flora y usar metáforas de la naturaleza en las 17 novelas y los 12 poemarios que publicó.

Había nacido en 1892 en la espléndida casa de Knole (con 300 habitaciones), y no poder heredarla por ser mujer fue uno de los hechos definitivos de su vida. Vita era nieta de la famosa bailarina malagueña Josefa Durán (alias Pepita de Oliva), quien, ya casada, tuvo seis hijos ilegítimos con Lionel Sackville-West, entre los que se encontraba la madre de la escritora, Victoria (Vita), educada en un convento en París hasta que su padre decidió “aceptarla”, previa aprobación de la reina Victoria.

Pepita de Oliva
De nombre real Josefa Durán y Ortega (1830- 1871), esta bailarina malagueña fue la abuela de Vita y todo un personaje de la época, que siempre fascinó a su nieta británica. Esta fotografía de Pepita fue tomada en 1856. Foto: ASC.

Sobre el personaje de su abuela escribiría una biografía novelada, y Virginia Woolf la convirtió en el personaje de Rosina Pepita en Orlando. Violet Keppel, pareja de Vita desde la adolescencia hasta 1920, fascinada por la figura de la abuela, la incitó a creer que debía vivir conforme a su espíritu; es decir, defendiendo la sangre romántica, gitana y exótica con la que gustaba –y gusta aún hoy en día– relacionarse a la mujer española en el ámbito anglosajón.

Un mundo privilegiado

La vida y obra de Vita son excepcionales y forman parte de un contexto privilegiado de grandes mujeres. Su educación se desarrolla con preceptores en casa y en el colegio femenino de la editora Helen Wolff, donde conoce, además de a Violet, a otra de sus parejas, Rosamund Grosvenor, con quien viaja a Italia y a Málaga meses antes de su matrimonio.

Virginia Woolf
La gran escritora Virginia Woolf, perteneciente al Grupo de Bloomsbury. fue amiga, amante y mentora de Vita. Foto: ASC.

En Retrato de un matrimonio, el libro publicado por su hijo Nigel y basado en los diarios descubiertos tras la muerte de Vita, describe sus primeros años, su voluntad de ser inteligente y, también, de elegir a amigos que no sean “vulgares”.

De Virginia Woolf, con quien mantiene una relación, destaca su belleza espiritual y su manera “atroz” de vestirse, mientras Virginia asegura que no es tan inteligente ni organizada como ella. Vita elige la editorial de Virginia y su marido Leonard Woolf, Hogarth Press, para que publique su narrativa. De la relación y amistad entre ambas surge la inolvidable novela Orlando, basada en la vida de Vita, quien amaba vestirse de hombre bajo la identidad de Julian. Según escribe su hijo, “siempre lamentó no haber nacido varón”.

Orlando, de Virginia Woolf
La famosa novela de Virginia Woolf Orlando (1928) se basó en Vita; el hijo de esta la describió como “la más larga y encantadora carta de amor de la literatura”. Foto: ASC.

Viaje a Persia

Con Harold mantiene un matrimonio abierto durante 50 años en el que ambos tienen relaciones con personas de su mismo sexo; sin embargo, él “considera menos desleal dormir con un hombre que con una mujer”. Ella le alienta a escribir y él compagina su carrera diplomática con libros sobre Verlaine, Byron y Tennyson, entre otros. Vita lo acompaña a Constantinopla al poco tiempo de casarse, pero la vida de consorte la aburre y prefiere vivir entre París, Montecarlo y Londres.

Lady with a red hat (Retrato de Vita Sackville-West), obra de William Strang
Lady with a red hat (retrato de Vita Sackville-West), obra del pintor William Strang. Foto: Wikimedia Commons.

En 1925, Harold es nombrado consejero de comercio en Teherán y va a visitarlo. Fruto del viaje escribe Pasajera a Teherán y Doce días en Persia, dos libros muy bellos en los que despliega su poética. En algunos tramos la acompaña la poeta Dorothy Wellesley, y en otros, Harold y su pareja, el escritor Raymond Mortimer, pero nunca los cita en el libro. Sí narra su estancia en Bagdad con la gran Gertrude Bell, la única persona que ha escrito que Oriente era femenino.

El viaje le sirve también para reflexionar sobre el lenguaje. Escritora antes que nada, las descripciones de Persia le provocan fragmentos brillantes sobre los límites para construir imágenes y textos. A la vuelta publica su texto más conocido, el largo poema narrativo La tierra, una composición que termina durante el itinerario pero a la que nunca alude en los dos libros de viajes, del mismo modo que nada de Persia aparece en los versos. ¿De qué forma influyó el viaje en el poema?

La jardinera feminista

Desde entonces hasta su muerte en 1962, continúa con Harold la reconstrucción del castillo y los jardines de Sissinghurst, de los que hace otra gran obra de arte. Mientras, prosigue con su carrera literaria para sufragar los gastos familiares, pues su marido deja el servicio diplomático en 1929.

Sissinghurst Castle and Garden
El diseño de jardines fue una obsesión para Vita. En la imagen, Sissinghurst Castle and Garden (Cranbrook, Kent), casa en la que vivió y cuyos jardines diseñó; hoy son Patrimonio Nacional del Reino Unido. Foto: Shutterstock.

En las fotos le gusta retratarse en el jardín, con sus botas altas de trabajo, aperos en mano, y un rostro abierto y casi desafiante: “Las mujeres deben gozar de tanta libertad como los hombres […]. El sistema actual está podrido y es ridículo […]. Esta generación está dejando la crisálida. Las mujeres, tal como los hombres, deben poseer una juventud tan repleta de libertad que terminen odiando la idea de libertad”.

Cortesía de Muy Interesante



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