Las costas de Japón, Tailandia y Filipinas fueron testigos de un fenómeno fascinante en 2021: la llegada de enormes masas de piedra pómez flotante. Estas rocas flotantes, que a simple vista podrían parecer simples fragmentos volcánicos, recorrieron miles de kilómetros sobre el mar, transportando consigo especies marinas y alterando ecosistemas enteros. El evento tuvo su origen en la erupción del volcán submarino Fukutoku-Oka-no-Ba, cuya actividad generó balsas de piedra pómez que viajaron durante más de un año antes de dispersarse.
Un equipo de científicos de la Universidad Metropolitana de Tokio decidió estudiar a fondo este fenómeno, analizando muestras de piedra pómez en más de 213 ubicaciones. Su investigación, publicada en Progress in Earth and Planetary Science, reveló cómo estas balsas evolucionan con el tiempo, pasando por tres fases bien definidas. Además, documentaron el papel de estas rocas como vehículos para la vida marina, lo que podría tener implicaciones ecológicas y geológicas significativas.
La piedra que flota: ¿qué es la piedra pómez y por qué no se hunde?
A diferencia de la mayoría de las rocas, la piedra pómez tiene una estructura porosa que la hace extremadamente liviana. Se forma durante erupciones volcánicas explosivas, cuando el magma rico en gases se enfría rápidamente, atrapando burbujas de aire en su interior. Esto le otorga una densidad menor que la del agua, permitiéndole flotar durante meses o incluso años.
Sin embargo, la flotabilidad de la piedra pómez no es permanente. Con el tiempo, los poros se llenan de agua, lo que provoca su hundimiento gradual. Factores como la abrasión, la fragmentación y la colonización de organismos marinos pueden acelerar este proceso. El estudio reciente sobre las balsas de piedra pómez del Fukutoku-Oka-no-Ba confirma que algunas rocas permanecieron a flote más de dos años, un dato que podría ayudar a predecir el comportamiento de estos materiales en futuras erupciones.

Un mar cubierto de piedra: el impacto de las balsas flotantes
Las erupciones submarinas no solo generan columnas de ceniza y explosiones bajo el agua; en algunos casos, también producen inmensas balsas de piedra pómez. Tras la erupción de 2021, el océano Pacífico quedó cubierto por una superficie de 250-300 km² de piedra flotante, suficiente para afectar la navegación y las actividades pesqueras.
El impacto de estas balsas no se limita a los humanos. Los ecosistemas marinos pueden verse alterados por la llegada masiva de estos fragmentos volcánicos. Mientras algunas especies encuentran en la piedra pómez un nuevo hábitat, otras pueden sufrir consecuencias negativas, ya que las rocas pueden sofocar arrecifes de coral o modificar la dinámica de las playas al depositarse en la costa.

Tres fases en la evolución de la piedra pómez flotante
El estudio realizado por los científicos japoneses identificó tres fases principales en la evolución de la piedra pómez a lo largo del tiempo:
- Fase inicial (0-60 días): La piedra pómez recién expulsada forma balsas densamente compactas, donde los fragmentos colisionan constantemente entre sí. Esto provoca que pierdan sus bordes afilados y se redondeen rápidamente. Durante esta etapa, apenas se detectan organismos adheridos, con la excepción de algunos percebes.
- Fase intermedia (60-210 días): Las rocas comienzan a fragmentarse y su tamaño promedio disminuye. La densidad de la balsa también se reduce, ya que muchas piezas más pequeñas terminan hundiéndose. En este punto, se observa la aparición de briozoos y otros invertebrados marinos, aunque la biodiversidad sigue siendo baja.
- Fase final (>210 días): La dispersión es lo suficientemente grande como para que las colisiones entre fragmentos sean poco frecuentes. Esto permite la proliferación de moluscos, corales y algas, que encuentran en la piedra pómez un soporte ideal para su crecimiento. En este momento, las balsas de piedra pómez dejan de ser estructuras compactas y comienzan a dispersarse definitivamente.

Piedra pómez como vehículo de vida marina
Uno de los hallazgos más fascinantes del estudio es el papel de la piedra pómez como transportador de especies. Se ha documentado que organismos marinos como percebes, briozoos y corales utilizan estas rocas flotantes como refugio y medio de dispersión. Esto significa que una erupción volcánica puede ayudar a trasladar especies a nuevas regiones oceánicas, facilitando la colonización de hábitats lejanos.
El análisis de los investigadores reveló que algunos corales transportados por la piedra pómez lograron viajar desde aguas tropicales hasta latitudes más frías, lo que sugiere que este fenómeno puede influir en la distribución de la biodiversidad marina. Por otra parte, se ha observado que ciertas especies pueden aprovechar estas rocas como sustrato para asentarse, sobrevivir y reproducirse en condiciones que de otro modo no serían favorables.

Un futuro de estudio y prevención
Los resultados de esta investigación no solo amplían el conocimiento sobre la dinámica de la piedra pómez flotante, sino que también pueden ayudar a mitigar sus efectos en el futuro. Los modelos de simulación más precisos permitirán prever cuándo y dónde podrían llegar futuras balsas de piedra pómez, lo cual facilitará la toma de decisiones en sectores como el transporte marítimo y la conservación de ecosistemas costeros.
La erupción del Fukutoku-Oka-no-Ba en 2021 es un recordatorio de que el planeta sigue cambiando y evolucionando. Eventos como este nos muestran cómo la geología, la biología y la oceanografía están interconectadas de maneras sorprendentes. A medida que continúen los estudios sobre la piedra pómez flotante, es probable que descubramos aún más misterios sobre su impacto en la vida marina y en nuestro propio mundo.
Referencias
- shimura, D., & Hiramine, R. (2025). Dispersion, fragmentation, abrasion, and organism attachment of drift pumice from the 2021 Fukutoku-Oka-no-Ba eruption in Japan. Progress in Earth and Planetary Science, 12(5). DOI: 10.1186/s40645-024-00678-z.
Cortesía de Muy Interesante
Dejanos un comentario: