Estados Unidos asegura que su territorio creció un millón de kilómetros cuadrados. Dicha expansión no es producto de algún fenómeno natural ni a una anexión forzada. Estados Unidos intenta reclamar para sí el territorio oceánico que lo rodea. Lo que pasa es que el país anunció nuevas coordenadas que supuestamente describen su plataforma continental extendida (ECS, por sus siglas en inglés)
Todo comenzó en 2023, cuando el gobierno estadounidense anunció que las extensiones submarinas cercanas a sus costas cumplen con los criterios necesarios para ser consideradas parte de su territorio. La ECS que Estados Unidos pretende reclamar como suya tiene una extensión equivalente a, aproximadamente, la mitad de Alaska (1, 717, 856 kilómetros cuadrados) o el doble de España (505, 370 kilómetros cuadrados). Sin embargo, no lo tiene fácil, pues ahora el reto es demostrar que su reclamo es válido de acuerdo con el derecho internacional.
¿Qué son las ECS?
Las plataformas continentales extendidas no son un concepto nuevo, aunque rara vez se discuten fuera de ámbitos especializados. Estas regiones corresponden a las extensiones del lecho marino poco profundo en la costa de grandes masas terrestres. En términos legales, los países pueden reclamarlas si presentan pruebas científicas suficientes para justificar su soberanía sobre ellas. Al ser parte de su territorio, los países pueden explorar estas zonas y explotar sus recursos naturales.
Hasta diciembre de 2023, 75 países habían definido los límites de su ECS, mientras que EE.UU. aún no lo había hecho. Esto se debe a que la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), el Servicio Geológico y otras agencias gubernamentales tardaron dos décadas en reunir las pruebas necesarias para oficializar su reclamo sobre siete áreas marinas en el Ártico, el Atlántico, el mar de Bering, el Pacífico, las Islas Marianas y dos regiones en el Golfo de México.
Según Mead Treadwell, ex vicegobernador de Alaska y miembro de la Comisión de Investigación del Ártico, “Estados Unidos es más grande que ayer. No es exactamente la Compra de Luisiana ni la de Alaska, pero la nueva área de tierra y recursos del subsuelo bajo el control de EE.UU. es dos veces el tamaño de California“.
El reto ante la comunidad internacional
Para que esta expansión territorial sea legalmente válida ante la comunidad internacional, Estados Unidos deberá presentar su solicitud ante la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS). Sin embargo, el país nunca ha ratificado dicho tratado, lo que complica su capacidad de hacer valer su reclamo. A pesar de que 168 estados y la Unión Europea han aceptado las normas de UNCLOS, EE.UU. se ha mantenido al margen debido a desacuerdos políticos internos.
La falta de ratificación del tratado internacional podría dificultar el reconocimiento que busca EE.UU. A esto hay que añadir que los reclamos sobre aguas marinas han generado tensiones globales. La disputa por el Mar de China Meridional, que enfrenta a China con sus vecinos, Filipinas y Vietnam, es solo un ejemplo de los conflictos que puede acarrear este tipo de disputas.
Si Estados Unidos logra que su reclamación sea aceptada, la expansión de su territorio oceánico en el Ártico le daría acceso a importantes recursos naturales. También abriría rutas para el transporte marítimo y permitiría la explotación de minerales en el lecho marino. Este tema también despierta preocupaciones ambientales y hasta diplomáticas, ya que otros países podrían tomar medidas similares para ampliar sus propias fronteras marinas.
Cortesía de Xataka
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