El “zar de la frontera” elegido por Donald Trump, Tom Homan, anunció este jueves que el futuro gobierno de Estados Unidos reintroducirá la detención de familias migrantes cuando llegue al poder el 20 de enero. Homan explicó en una entrevista con el diario The Washington Post que las autoridades migratorias detendrán a los adultos con hijos menores en centros con tiendas de campaña o carpas, similares a las que se usan durante las olas migratorias.
“Vamos a tener que construir instalaciones”
Homan dijo que el gobierno no tendrá en cuenta si los menores son nacidos en Estados Unidos y por lo tanto tienen nacionalidad estadounidense. “El problema es el siguiente: usted sabía que estaba en el país de manera ilegal y decidió tener un hijo. Así que fue usted quien puso a su familia en esa posición”, afirmó Homan, quien detalló que serán las familias quienes decidirán si son deportadas a sus países de origen junto con los menores o si los dejan en Estados Unidos.
“Los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de todo el país estarán en las calles desde el principio. El presidente lo dejó claro, y yo lo dejé claro”, remarcó Homan. Aunque señaló que la prioridad serán aquellos inmigrantes que representen “una amenaza a la seguridad pública y a la seguridad nacional”, el objetivo es revisar los casos de unos 11 millones de inmigrantes.
El gobierno de Joe Biden cerró en 2021, poco después de su llegada al poder, los centros de detención para familias migrantes que operaban en Estados Unidos con cerca de tres mil camas y que fueron abiertos durante el gobierno de Barack Obama (2009-2017). “Vamos a tener que construir instalaciones para familias. El número de camas que necesitaremos dependerá de lo que indiquen los datos”, dijo Homan.
Homan, quien acusó al gobierno de Biden de reducir la deportación de “extranjeros criminales”, fue director del ICE durante el primer mandato de Trump y es considerado el arquitecto de la polémica política de separación de familias migrantes. Trump prometió durante la pasada campaña electoral la deportación de millones de migrantes indocumentados, una promesa que Homan está encargado de cumplir.
Homan ya había adelantado que en las deportaciones podría expulsarse incluso a niños estadounidenses, para evitar la separación familiar, lo que desató preocupaciones de organizaciones que defiendes los derechos civiles. Trump dijo que su estrategia para asegurar la logística en el plan de deportaciones podría ser implementar una emergencia nacional, lo que permitiría el uso de la Guardia Nacional, al menos para retención y traslado de inmigrantes.
Alrededor de 11 millones de inmigrantes se encuentran en Estados Unidos sin la documentación necesaria, de acuerdo con estimaciones. Muchos de ellos son esenciales para la industria de la agricultura, la construcción, los restaurantes y los hoteles, donde componen el grueso de la mano de obra. Trump y su equipo tachan, sin argumentos, de criminales a los inmigrantes, muchos de los cuales llegan a EE.UU. provenientes de países en crisis como Venezuela, Haití, Nicaragua o Cuba, y los acusan de robar el empleo a los estadounidenses.
México coordina con otros países
El gobierno mexicano está dialogando con otros países de Latinoamérica para que reciban de forma directa a los próximos migrantes deportados por Trump en lugar de aceptarlos en México, reveló este jueves la presidenta Claudia Sheinbaum. “Sí, el canciller Juan Ramón de la Fuente está hablando con algunos otros países cuyos habitantes cruzan el territorio nacional para llegar a la frontera norte”, respondió la mandataria en su conferencia matutina cuestionada sobre si el gobierno está hablando con otras naciones para que reciban a los deportados.
La mandataria mexicana reiteró “la insistencia a Estados Unidos de que la repatriación se haga a los distintos países de origen”, en lugar de expulsarlos a México. “El canciller, ya lo va a explicar él, pero (está hablando) con varios países, particularmente en Centroamérica, y siempre vamos a estar cerca, porque si bien tenemos un tratado comercial con Estados Unidos y Canadá (el T-MEC), siempre vamos a estar cerca de América latina”, comentó Sheinbaum sin dar más detalles.
En el país preocupan las deportaciones masivas prometidas por Trump porque los mexicanos son cerca de la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos y sus remesas representan casi el cuatro por ciento del PBI (producto bruto interno) de México, que este año recibiría un récord estimado de 65 mil millones de dólares.
Aunque el encuentro diario de indocumentados en la frontera de Estados Unidos disminuyó un 75 por ciento desde diciembre de 2023, el gobierno de México detectó un récord de más de 925 mil migrantes irregulares de enero a agosto pasado, una suba interanual de casi el 132 por ciento.
Sheinbaum prometió solidaridad con los migrantes de Latinoamérica, pero advierte que su prioridad será atender a los mexicanos deportados. “Por supuesto que nosotros vamos a seguir defendiendo a los mexicanos y a las mexicanas en Estados Unidos, es lo que nos corresponde, y en caso de que haya deportaciones prepararnos para poderles dar la bienvenida”, reafirmó la presidenta de México.
La frontera norte de México prepara 25 nuevos albergues para recibir y atender exclusivamente a los mexicanos que sean retornados por las posibles deportaciones masivas. La gobernadora del estado mexicano de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, confirmó este lunes en rueda de prensa que esta medida se planteó “como un plan estratégico para atender exclusivamente a las personas que sean deportadas a partir del próximo 20 de enero”, cuando vuelva Trump a la Casa Blanca.
Cortesía de Página 12
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