El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el ganador de las elecciones, Donald Trump, se reunirán el próximo miércoles en el Despacho Oval de la Casa Blanca, con el fin de iniciar las conversaciones para la transición de poderes, anunció este sábado por medio de un comunicado la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
Este tradicional encuentro entre el presidente electo y el mandatario saliente no se produjo hace cuatro años porque en aquel entonces Trump se negó a aceptar la derrota electoral frente a Biden. Así, se convirtió además en el primer presidente en 150 años en no asistir a la toma de posesión de su sucesor.
El magnate, objeto de dos intentos de asesinato durante la campaña, acusado y condenado en causas penales y civiles, tiene 74 días para poner en marcha su equipo de gobierno. El republicano hizo recientemente su primer nombramiento al designar como jefa de gabinete a Susie Wiles, artífice de su campaña. También se espera que figuras como el empresario Elon Musk y el político antivacunas Robert F. Kennedy Jr. desempeñen papeles importantes en el nuevo gobierno.
Los tres poderes
Según los últimos datos del recuento, Trump ganó tanto el voto electoral (301 electores frente a los 226 de su rival demócrata, Kamala Harris) como el voto popular, con casi 4 millones de votos más que su oponente. Solo resta que concluya el escrutinio en el estado de Arizona. En EE.UU, la presidencia no se decide por el voto popular, sino por el número de electores que cada candidato obtiene en los estados. Cada estado asigna un número de electores según su población, y el candidato que gana la mayoría en un estado se lleva todos sus electores.
Aunque el voto popular no determina al presidente, Trump logró un mayor apoyo popular que su rival, algo significativo a nivel nacional. Así, se convirtió en el primer presidente republicano en 20 años en ganar ambos votos. Esto contrasta con las elecciones de 2016, cuando Hillary Clinton obtuvo más votos populares que el magnate, pero él ganó al asegurar más electores.
Mientras que Trump recibió casi la misma cantidad de votos que en las elecciones de 2020, los demócratas pasaron de obtener 81 millones de votos a nivel nacional a 70 millones. Ernesto Calvo, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Maryland, explicó a PáginaI12 que esa disminución no se debió a un aumento del apoyo republicano, sino a que muchos demócratas decidieron no votar. Según él, la clave radica en que hay una división dentro del Partido Demócrata, que se compone de una mayoría moderadamente conservadora y un ala progresista más pequeña. “Cuando un candidato se mueve hacia el centro, el sector más progresista no va a votar; baja mucho su intención de voto, y así se perdió la elección”, sostuvo.
Además de ganar tanto el voto electoral como el popular, Trump podría gobernar con mayoría en ambas cámaras del Congreso: el Senado y la Cámara de Representantes. En la misma noche electoral, los republicanos arrebataron el control del Senado a los demócratas, mientras que aún quedan por definirse una veintena de escaños de los 435 en la Cámara de Representantes, donde la contienda sigue prácticamente voto a voto para alcanzar la mayoría de 218 escaños.
“Si los republicanos llegan a controlar la Cámara de Representantes va a ser solamente por un par de votos y justo son un grupo muy difusional. Son lo que se llama una ‘jauría de gatos’, es muy difícil ponerlos a todos en línea para que hagan algo juntos. Así que asumo que Donald Trump va a gobernar mucho por decreto, con las herramientas del Ejecutivo”, consideró el académico.
En cuanto al poder judicial, tras haber logrado en su primer mandato inclinar la Corte Suprema hacia el conservadurismo mediante el nombramiento de tres de sus nueve jueces, Trump tendrá ahora la oportunidad de consolidar esa tendencia a largo plazo. Dos de los pilares conservadores de la Corte, Clarence Thomas y Samuel Alito, de 76 y 74 años respectivamente, podrían retirarse y dejar que Trump nomine –de por vida– a dos sustitutos mucho más jóvenes. El Supremo, que se pronuncia sobre los más importantes temas de la sociedad y sobre litigios electorales, mantendría así su mayoría conservadora posiblemente por décadas.
Mercados en alza
Mientras tanto, tras la victoria de Trump, Wall Street cerró con ganancias en una semana eufórica. Los principales índices de la bolsa de EE.UU, el Dow Jones y el S&P 500, alcanzaron nuevos récords al acercarse a los niveles clave de 44.000 y 6.000 puntos, respectivamente. Ambos índices cerraron su mejor semana del año, con aumentos de 4,6% y 4,7%. El Dow Jones mide el desempeño de 30 grandes empresas del país, mientras que el S&P 500 refleja cómo les va a las 500 compañías más grandes. Son indicadores clave para entender cómo está la economía estadounidense.
El índice Nasdaq, que agrupa principalmente a empresas tecnológicas, registró un aumento del 5,7% esta semana. Esta subida fue impulsada en gran parte por Tesla, la compañía de autos eléctricos de Elon Musk, conocido por su cercanía con Trump. Las acciones de la empresa subieron un 29% en la semana, llevándola a un valor total de más de un billón de dólares.
Las elecciones del martes marcaron un punto de inflexión: en cuanto las proyecciones apuntaron a Trump como ganador, los mercados empezaron a reaccionar positivamente, incluido el bitcóin, que alcanzó un máximo de 77.200 dólares antes de moderarse. Entre los sectores con mayores ganancias esta semana están el de bienes no esenciales (8,9%), tecnológico (6,8%), industrial (5%) y financiero (4,6%), según recopila la firma de análisis Fidelity.
En diálogo con este diario, el economista y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Guido Lapa señaló que los mercados reaccionaron favorablemente porque, en el corto plazo, el plan de Trump de reducir impuestos corporativos sugiere mayores ganancias y un aumento en el valor de las acciones. Además, según él, una política proteccionista podría fortalecer la demanda interna, beneficiando a las empresas estadounidenses.
Sin embargo, Lapa advirtió consecuencias a largo plazo. “Si efectivamente Trump lleva adelante la política proteccionista que planteó en campaña, va a incrementar el déficit fiscal; y si aplica aranceles a los productos extranjeros, especialmente a los chinos, lo más probable es que haya un incremento en la inflación en EE.UU”, explicó. “Eso atentaría probablemente contra el valor de las empresas, principalmente porque lo que tendría que hacer la Reserva Federal es subir la tasa de interés para tratar de contenerla, lo que se contrapone con una suba de las acciones”, remarcó.
Cortesía de Página 12
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