Estados Unidos ya no mediará en las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, afirmó el gobierno de Donald Trump, 24 horas después de haber alcanzado con Kiev un acuerdo que crea un fondo de inversión para la reconstrucción del país devastado por la guerra con Moscú y que otorga a Estados Unidos acceso a los recursos minerales ucranianos.
“Seguimos comprometidos con ello y haremos lo que podamos, pero no vamos a recorrer el mundo en un abrir y cerrar los ojos para mediar en las reuniones, ahora es cosa de las dos partes. Ha llegado el momento de que ellos presenten y desarrollen ideas concretas sobre cómo van a terminar el conflicto. Va a depender de ellos”, afirmó el portavoz del departamento de Estado, Tammy Bruce, en diálogo con la prensa.
En la misma línea, el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, afirmó que es improbable que la guerra termine pronto. “Va a depender de los rusos y los ucranianos ahora que cada parte sabe cuáles son las condiciones de paz de la otra. Dependerá de ellos llegar a un acuerdo y poner fin a este brutal conflicto”, aseguró, en una entrevista con el canal de noticias Fox News.
El ultimátum estadounidense
La semana pasada, Ucrania rechazó considerar la posibilidad de reconocer la península de Crimea —ocupada por Rusia— como territorio ruso, tal como plantea el plan de paz que Estados Unidos propuso a las partes del conflicto. “No hay nada de qué hablar; es nuestra tierra, la tierra del pueblo ucraniano”, dijo el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, en declaraciones a la prensa.
El plan estadounidense también incluye renunciar a una futura membresía en la OTAN y aceptar el control de Washington sobre la central nuclear de Zaporiyia —la más grande de Europa—, actualmente ocupada por Rusia, en torno a la cual se crearía una zona neutral, según informó el diario The Wall Street Journal.
Trump acusó en ese momento a Zelenski de querer boicotear el proceso de paz, mientras que J.D. Vance, desde un viaje a India, afirmó que Washington presentó una propuesta muy explícita a ambas partes y que era el momento de que la acepten o de que Estados Unidos se retire del proceso. “Considero que hemos elaborado una propuesta muy justa. Confío en que europeos, rusos y ucranianos lograrán finalmente resolver esta situación. Reitero mi optimismo al respecto. Creo que todos han negociado de buena fe, pero es momento de dar, si no el paso final, uno de los definitivos”, aseveró.
Ratificación del acuerdo
Las recientes declaraciones de Tammy Bruce y del vicepresidente sobre el alejamiento de Estados Unidos de las negociaciones se produjeron 24 horas después de que se estableciera el acuerdo con Kiev que les otorga acceso a los recursos minerales del país europeo.
El primer ministro ucraniano, Denís Shmigal, pidió este viernes a la Rada Suprema ucraniana (Parlamento) que ratifique pronto el acuerdo. “Estaríamos agradecidos si el Parlamento lo ratificara antes del 8 de mayo”, indicó en una sesión en la propia Cámara. También señaló que al acuerdo que han firmado los Gobiernos de Ucrania y Estados Unidos le seguirán una serie de documentos técnicos que han de ser aprobados por ambas partes para que pueda ejecutarse el plan.
Shmigal aseguró ante la oposición que el acuerdo con Washington no viola la soberanía ni la legislación del país, al tiempo que descartó posibles contradicciones al respecto. “El acuerdo no viola nuestras obligaciones en materia de integración europea, especialmente las cuestiones medioambientales”, afirmó.
El acuerdo de los minerales fue firmado el miércoles en Washington por el secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, y por la ministra de Economía ucraniana, Yulia Sviridenko, después de más de dos meses de tensas negociaciones en las que Kiev ha podido mejorar las condiciones que proponía inicialmente la Casa Blanca. El texto prevé que el fondo sirva para financiar inversiones en Ucrania que impulsen la recuperación económica y la reconstrucción del país.
“Este acuerdo transmite claramente a Rusia el compromiso de la administración Trump con un proceso de paz centrado en una Ucrania libre, soberana y próspera a largo plazo”, declaró Bessent en un comunicado. “Y, para ser claros, ningún Estado ni persona que haya financiado o suministrado la maquinaria bélica rusa podrá beneficiarse de la reconstrucción de Ucrania”, subrayó.
Los intereses de Estados Unidos
Mientras que el gobierno de Zelenski afirmó haber garantizado sus intereses tras arduas negociaciones, incluida la soberanía sobre sus propias tierras raras, vitales para las nuevas tecnologías y en gran parte sin explotar, Washington resaltó que podrá beneficiarse de la extracción de recursos naturales, al tiempo que apuesta por el desarrollo económico de Ucrania tras la guerra.
Trump había exigido los derechos sobre la riqueza mineral de Ucrania como compensación por los miles de millones de dólares en armas estadounidenses enviadas durante el mandato del expresidente demócrata Joe Biden tras el estallido bélico con Rusia hace poco más de tres años. El magnate explicó que en su reciente encuentro con Zelenski en el Vaticano tras la muerte del Papa Francisco, lo instó a firmar el acuerdo propuesto porque “Rusia es mucho más grande y más fuerte”.
De todas formas, más que un interés genuino en la paz, el gobierno de Trump logró uno de sus principales objetivos y ya piensa en términos empresariales: la explotación de los recursos minerales de Ucrania —que concentra el cinco por ciento de los minerales del mundo— le permite avanzar en la guerra comercial con China al reducir su dependencia de ese país. La dependencia de Washington respecto de Beijing es incluso mayor que la de la Unión Europea (UE), según el Servicio Geológico de Estados Unidos: el 72 por ciento de las importaciones de tierras raras del país norteamericano proviene de China, el 11 por ciento de Malasia, el 6 por ciento de Japón y el resto de otros países.
Cortesía de Página 12
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